Sobresale producción de huevos en Sancti Spíritus

Sancti Spíritus se distingue a nivel nacional en la producción de huevos con un elevado promedio de unidades por ave Los resultados de la rama avícola en Sancti Spíritus no son obra de la casualidad ni tampoco un parto de última hora para que el territorio halara la sede el

Sancti Spíritus se distingue a nivel nacional en la producción de huevos con un elevado promedio de unidades por ave

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Para Dignorah Fernández Guillén la Avicultura ha sido su casa. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

Los resultados de la rama avícola en Sancti Spíritus no son obra de la casualidad ni tampoco un parto de última hora para que el territorio halara la sede el 26 de Julio. Desde hace varios años el sector se distingue a nivel de país por su estabilidad a la hora de cumplir los compromisos productivos y, tal vez el hecho que define la mayoría de edad del sector, radica en la eficiencia que se alcanza en dos indicadores claves de la actividad: el promedio de huevos por ave y la viabilidad.

Un rasgo que sobresale en el gremio de los avicultores es su propio desempeño más allá de las rutinas habituales de alimentar ponedoras, cumplir normas de bioseguridad y recoger los huevos en las bandejas.

Primero se debe decir que al cierre del primer semestre el territorio sobrepasa la producción planificada para la etapa en 6 326 600 unidades, nivel que ha permitido cubrir las ofertas hacia los destinos establecidos.

El doctor en Medicina Veterinaria, Ángel Mursulí Fernández, director Técnico y de Desarrollo en la Empresa Avícola Sancti Spíritus, señala entre los resortes del comportamiento productivo la conformación y estabilidad de un equipo de trabajo, mayor sentido de pertenencia y la alta motivación salarial en virtud de aplicar los nuevos sistemas de pago que, en el caso del personal de las naves, se traduce en un salario medio mensual que oscila entre los 3 500 y los 3 800 pesos.

“Si algo marca la diferencia es la disciplina tecnológica, se ha desatado la cultura del resultado y se trabaja en equipo. El objetivo es el plan, pero la aspiración central responde a lograr buenos indicadores de eficiencia y, en eso, la provincia es una referencia nacional”, detalló Mursulí Fernández.

Para este año la entidad persigue obtener 260 huevos por ave, indicador que equivaldría a 15 unidades por encima al promedio nacional.

Si nos remitimos al año 1986, cuando Sancti Spíritus también fue sede de la celebración del 26 de Julio, puede apreciarse el salto en materia de eficiencia. En aquel entonces, con seis granjas ponedoras, la producción llegó a 82 526 000 huevos y el promedio por ave fue de 246. En el 2015 —explica Mursulí Fernández— se produjeron en las cuatro granjas explotadas actualmente más de 85 millones de huevos y un rendimiento por animal de 255 unidades.

Además de sostener las entregas del alimento al balance del territorio y del país, la transformación en la Avicultura espirituana penetra al colectivo laboral, por eso Dignorah Fernández Guillén no repara en los más de 40 años de navera y todavía dedica la mayor parte del día a sus gallinas en la granja de Vega Grande.

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Felicia Naranjo Brito asegura que después de que se jubile sentirá mucho celo por las ponedoras. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

“En aquellos años 80 trabajé en piso de tierra, en pastoreos en potreros, recogiendo huevos en cubetas, con miles de dificultades, hasta había que cargar el agua. Ahora es diferente, estamos en piso de cemento, tenemos la comida en silos al lado de la nave, recogemos el huevo en un carrito, hay mejores condiciones, más comodidades y veo ese esfuerzo en el salario. Mira, si la sede del 26 fuera algo individual creo que yo me la hubiese ganado; lo que quiero es atender bien al rebaño y entregar más huevos”.

En la nave 16 Felicia Naranjo Brito repasa su historia de 34 años entre ponedoras, saca cuentas y sabe que está cerca la jubilación; entonces las lágrimas nublan su mirada, ahogan las palabras por unos instantes. “La granja ha cambiado mucho, tuvimos tiempos malos, momentos de hasta picar hierba en el potrero para las gallinas, pero aquí estamos”, sentencia con serenidad de experta.

“Sí, es un oficio aislado, de sacrificio, creo que si he permanecido es porque me gusta lo que hago; esto es mío, cada mata, cada pedacito de la nave, cada ponedora, aquí está mi vida. Me satisface ver aumentar la producción, me entristece que se muera una gallinita porque siempre he trabajado con amor y, mire usted, esta sede del 26 de Julio es un premio para Sancti Spíritus. En lo personal se que están reconociendo mi trabajo y el de la empresa”.

José Luis Camellón

Texto de José Luis Camellón
Reportero de Escambray por más de 15 años. Especializado en temas económicos.

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