¿Por qué no hay café en Sancti Spíritus? (+video)

Aunque se mantiene en la canasta familiar normada, 115 gramos de café por persona no resultan suficientes para cubrir la demanda mensual de los hogares cubanos

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La torrefactora asegura las asignaciones de la cuota normada. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)
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La torrefactora asegura las asignaciones de la cuota normada. (Fotos: Vicente Brito/ Escambray)

Considerado como la típica, estimulante y tradicional bebida que da la bienvenida a cada visitante en el hogar, para los adictos el café viene a ser como el néctar que impulsa cada acción o el combustible que mueve el cuerpo al despertar.

Y aunque en la canasta familiar normada no ha faltado el demandado producto, ese que llega cada mes a razón de un paquete por consumidor a partir de los seis años de edad, el extra que completa las coladitas del mediodía y la tarde está desaparecido en cualquier forma de comercialización.

Para nadie es un secreto que en los últimos meses y debido a las restricciones de movilidad impuestas por la COVID-19, desde la serranía espirituana el café ha dejado de bajar hacia los restantes municipios, y no es que esta sea una solución viable para obtenerlo, pero sí alivia, porque siempre aparece un familiar o un amigo que ayuda con algún excedente de cosecha a los residentes en el llano.

Tampoco en las tiendas recaudadoras de divisa la presencia del café ha sido estable. Desde hace semanas falta y, cuando aparece, por lo general en las unidades que operan en Moneda Libremente Convertible, es a precios muy altos, de acuerdo con el tipo de formato.

EL CAFÉ QUE TOCA A TODOS

Escambray indaga sobre el tema en la Unidad Empresarial de Base (UEB) Torrefactora Cabaiguán, encargada desde hace décadas de procesar café para la distribución interna de la provincia y el apoyo a otros territorios del país.

La cuestión está en saber si, a pesar de atravesar tiempos de carencias y limitaciones económicas, el néctar negro sigue siendo un producto priorizado.

Ricardo René Pérez Pérez, director de la entidad, explicó que ni un solo día han dejado de trabajar a fin de garantizar la entrega de las 49 toneladas que como promedio se destinan a la canasta familiar normada de la provincia.

“Llevamos siete meses con serias limitaciones productivas; de un lado, las restricciones con la importación que de forma directa llegaba desde los países productores, y del otro, las restricciones con la entrada de buques al territorio nacional, como medidas de bioseguridad.

“Hoy el país trabaja solo para asegurar la cuota normada y, aunque algunas provincias han debido parar por situaciones de roturas o para garantizar el distanciamiento de las personas, a la torrefactora nuestra se le pidió apoyo durante casi todos los meses, lo que incide en un esfuerzo extra para que La Habana, Villa Clara, Ciego de Ávila y Camagüey cumplan con la entrega a las unidades de Comercio”, dijo el propio director.

LA INDUSTRIA POR DENTRO

Para María Victoria Delgado, comercial de la UEB, lo más importante es cumplir con las cantidades pactadas, porque se trata de un producto muy demandado: “El café que elaboramos es con materia prima importada de Brasil y México y algunas cantidades provenientes de la producción nacional, sobre todo de Guantánamo, Santiago de Cuba y Cienfuegos, además del chícharo, que también viene del exterior.

“Bajo la marca comercial ¡Hola! y en paquetes de 115 gramos lo distribuimos, pero hacemos otros surtidos de café mezclado para el consumo social, así como el café puro ¡Hola! para el sector de la Pesca y la Gastronomía Especializada. Nadie sabe las peripecias del país para asegurar la materia prima, aunque ello implique hacerlo a través de terceros países, lo que encarece los costos; sin embargo, no se alteran los precios del producto que recibe el consumidor”, refirió la jefa comercial.

Desde la máquina SIROCCO, que data de 1926, Roberto Sánchez Reyes, un tostador con 19 años de experiencia, explicó que en la torrefactora los días transcurren sin descanso.

“Aquí llegamos a las tres y media de la mañana y salimos a las cinco de la tarde, somos multifacéticos —narró Sánchez—, nosotros mismos estibamos, primero los sacos de café verde que pesan 70 kilogramos y luego de depositar su contenido en el buche del tostador y velar por que adquiera la coloración y el acabado, llenamos de nuevo los sacos para después de unas horas de reposo, llevarlos al molino”.

Con gran sentido de pertenencia, Rolando Rodríguez Guillermo, el jefe de brigada, destacó: “Utilizamos un tipo de envase que no es el ideal, el nailon polietileno que sustituye al polipropileno litografiado que se emplea en el envase del café ¡Hola!, esto nos atrasa productivamente, por ser un material más duro y engomado”. Por su parte, el operario Adiel García Cruz aseguró que la máquina envasadora tiene sus complejidades, especialmente cuando hay que adaptar los parámetros en el panel computarizado para adecuarla al tipo de envase actual.

Por Suleika González Méndez, técnica de Calidad, supimos de las múltiples pruebas que le realizan al café en una jornada. “Hacemos estudios de granulometría, humedad, se cata el producto por un grupo de expertos que constantemente están saboreando el café para dar el visto bueno antes de que llegue al consumidor”.

NI EN CUP NI EN CUC

Antonio Alemán Blanco, director general de la Empresa Cuba Café, informó a Escambray que, aunque se han hecho esfuerzos para cumplir con las expectativas del mercado, no hay presencia del producto en las tiendas.

“En Cuba producimos cuatro marcas de café para el mercado interno en divisas ­—declaró—: Turquino, Serrano, Arriero y Regil; pero, siendo objetivo, el producto llega a las tiendas y se agota en minutos. No hemos tenido la oportunidad de reaprovisionar el mercado para suplir una demanda que, en condiciones normales, sí lográbamos. Tampoco es una excusa, pero la persecución comercial que impone el bloqueo norteamericano nos ha impedido importar cierto nivel de materia prima para la preparación final del producto.

“Cuba Café no ha permanecido cruzada de brazos­ —acotó Alemán Blanco— y busca alternativas con la producción nacional para que la afectación sea mínima. Por ejemplo, aseguramos el que va a la canasta familiar normada, que es nuestra razón de ser y que representa el 85 por ciento de la producción total de la empresa”.

¿Cuál será la perspectiva hasta el cierre del año?

No estamos en condiciones de satisfacer la demanda actual. Si comparamos este año con igual etapa precedente, tenemos un decrecimiento de la actividad en el orden del 10 por ciento; que equivale, en términos de producción de café, a varias toneladas.

Xiomara Alsina

Texto de Xiomara Alsina
Reportera de Escambray por más de dos décadas. Especializada en temas socioeconómicos.

18 comentarios

  1. El Imperialismo, el Capitalismo desarrollado parece poco probable que pueda ser cambiado por ahora, la pregunta es: Como llevar una taza de cafe, un plato de comida, jabon, detergente, pasta dental, zapatos y ropa a nuestros hogares conociendo esa realidad?

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