Ramón Reigosa: Soy un apasionado de los criterios

El destacado profesor espirituano nació con la pasión del béisbol, a la que se le unió otra imprescindible: la Historia

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“Soy muy respetuoso para exponer lo que pienso, pero lo digo”, comenta el profesor de la universidad espirituana. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)
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“Soy muy respetuoso para exponer lo que pienso, pero lo digo”, comenta el profesor de la universidad espirituana. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

—No quiero, dice él, y sigue con el interés puesto en el juego de béisbol que se realiza a solo unos metros detrás de la casa.

—Si no te tomas el vaso de leche, no vas, contesta la madre.

De esa etapa en la niñez, en El Tranque, Meneses, por aquel entonces perteneciente a la región Caibarién, en la antigua provincia de Las Villas, Ramón Reigosa Lorenzo recuerda como si fuera ayer los inicios de su primera pasión, la de llegar a ser entrenador de un equipo de pelota. “Los primeros guantes que tuve eran para trabajar, mi papá me les cosió un pedazo de material entre los dedos.”

Después formó parte del equipo municipal de Yaguajay. Y allí sufrió su primera burla. “Con el tamaño que tú tienes y con los juveniles que hay aquí, tú no vas a jugar”, dijo el entrenador al saber que el adolescente había escogido el área especial de entrenamiento antes que la Educación Física. “A los 15 días jugué. No era buen bateador, pero fildeaba mucho, me gané la confianza”.

Un ataque de asma en los días previos a la prueba frente a los maestros del “Fajardo” —por aquel entonces filial del Instituto Superior de Cultura Física Manuel Fajardo—, cambió el rumbo de su vida. “Cuando vinieron estaba enfermo, después tenía que ir a Caibarién, y no tuve quién me llevara. Mi primer sueño se quedó así”.  

Y nació otro. A Reigosa, como lo conocen, lo captó la primera gran tarea que le dio la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). “No tuve inclinación como otros niños que dicen que quisieron ser maestros. En abril recibí el carné de militante de la UJC, y en ese mismo mes me piden integrar el V Contingente del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech.

“Siempre me gustaron la Geografía y la Historia y tenía que decidir. Mi papá, que solo llegó hasta el cuarto grado, me enseñó a mí cómo entrar a un cañaveral haciendo distintos caminos para que no encontraran el lugar donde se hacía un claro. Le pregunté: Viejo, ¿cómo tú aprendiste eso?, y él respondió: ‘Para leerles a los trabajadores los periódicos y hacer las reuniones’, porque en la etapa de la dictadura de Batista era dirigente sindical. Todo eso me hizo motivarme; si iba a ser maestro, sería de Historia.

“Cumplí 17 años cuando entré al Pedagógico —entonces filial pedagógica de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas con sede en Cabaiguán—. Al mes y tanto me ubican en una escuela, estuve inicialmente en Batalla de la Sacra; después, en Vladislav Volkov. Generalmente recibía las clases en las tardes, me montaba a la doce y tanto del mediodía en la guagua, porque tenía que llegar a tiempo al docente”.

Estar frente a un aula con tan corta edad…

Todo dependía del jefe de cátedra que tuvieras y de cómo asumía el trabajo. Algunos te daban mal en una clase, pero había otros que te explicaban, estabas en primer año recibiendo la teoría y enfrentando la práctica. Cuando me gradué en 1981 era profesor de Enseñanza Media General. Tenía que hacer el completamiento en dos años, que era la licenciatura, pero como trabajador tenía cinco años de experiencia.

Doctor en Ciencias, profesor titular, historiador, podría decirse que es músico, poeta y loco.

A costa de sacrificio y de abandonar cosas que tienen que ver con mi familia. En el 2007 fui elegido presidente de la filial de la Unión de Historiadores de Cuba en Sancti Spíritus, y después asumo la dirección del departamento de Humanidades —hoy Departamento de Historia y Marxismo en la Universidad de Sancti Spíritus—. A veces todo no sale como uno quiere, hay que dedicarle una gran cantidad de horas al trabajo en la mañana, la tarde y la noche. No es que yo sea un héroe, en las tareas administrativas uno no lo puede cumplir todo y eso me desvela.

