Solo se dejó llevar por la competencia. Lo otro sería jugar. Jugar entre peones y alfiles, caballos y reyes, sobre todo estos últimos. A fin de cuentas, para el fomentense Esley Díaz Bombino participar en la Olimpiada de Ajedrez Sub-16 era ganar con anticipación una partida, la mejor de su joven carrera, solo por el hecho de asistir.
Por eso de Barranquilla, Colombia, regresó, como sus compañeros, con algo más del séptimo lugar general de Cuba, el país mejor ubicado de América en una exigente lid donde concursaron 46 naciones, 85 equipos y más de 350 jugadores.
Así cumplió con creces su rol de primer tablero del equipo 2, con un aporte de 7 puntos de 9 posibles, lo que le confirió un séptimo puesto individual, el segundo mejor resultado de los cubanos, después de la medalla de bronce de Jinela Rodríguez, del equipo 1 y única presea de una jugadora del continente.
“Fue una competencia muy difícil, pues a ese nivel todo el mundo juega bien, yo mismo esperaba haber terminado con 6 o 6.5 puntos, muchos de los que enfrenté me superaban en ELO, en ranking, incluso son ya Grandes Maestros y se mantienen jugando a un alto nivel todo el tiempo”, lo dice ahora a Escambray, serio y sincero como el niño que es, ya lejos de las tensiones de la competencia e inmerso en los rigores del nuevo curso con su noveno grado en la ESBU Mártires de la Familia Romero.

No esconde, con razones sobradas, su felicidad, que ha compartido por estos días con compañeros de juego, de escuela, familia, vecinos… “Estoy contento por el resultado porque de algún modo ayudé al equipo. Incluso, una de las partidas que gané, a un italiano, decidió la ubicación. Imagínate que se supone que el equipo dos en el que yo estaba era el más flojo y cuando vimos que Italia había barrido al Cuba 1, me dije: ¡Mi madre!, pero nosotros le empatamos el match”.
El equipo 2 que lideró Esley acumuló 13 puntos de 18 posibles, ganó cinco matches, igualó en tres y perdió en una ocasión para anclar entre los 10 mejores del exigente torneo. Su ubicación no lo dice todo, pues, como él mismo explica, “allí los lugares no se dan como en otros eventos por el que más puntos acumula, sino que es por performance, o sea que puede ser que delante de mí queden jugadores con 6 o 6.5 puntos, pero que enfrentaron a contrarios de más nivel, más ELO”.
De lo que hizo para derribar “reyes”, lo cuenta con la misma tranquilidad y determinación con que asume cada partida.
“Hice lo que he aprendido y he estudiado porque el ajedrez exige mucho estudio, por Internet casi todo. Me preparé para las aperturas, algo para el medio juego…”.
Lo que no dice por modestia, lo aclara Yordi Rodríguez León, su profesor: “Se sabía que la Olimpiada se haría con partidas de una hora, por eso hicimos énfasis en mejorar las partidas rápidas porque él de por sí era débil en ese tipo de juego, o sea tenía que mejorar su ajedrez rápido, fuimos al campeonato juvenil, un torneo que le vino muy bien como preparación para ese evento y los Juegos Escolares, en estos últimos no sale muy bien, pero nos sirvió para limar algunas cosas que hacían falta”.
Para llegar a los salones cafeteros, Esley esculpió antes un camino de triunfo que nació desde que, con cinco años, su padre Eley le enseñó a mover sus primeras piezas, en un camino en el que varios profesores le han llevado de la mano.
Con 14 años, su currículo luce una partida enjundiosa. Su nombre ya se ha hecho habitual en los fuertes torneos Capablanca in Memoriam que cada año reúnen en Cuba a buenos trebejistas del mundo. De cuatro participaciones ha emergido como primer lugar Sub-12 en la edición del 2023, plata en la de 2024 (Sub-16) y oro (primer tablero) en la de 2025 (Sub-16), aún con 14 años, un resultado que le abrió las puertas a la Olimpiada Juvenil de Colombia.
Su senda ganadora incluye además medalla de plata en estándar y de bronce en bliz en un torneo en México el pasado año. Fue campeón de los Juegos Escolares (segundo tablero), aunque compitiendo por Villa Clara y ganó el torneo por invitación Ponciano Gallardo, de Fomento y el Villa Trinidad, de la Ciudad Museo del Caribe.
Este año fue campeón provincial de la primera categoría y en los Juegos Escolares obtuvo 10 puntos en las pruebas técnicas, hizo 5.5 puntos para el equipo espirituano, que logró ubicarse en un meritorio séptimo puesto por provincias, tras varios años en lugares sotaneros.
También exhibe cuatro participaciones en los Internacionales Guillermo García y ha incursionado en los Internacionales Varadero, los campeonatos primera categoría y otros por invitación en provincias cubanas. Según datos de Yordan Urquiza, comisionado provincial del deporte, integra la preselección para entrar el próximo curso en la ESPA Nacional.
Algo ha distinguido a Esley en esos eventos: “Por lo general me he enfrentado a jugadores de más edad, más ELO, más nivel, eso me ha servido porque así elevo el mío y mejoro mucho”.
Repite lo del estudio constante, y no le apena confesar que no es que le quede mucho tiempo entre el ajedrez y la escuela, pero “siempre saco tiempo para las dos cosas”.
Por eso Fomento lo recibió como el campeón que es y espera que su pupilo siga poniendo en la cúspide del ajedrez el nombre de su pueblo intramontano.
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