Sancti Spíritus de cara a los desafíos del próximo curso escolar

La formación, atención y superación de los pedagogos, así como la cobertura docente forman parte de los retos del sector educacional en la provincia para el próximo período lectivo 2022-2023

El director provincial de Educación explicó que los preparativos del próximo curso escolar se centran en la formación, atención y superación del personal docente. (Foto: Vicente Brito / Escambray)

El Ministerio de Educación (Mined) lo había advertido: el curso escolar 2021-2022 respetará las vacaciones. Por ello, este 23 de julio el proceso docente-educativo recesó para que los estudiantes disfruten de la etapa estival y retornarán a las aulas el venidero 5 de septiembre para continuar el actual período lectivo.

Durante esa segunda etapa los alumnos asumirán, como hasta ahora, un período cargado de adecuaciones curriculares que llegaron tras la pandemia y persiguen que cada educando venza los objetivos del grado.

Sin embargo, cuando todavía no se ha cerrado la página de este curso escolar atípico, por el impacto de la covid, el sector educacional en Sancti Spíritus no pierde tiempo y se ajusta los cinturones para recibir con éxito el correspondiente al 2022-2023.

Andrei Armas Bravo, director provincial de Educación, ofrece declaraciones acerca de los preparativos de la provincia para enfrentar el venidero período lectivo.

“Desde el mes de mayo comenzamos con los seminarios de preparación de la estructura provincial, con el acompañamiento del Mined. Más tarde, les correspondió a los municipios y a los directores de las instalaciones docentes”, constata el directivo.

Enfocados en la formación, atención y superación de los educadores, el sector tampoco descuida la cobertura docente, un aspecto que, a pesar de los esfuerzos, muestra brechas en los últimos tiempos.

“No es un secreto que seguimos con una situación tensa con la cobertura docente. Cuando cerramos el curso 2020-2021 teníamos una cobertura del 97 por ciento y, en este momento, solo tenemos un 93.7. Sin dudas, ha disminuido. Esto nos obliga a perfeccionar todos los planes de formación vocacional y orientación profesional con los estudiantes que ingresan a las escuelas pedagógicas.

“Las principales necesidades están en las enseñanzas Secundaria Básica, Preuniversitario y Técnica y Profesional, sobre todo en las asignaturas del área de las Ciencias. La mayor complejidad la tenemos en Matemática, Física, Química y Biología”, apunta Armas Bravo.

Si bien es cierto que, tras la implementación de la reforma salarial, previa al ordenamiento, Educación tuvo un despertar en la incorporación de maestros, no caben dudas de que la situación económica que atravesamos, la emigración y las tentadoras propuestas de los nuevos actores económicos estimulan el éxodo de educadores.

Por ello, Andrei no deja de creer en la pertinencia de los círculos de interés, las sociedades científicas y la labor de formación vocacional, herramientas que elevan la motivación de los alumnos hacia estas especialidades. Mas, a su juicio, no siempre se refuerza la aptitud desde edades tempranas. 

“Lamentablemente nos falta sistematicidad en el trabajo de la formación vocacional para lograr que el estudiante llegue a los grados terminales y se incline por la formación pedagógica”, confiesa.

Y mientras aparecen nuevas luces para mejorar la disponibilidad de docentes frente al aula, el territorio no se queda de brazos cruzados. “Una de las alternativas que buscamos para paliar la situación con la cobertura es el contrato por horas clase. Además, tenemos el incremento de la carga docente y la tarea Educando por amor, en la que alumnos universitarios de carreras no pedagógicas apoyan el proceso docente-educativo”, destaca Andrei.

Con dichas estrategias y la fuerza docente de la que dispone hasta ahora el sector educacional, no se afecta la enseñanza en predios espirituanos. “Es un reto la atención al aprendizaje. Estamos claros que al no tener esa vinculación directa con los alumnos durante estos dos últimos años, debemos alcanzar una mayor calidad de la labor educativa.

“Nuestros maestros están preparados, los equipos del Centro de Diagnóstico y Orientación interactúan para atender una serie de trastornos y secuelas que dejó la covid en los estudiantes”, agrega el directivo.

Unido a la preparación de los educadores, también se aseguran los recursos materiales para emprender el curso escolar 2022-2023. A pesar de las lógicas limitaciones económicas que sufre el país, se garantizan libretas, lápices, libros de texto, así como el uniforme escolar para los grados iniciales de los diferentes niveles educativos.

Por otro lado, la reparación y mantenimiento de los centros educacionales no deja de estar en la mira. “Comenzamos este curso escolar con 81 instituciones evaluadas de Regular y Mal. Pretendemos en lo que resta de este cambiar de categoría 24 instalaciones. Tenemos municipios con muy buenos resultados como Sancti Spíritus, el cual ya posee pocas escuelas en regulares o malas condiciones.

“Hemos trabajado en 11 planteles de Trinidad, el territorio con más deterioro en su red escolar, y gracias al trabajo en las comunidades también se han hecho acciones en nuestras escuelas. No nos hemos detenido.

“Todas las instituciones están funcionando y el compromiso de los educadores espirituanos es elevar los indicadores de calidad del aprendizaje y aportar a la formación integral de las nuevas generaciones”, asegura el director provincial de Educación.

Greidy Mejía Cárdenas

Texto de Greidy Mejía Cárdenas

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