Fidel y Chávez: La comunión de dos líderes

— ¿Quién está ahí esperándonos?”, preguntó el joven teniente coronel Hugo Chávez Frías mientras alisaba su liquilique verde, de cuello breve. Cámaras, luces, personas… se ceñían al pie de la escalerilla del Boeing que cubrió la ruta Caracas-La Habana. —El Comandante en Jefe Fidel Castro, le esclareció el funcionario de

cuba, fidel castro, lider de la revolucion cubana, hugo chavez, venezuela
Fidel y Chávez aceleraron el proceso de integración regional.

— ¿Quién está ahí esperándonos?”, preguntó el joven teniente coronel Hugo Chávez Frías mientras alisaba su liquilique verde, de cuello breve. Cámaras, luces, personas… se ceñían al pie de la escalerilla del Boeing que cubrió la ruta Caracas-La Habana.

—El Comandante en Jefe Fidel Castro, le esclareció el funcionario de la cancillería cubana en la puerta de la aeronave que se ha detenido en un sitio inusual del aeropuerto internacional José Martí.

 

Visita sorpresiva de Fidel y Nicolás Maduro a Evo Morales (+ fotos)

Fidel Castro: No dejaremos de luchar por la paz y el bienestar de todos los seres humanos

Por tu rifle fiel (+ fotos)

 

Aunque era su deseo, pensó que no vería al Presidente cubano debido a sus innumerables ocupaciones. “Si no me reciben ni los líderes uruguayos, que no son jefes de Estado todavía; si me sacan el cuerpo los del Partido Comunista de Venezuela, que ni siquiera me dan la palabra en sus reuniones, ¿por qué Fidel tendría que dedicarme una parte de su precioso tiempo?”, reflexionó antes.

Además, su visita demoraría lo que un relámpago; llegaba en la noche del martes 13 de diciembre de 1994 y regresaba a Venezuela en la mañana del jueves. Chávez correspondía con una invitación del Historiador de La Habana, Eusebio Leal, quien había solicitado en julio al entonces líder del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200) dictar una conferencia sobre el Libertador en la Casa Simón Bolívar en la capital cubana. Ciertamente, la idea había partido del propio Fidel, aclararía Leal más tarde.

A las 9 y 40 de la noche sobrevino el abrazo con Fidel, que lo traspasó con su mirada; el curtido guerrero tiene ante sí un hombre de ojos indómitos, delgado, rostro con mil horas de sueño de deuda.

Hacía más de ocho meses que había sido excarcelado, gracias al sobreseimiento de la causa seguida contra él por el levantamiento cívico-militar del 4 de febrero de 1992—; cuando volvió a la libertad —narraría después— se sintió “como cuando le abren la puerta a un toro, que colea y sale disparado: ‘¡a recorrer el país!’”. Y junto a seguidores salió en caravana por las ciudades a vertebrar la nueva épica, montado en una camioneta, bautizada como la burra negra.

— ¿Por qué tantos honores para Chávez?, preguntaron a Fidel en el aeropuerto.

—No tiene nada de extraño. Ojalá tuviera muchas oportunidades de recibir a personalidades tan importantes como él”, respondió a la interrogante salpicada de segundas intenciones.

ANTECEDENTES

Nadie ha recibido un elogio infundado de Fidel, quien este 13 agosto arriba a sus 89 años sin dejar de ser un “Pitágoras social”, “un gran matemático social para solucionar los problemas de los pueblos”, como lo apreció el Comandante Eterno Hugo Chávez. A golpe de confluencia de pensamiento y de acción, ambos estadistas construyeron una amistad que los superó en lo personal para trascender a dos pueblos, a dos naciones.

Desde su estancia en la cárcel de Yare, el hijo de Sabaneta de Barinas comenzó a hurgar en los intersticios de la Revolución cubana y, en particular, en el ideario de su líder, de quien leyó y releyó La historia me absolverá, sin obviar Un grano de maíz, la entrevista de Tomás Borges a quien nació en Birán, Oriente.

Todo ese arsenal de pensamiento, le sirvió al joven militar venezolano de “alimento de prisioneros”, “alimento de rebeldes”; por ello, la razón le asistía cuando sostuvo que había venido muchas veces en sueños a Cuba, en el discurso del 14 de diciembre de 1994 en la Universidad de La Habana, donde Fidel lo escuchó atentamente cuando muchos lo tildaban de loco.

cuba, fidel castro, lider de la revolucion cubana, hugo chavez, venezuela
Durante un paseo por el Parque Nacional Canaima el 12 de agosto de 2001.

Con anterioridad, el Comandante en Jefe le había pedido a Eusebio Leal una especie de retrato en primera persona sobre Chávez, luego de que el Historiador de La Habana lo conociera en el Ateneo de Caracas en julio del propio 1994.