¿En algún momento lo han acusado de falsa modestia?

En la etapa en que uno es joven quizás se es un poco altanero. No tengo información de que alguien me haya dicho que soy un falso modesto. Tienes que seguir siendo la misma persona, la gente sabe lo que tú vales o no, no porque lo digas o vociferes. A veces uno se minimiza, no conscientemente, pero no es falsa modestia, sino porque no crees ser capaz de hacer determinadas cosas. No imaginé que pudiera dirigir un departamento, y hubo gente asustada porque me han visto como el látigo, como el que en las reuniones no deja pasar una.

¿Historiador polémico o polemista que ama la Historia?

Si estoy de acuerdo con algo lo asumo, no trato de polemizar, sino de tener mis criterios y defenderlos y eso me ha llevado hasta que me pongan el cartelito, porque en determinados espacios la gente no dice lo que piensa, o cuando el que está hablando tiene una posición por encima de ti, la gente se calla y yo no, soy muy respetuoso para exponer lo que pienso, pero lo digo. Soy un apasionado de los criterios, cuando estoy equivocado lo reconozco, y en la Historia, igual.

Para borrar las imperfecciones del día a día Reigosa tiene una receta mágica que le sirve a sus cerca de 6 décadas de vida: “El estrés que tengo en la semana lo dejo el domingo al jugar softbol, es casi para mí como una medicina”.

Lauris María Henriquez

Texto de Lauris María Henriquez
Reportera de Escambray especializada en temas sociales.

3 comentarios

  1. Mary Saavedra Sosa

    Tuve la oportunidad de tenerlo como profesor, cuando formo parte del pedagógico en su recién comienzo y vestía uniforme azul oscuro , viajaban el y muchos compañeros en una guagua, eran integrantes del destacamento pedagógico, los llevaban a dar clases prácticas a las escuelas secundarias como pojabo y Banao 6 los dividían e impartian sus clases de historia y marxismo, español , literatura etc. Entre ellos recuerdo a jose Alfredo, maricela González, Raúl, entre otros.
    Raigosa, Profesor siempre de mucho conocimiento y presto a que sus alumnos aprendieran, era recto y de mucho carácter, pero siempre con aquella jovialidad ,más que se trataba de un pequeño joven que recién comenzaba en la profesión. Hoy siento orgullo después de tantos años1976-1977) que mi profe siga cosechando lauros y exitos en su profesion al frente de una cátedra que siempre ha sido admirada y respetada por muchos ,por los que amamos la historia, nuestra historia.
    Muchas felicidades periodista por tan bonito trabajo a un hombre que bien lo merece. A ti maestro, profesor ,amigo ,mi Enhorabuenaa!!! Un beso desde miles de km en el Atlántico de tu alumna que siempre te recuerda con cariños, larga vida para que se siga enseñando y manteniendo viva nuestra historia ,en hombres como usted!!!

  2. Si dice lo que piensa no es de extrañar que le pongan cartelitos o lo censuren si lo que dice molesta a los que deciden,pero lo aplaudo,porque según el apóstol,el que no dice lo que piensa no es un hombre honrado y agregó yo,es un hipócrita

  3. Elio Omar Carballo Concepción.

    Con mucha satisfacción he leído el Artículo, tuve la oportunidad de compartir estudios con Reigosa y trabajamos juntos en nuestro primer año en el pedagógico así como también compartimos momentos jugando pelota, una excelente persona y un gran amigo. Hacía bastante tiempo no tenía noticias de él, creo que sus logros en lo profesional son muy merecidos, siempre fue muy serio y dedicado a lo que hacía. Mucha suerte hermano y sobre todo mucha salud, ojalá podamos tener contacto pronto y rememorar viejos tiempos. Un abrazo.
    Elio.

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