Los secretos del violinista

Armando Lara Cantero, Premio Único de las Artes 2012 en la tercera villa de Cuba, Trinidad; solo pide fuerzas para dedicarse a la música hasta el último momento. El violín conoce como nadie el alma de Armando porque ha compartido con él los momentos buenos y malos de su vida.

La villa trinitaria condecoró a Armando Lara con el Premio Único de las Artes. Armando Lara Cantero, Premio Único de las Artes 2012 en la tercera villa de Cuba, Trinidad; solo pide fuerzas para dedicarse a la música hasta el último momento.

El violín conoce como nadie el alma de Armando porque ha compartido con él los momentos buenos y malos de su vida. Descendiente de una estirpe atada al pentagrama, no conoció de academias, suntuosos teatros ni salas de concierto, pero el talento innato de este hombre moreno con dedos delgados, siempre en movimiento como si dirigiera una banda invisible, lo hizo brillar en su tierra.

Como premio a la perseverancia y el quehacer encaminado a defender los acordes trinitarios, la Ciudad Museo lo condecoró con el Premio Único de las Artes. Por eso abre las puertas a Escambray con la humildad de considerarse un eterno aprendiz.

“La vida me ha enseñado a echar pa’lante cuando las cosas no son como uno quiere: yo estudiaba tercer año de piano y me vi obligado a dejarlo porque no tenía uno. ¿Y sabes?, todo lo aprendido hasta el momento me sirvió de base para después tocar la flauta, algo de bajo y percusión en los diferentes grupos que integré”, confiesa.

Los sueños llegan cuando menos lo esperamos. La creciente partida de los violinistas de la ciudad hacia otros rumbos o el fallecimiento de los ya ancianos dejaron un vacío en el coro dirigido por Andrés, padre de Armando. Entonces, aquel joven de 20 años decidió romper el mito de que para ejecutar con maestría el violín es necesario comenzar a estudiarlo desde edades tempranas y se convirtió en discípulo de Rafael Mauro Cortés, conocedor del instrumento.

“Además de mi realización personal tenía otro compromiso: no defraudar a mi padre e impedir que su obra terminara. A mi edad era tarde, pero me arriesgué y valió la pena porque pude cumplir mi sueño. Después formé parte de Estrellas del 48, famosa orquesta trinitaria recordada por su sonoridad y repertorio, entre otras agrupaciones. Tomé lo mejor de cada una para convertirme en un músico sencillo. Así seguí hasta los días de hoy, con mi violín para todas partes”.

A sus 84 años el ánimo no decae, ¿alguna fórmula?

Nunca dejar de hacer lo que te gusta. Mi ritmo es más lento, pero de lunes a viernes toco en la Casa de la Trova de Trinidad y hago cualquier cosa relacionada con la música porque vivo para ella.

¿Cuáles son las características esenciales para convertirse en buen violinista?

Ser una persona sensible, tener alma de músico, un oído privilegiado y olvidarte de todo. Para el violín no hay hora: empiezas por la mañana, terminas por la noche y así sucede todos los días.

Como colofón a su trayectoria recibió el Premio Único de las Artes este año…

(Suspira) De corazón te digo que ha sido uno de los momentos más importantes de mi vida. ¡Todavía no lo puedo creer!, pienso que otras personas, y no hablo solo de músicos, sino de investigadores, pintores…, tienen más méritos para recibir ese reconocimiento. Recordé a mi papá porque a él le debo todo y hubiera querido recibir el premio de sus manos.

¿Qué mensaje trasmitiría a los músicos jóvenes de Trinidad?

Que estudien siempre porque es el todo de la música, más aún si vives de ella; no hagan alarde de sus conocimientos: la arrogancia siempre lleva por mal camino. Pero el sacrificio no significa descuidar la familia, es lo que queda cuando no puedes seguir tocando. Yo supe llevar las dos cosas, por eso tengo lo que necesito: mi esposa, mis hijos y mi violín.

Antes de partir le regalaría al público…

Un valse; aunque se hable mucho de trova en Trinidad, una tradición nuestra también son los valses creados por músicos de aquí que antes se interpretaban en muchos lugares. Las nuevas generaciones, en su mayoría, los desconocen y sería una buena elección para seguir luchando por la música de mi ciudad.

Carlos Luis Sotolongo Puig

Texto de Carlos Luis Sotolongo Puig
Autor del blog Isla nuestra de cada día. Especializado en temas de patrimonio cultural.

Comentario

  1. Enorme ejemplo de fidelidad a la provincia espirituana es una pena pero el ansia al dinero y a la lujuria es parte de lo cotidiano de muchos intelectuales y miembros de las diversas ramas de la cultura sin importarles lo tradicional y bello de sus ritmos espirituanos que en otros tiempos gozaban de simpatizantes hoy olvidados por sus profesionales del medio pero bueno asi es la vida moderna de ingrata donde lo vulgar y el regueton es la delicia de jovenes y hasta de viejos verdes que se creen sentirse nuevos oyen los alarido y ruedos de esos ritmos actuales cuando el violinista relaja las tensiones e incita su cadencia a bailar cualquier baile nacional o local le deseo continuar sus exitos en SANCTI SPIRITUS ARMANDO y muy merecido premio. Lazaro

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