Trinidad: la odisea del agua (+fotos)

Como en otros lugares del país, el sureño territorio enfrenta los efectos de la sequía, que se agrava con la rotura de varios equipos de bombeo, las irregularidades en la distribución mediante carros cisternas, el déficit energético y otras cuestiones subjetivas

La mayoría de las áreas urbanas no recibe el agua a través de las redes a causa de la sequía y la rotura de los equipos de bombeo. (Fotos: Ana Martha Panadés/Escambray).

La odisea del agua se repite año tras año en Trinidad. Lo mismo en las calles Rosario, América, Gutiérrez o Independencia, que en los repartos La Purísima o Polvo Rojo, y en las comunidades de Manaca Iznaga o Palmarito, la escasez del vital líquido constituye uno de los mayores reclamos de los trinitarios ante las dificultades para acceder a un recurso imprescindible.

En pleno periodo seco el aporte desde los manantiales de San Juan de Letrán no sobrepasa los 5 litros por segundo; a ello se suma la inestabilidad de los sistemas de bombeo a partir de la rotura de varios equipos y la complicada situación energética de los últimos meses. Como resultado, casi toda el área urbana ha carecido del servicio estable, afectación de la que tampoco escapan las comunidades rurales del municipio.

Pero otras irregularidades también desvían el curso del preciado líquido en una urbe que ha crecido en urbanización y habitantes, pero mantiene el mismo sistema de acueducto y sus redes de distribución de décadas atrás.

Trinidad vive nuevamente la odisea del agua.

Varios de los criterios encienden la polémica: que si algunos llaveros manipulan las válvulas a su conveniencia, que las pipas no llegan a las cuadras porque nadie las controla y se venden a quienes puedan pagarlas a 3 000 o hasta 5 000 pesos, que unos pocos se enriquecen a costa de la necesidad de muchos, que existen áreas de la ciudad sin recibir el servicio desde hace más de dos meses… Con la agenda repleta de insatisfacciones, Escambray intenta descubrir el itinerario incierto del agua en Trinidad.

EL GRAN ROMPECABEZAS DE LA DISTRIBUCIÓN

Además del surtidor natural que baja desde San Juan de Letrán, la ciudad recibe el líquido de otras fuentes: las baterías de pozos emplazados en Santiago Escobar, Las Piñas, Los Mangos y la zona Oeste. Como reservorios cuenta con cuatro tanques de distribución y una planta potabilizadora.

A juicio de los expertos, esta infraestructura hidráulica resulta incongruente con el crecimiento urbanístico y el desarrollo turístico en el territorio, a pesar de que el proyecto integral de rehabilitación, previsto desde hace más de una década y paralizado por falta de financiamiento, permitió adquirir varios equipos de bombeo y concluir algunas de las inversiones, como la rehabilitación de la Conductora Santiago Escobar, entre otras obras importantes.

Sin embargo, la distribución del agua constituye un gran rompecabezas. Lo confirma Michel Sorroche Ruiz, director de la Unidad Empresarial de Base Acueducto Trinidad. “La mayoría de los sistemas de abasto en el municipio presenta algún tipo de afectación, ya sea por la ausencia de precipitaciones o debido a la rotura de los equipos de bombeo”.

Michel Sorroche, director de la UEB de Acueducto Trinidad, asegura que en estos momentos la distribución del preciado líquido es un gran rompecabezas.

De acuerdo con el funcionario, el foco rojo se localizó en los pozos de Santiago Escobar, con tres bombas inhabilitadas, mientras la zona Oeste reportó dos y Los Mangos, una. “Eso compromete la estabilidad del servicio en casi todo el sector urbano, a lo que se suma la escasez que sufren también los habitantes de varios asentamientos rurales, como Manaca Iznaga, la Chispa y Palmarito, con una situación bien compleja”, agrega.

Desde el Grupo Temporal de la Sequía constituido en el Gobierno local, las cifras dan cuenta de que más de 30 000 trinitarios sienten los rigores de la poca disponibilidad del líquido. “Para ello se han puesto en práctica alternativas a fin de garantizar el acceso de la población a un recurso vital”, sostiene Darly Escobar Ramírez, viceintendente que atiende esta actividad en el Consejo de Administración Municipal.

Una de ellas es la distribución en carros cisternas, lo que requiere vitalidad del parque automotor —bastante maltrecho por la carencia de gomas y baterías—, y respaldo de combustible; en este último caso el apoyo desde el Gobierno Provincial ha sido una prioridad en función de garantizar el diésel para mover los vehículos estatales y del sector no estatal comprometidos con el tiro de agua a la población.

