Este fin de semana arranca la zafra azucarera en Sancti Spíritus

Jatibonico respira a zafra y, como parte de la estrategia de adelantar la contienda, se prevé arrancar los cortes de caña este fin de semana y horas después poner en marcha al Uruguay, central que realizó días atrás la prueba fabril de forma satisfactoria. En correspondencia con ese cronograma, desde el viernes comenzó el desplazamiento del dispositivo mecanizado hacia las áreas seleccionadas para el estreno de la cosecha, mientras los macheteros habituales, unos 350,  se incorporarán a partir del lunes.

La zafra en predios del Uruguay alarga su calendario seis jornadas más respecto a la anterior contienda, a la vez que concibe crecimientos en caña y azúcar en el orden del 7 por ciento. El compromiso de cumplir el aporte de crudo se une otro desafío que ubica la posición del central en términos de eficiencia: se le planifica el rendimiento industrial más alto del país, 11.50.

“La campaña se ha organizado bien —expone Elio Quintero, jefe de operación de zafra en el Uruguay—. Los recursos, aunque faltan algunos, han entrado en mayor cantidad y más oportunos, lo que permitió realizar las reparaciones previstas en la industria, la maquinaria y el transporte”.

Además del alistamiento de las áreas fabriles y del dispositivo que interviene en la cosecha, el directivo reconoce el trabajo acometido en el frente de la capacitación de todo el personal, sobre todo del involucrado en los puestos de la operación agroindustrial.

A partir del balance de recursos aprobado para la contienda, al Uruguay se le programa aprovechar diariamente la capacidad de molida al 73 por ciento, abasto que descansa principalmente en las fuerzas mecanizadas —asumen el 92 por ciento de la tarea de corte— y que tiene en las cuatro máquinas Case, dos de ellas nuevas, el mayor exponente de la productividad.

A fin de respaldar la eficiencia fabril y la calidad del azúcar, se prevé trasladar directamente al basculador alrededor del 40 por ciento de la materia prima.

La temprana arrancada del Uruguay —hace una década que no muele en diciembre— aporta de por sí ventajas a un colectivo acostumbrado a vencer los compromisos azucareros, pero desde la apertura la zafra reclama calidad en todas las actividades con vistas a cuidar los estimados cañeros y lograr que la eficiencia despunte temprano, dos aliados imprescindibles en el camino para conseguir el objetivo final de la cosecha.