Osnedi Valmaceda Medina, presidenta del Consejo Popular La Purísima, comparte el sentir de sus electores. “Estamos enfrentando una situación crítica; las quejas son diarias y recogen afectaciones en las calles Primera, Segunda, Tercera y final de Lino Pérez, los Cedros, la parte media y alta de la Boca… Tampoco estamos satisfechos con el servicio mediante las pipas. Asisto con disciplina a la reunión y dejo por escrito las prioridades, pero el carro no llega a la cuadra o lo hace cinco días después”.

Arnaldo García Iznaga, delegado de la circunscripción 12 del Consejo Popular Centro, coincide con ese criterio. “Existe mucho descontrol; por ahí es que se desvía el agua y se vende. Anteriormente nosotros le firmábamos el vale al pipero y hasta hacíamos el viaje con él”, expone.

Obviamente no todos los que cumplen esta responsabilidad popular están en condiciones de hacer lo que sugiere Arnaldo y se concretó el pasado año; sin embargo, es imprescindible poner freno a la indisciplina, a la insensibilidad de unos pocos y fiscalizar el itinerario de esta distribución, que no es la ideal, pero sí le cuesta al país.

La infraestructura hidráulica de Trinidad no es coherente con el crecimiento de la ciudad y su desarrollo turístico.

EL AGUA NO ES UN NEGOCIO, ES UNA NECESIDAD

Sobre las nueve de la mañana el carro cisterna parquea en una de las cuadras de la calle Rosario. Margarita Ramírez apenas logra cargar unas cubetas. “Tengo 62 años y no puedo hacer fuerza. Mi hijo y mi nuera trabajan. La pipa se planificó para el sábado por la mañana y llegó el miércoles. No todos los vecinos pudieron coger el agua”, se lamenta esta jubilada que recuerda sequías tan duras como la actual.

Quejas similares llueven a diario en la oficina de Atención a la Población en la UEB de Acueducto municipal, atendida por Mercedes Zamora. Y aunque todas se refieren a insatisfacciones con el servicio de abasto, los salideros o la limpieza de fosas y registros, hay asuntos en extremo sensibles; entre ellos el servicio que se les debe garantizar a las personas con enfermedades crónicas severas, clasificados como casos sociales.

“Alrededor de 500 se encuentran en esta condición, a los que se les debe garantizar el servicio con una frecuencia de hasta 20 días; pero en estos momentos existe mucho atraso”, admite, al tiempo que agradece el apoyo de trabajadores por cuenta propia que ejercen la actividad de acarreo de agua.

“Son ocho tractores que garantizan tres viajes diarios a estos casos. Hemos podido contar con estos choferes incondicionalmente y eso es digno de reconocer”, expresa.

Yudiel Bandomo es uno de los trinitarios convencido del valor humano de su aporte. “Tengo a mi mamá en ese caso, por eso me solidarizo con todas esas personas, al igual que mis compañeros. Pero necesitamos que se mejoren las condiciones en el cargadero del Centro de Elaboración; el trabajo que se hizo no quedó bien. Tenemos que cuidar nuestros equipos porque cualquier reparación cuesta mucho”.

Mas, no todos los conductores de los carros que hoy deben garantizar el servicio a la población —al menos en pipa— tienen la misma sensibilidad. El control entonces no puede quedarse en el contexto de una reunión; urge seguir el rastro de agua para que llegue también a quienes no pueden pagarla a precios alucinantes, y necesitan por igual de ella.

Tractores, carretones y carros cisternas se encargan del tiro de agua que en ocasiones se vuelve un negocio lucrativo.

 ALTERNATIVAS, PERO NO LA SOLUCION DEFINITIVA

La mejoría en el abasto del líquido, ante la imposibilidad de disponer de nuevas fuentes de suministro, no solo depende de la llegada de las lluvias y la recuperación de San Juan de Letrán, sino también de la estabilidad de los sistemas de bombeo con la incorporación de nuevos equipos, en particular los tres que demanda Santiago Escobar.

Para alivio de los trinitarios, de los equipos de bombeo adquiridos por el país, ocho fueron destinados a este territorio. De acuerdo con Sorroche Ruiz, su montaje se realizará de forma progresiva y luego de la revisión de todos los componentes de las pizarras eléctricas a fin de evitar averías futuras.  

No obstante, vecinos del área urbana de Polvo Rojo y de la comunidad de Manaca Iznaga ya se benefician del servicio de agua tras la puesta en funcionamiento de las primeras bombas.

Además, de concluirse los trabajos que se ejecutan en un tramo de 4 kilómetros de la conductora San Juan de Letrán en su recorrido desde la montaña hasta la villa, se podría contar —en la actual etapa crítica— con unos 30 litros por segundo más que hoy se desperdician.

Todos coinciden en que la solución a largo plazo para calmar la sed de los trinitarios se encuentra en la construcción de nuevas fuentes de abasto. Arenas de Algaba fue una de las que previeron el proyecto integral de rehabilitación hidráulica, que incluye el trazado de una conductora de alrededor de 20 kilómetros y otras grandes inversiones para las que se requieren presupuestos millonarios.

Lo que sí debe ejecutarse este año —de acuerdo con el director de Acueducto en el municipio— es la perforación de dos pozos más en la zona del Oeste, cercana al Circuito Sur. “Esto podrá mejorar el suministro a la parte baja de la ciudad”, expone.

Se prevé asimismo concluir el proyecto para el cambio de la matriz energética en 13 de las estaciones de bombeo ubicadas en comunidades rurales del municipio, lo que beneficiará a los vecinos de esas zonas, en jaque también por la sequía.

  Pero mientras llega la solución definitiva del agua en Trinidad, las alternativas no pueden ahogarse en la improvisación, la insensibilidad y el descontrol.  

Ana Martha Panadés

Texto de Ana Martha Panadés
Reportera de Escambray. Máster en Ciencias de la Comunicación. Especializada en temas sociales.

6 comentarios

  1. Osmany Yadir Pérez Infante

    Buenas tardes Escambray, recuerdo en trabajos periodísticos anteriores sobre el tema acueducto de Trinidad, se dijo que se contaba con el financiamiento necesario donado por el reino de Catar, es decir se podía haber terminado la rehabilitación del acueducto Trinidad, una obra tan soñada y añorada por el pueblo.
    Parece que se escurrió en salineros ese presupuesto junto con el agua.

  2. Mirelis Fátima Álvarez Puente

    Vivo en la calle Lino Pērez e/e José Martí y Miguel Calzada, arlado de ETECSA ,desde el 6 de febrero del 2024 no recibimos agua por tuberías, y éste día no se nos abrió la llave que presta servicio, desde ese día, los vecinos comunicamos al puesto de mando, que no cumple objetivo, siempre dan la información inadecuada, quedó claro que el llavero no manipuló la llave de la casa del tabaco. Por quejas al PCC con opinión de pueblo se mandó una pipa, que la parqueó arlado de salud, solo cargamos 3 personas, traían la orientación de no ponernos mangueras. Es una cuadra de sólo 8 casas, con personas de avanzadas edades. Al pasar 30 días volví por la misma vía que la anterior que atañe otra vez, sin permitir manguera. Como comprende ensañamiento con las que aunque jubiladas, sobrinas de un mártir de la Revolución Mario Guerra con 80 años, solo 2 viejos de esa edad y no se ha tenido en cuenta. Por favor en 3 meses y 1/2, nada del preciado líquido. En conversación con la delegada no vemos respuesta, la válvula de la esquina está rota, por eso temen abrir, dicho esto por llaveros pasados. Volveremos a ver la luz al final del túnel, porque si hay indolencia, las pipas de las casas que rentan no faltan ,los salideros no preocupan .Fuí delegada por 4 años,circunscripción 82 y hice un trabajo con piperos y llaveros que todavía se recuerda,Buenas tardes.

  3. Y en las zonas del parque serafín Sánchez cuando dicen que no hay agua, no es fácil.

  4. No es sólo Trinidad en Cabaiguan donde vivo los pozos que habían en casas se cerraron por contaminación dice y desde hace un par de años para acá es más tiempo el que estamos sin agua que cuando hay las partes más bajas del pueblo parecen arroyos muchas calles ahora hace más de un mes que no entra agua y tenemos que gastar semanal 500 pesos en un tanque con lo cara que está la vida

  5. alguien pudiera explicar el financiamiento del fondo de catar que se hizo para la rehabilitacion del acueducto de Trinidad, que se proyectó 25 millones de dolares

  6. Felix González

    Es un negocio de muchos y la orden está dada salvase quien puedas

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