Mas, tal como lo exponen los periodistas Rosa Miriam Elizalde y Luis Báez en su libro El encuentro, ya por otras vías Fidel disponía de noticias sobre quien asumió la presidencia de Venezuela por más de 14 años.

A escasas horas de la liberación del líder del MBR-200, en marzo del 94, la Embajada de Cuba en Caracas dio cuenta: “El fenómeno Chávez hay que seguirlo con atención los próximos meses”. En septiembre, el líder bolivariano envió saludos a Fidel durante un encuentro con el representante en Venezuela del Departamento América del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, de acuerdo con informes de la sede diplomática.

El 12 de septiembre, el recién estrenado embajador de La Habana en el país sudamericano, Germán Sánchez, y Eduardo Fuentes, representante del mencionado departamento, sostuvieron una entrevista bajo un ambiente de discreción (Cuba mantenía relaciones aceptables con el gobierno de Venezuela) con Chávez, considerado el principal enemigo del mandatario Rafael Caldera.

Durante el diálogo Chávez se interesó por la situación en la isla —estaban recientes los sucesos del 5 de agosto en el Malecón habanero—. “Él enseguida quiso ir al grano, y planteó que, independientemente de las contingencias en Cuba, siempre estaría a nuestro lado. Volvió a reiterar su admiración por Fidel, y su deseo de ir pronto a la isla y conversar con él”, testimonió a los citados reporteros Germán Sánchez.

—Cuenten con nosotros para cualquier ayuda, les manifestó Chávez a Fuentes y al embajador la plática a punto de mate.

—La mejor ayuda es que sigas adelante en tu proyecto bolivariano, lo alentó Sánchez ­­­casi al traspasar la puerta de un apartamento, sede del comando nacional del MBR-200, en Caracas.

OBRA COMÚN

Luego de ganar las elecciones presidenciales de diciembre de 1998 con el mayor porcentaje de los votos válidos (más del 56 por ciento) registrado por un candidato en relación con los cuatro décadas anteriores, Hugo Chávez asumió la primera magistratura en febrero del año siguiente; entre los invitados asistentes se encontraba Fidel.

Era la respuesta para quienes le espetaron a Chávez apenas estuvo de vuelta en su país el 15 de diciembre del 94: “No te has dado cuenta que Fidel te dio un tiro en el ala?”. Sin embargo, el líder izquierdista encontró el aliento en el pueblo. De paso por Guayana —como rememoró—, una señora eufórica se le abrazó: “Caramba, usted habló con mi jefe, usted habló con Fidel”.

El 30 de octubre de 2000 ambos mandatarios rubricaron en Caracas el Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela para promover y fomentar el progreso de las respectivas economías, verdadera alianza de intercambio, sustentada en la complementariedad, el humanismo y la solidaridad.

Gracias a la iniciativa de los dos presidentes, en julio de 2004 vino al mundo la Misión Milagro, extendida ya a varias naciones, con un fin humanista: solucionar gratuitamente la deuda con las personas excluidas de la atención y apartadas de la vida social y productiva por padecer carencias visuales.

Con la aprehensión de las cotas más elevadas del pensamiento unitario de Bolívar y Martí y en el contexto del aniversario 180 de la victoria de Ayacucho y de la Convocatoria al Congreso Anfictiónico de Panamá, los estadistas firmaron la Declaración Conjunta para la creación de la entonces Alternativa —hoy Alianza— Bolivariana para las Américas (ALBA) el 14 de diciembre de 2004 en La Habana, teniendo como telón de fondo los propósitos del gobierno de los Estados Unidos de expandir las fronteras del Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA), la “expresión más acabada de los apetitos de dominación” sobre esta zona geográfica, como lo exponía documento fundacional del nuevo organismo.

cuba, fidel castro, lider de la revolucion cubana, hugo chavez, venezuela
Juego de béisbol en Venezuela en octubre de 2000.

“Estos dos grandes hombres que ha parido la América Latina después de la generación de la independencia, se encontraron, se reconocieron y se unieron”, sostuvo a la prensa cubana acreditada en Venezuela Carmen Bohórquez, coordinadora general de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad.

Bohórquez resaltó el protagonismo de Fidel en la creación de la red, junto a intelectuales cubanos y mexicanos, e impulsada por Chávez, uno de los principales animadores del Encuentro Mundial de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, celebrado en Caracas en diciembre de 2004, que congregó a representantes de 52 países.

La comunión entre los líderes resultó primordial para afianzar las relaciones entre dos pueblos, apuntó Zaida Castro, directora de la Casa de Nuestra América José Martí, de la capital venezolana, quien continúa admirando la mente lúcida de Fidel.

“La visión más allá de lo normal que tiene él ayudó muchísimo a nuestro querido presidente (Chávez)”, comentó la periodista y catedrática Asalia Venegas, cuya opinión converge con la del reportero y escritor, también del país hermano, Rubén Wisotzki.

“Fidel es ha sido un faro para el continente y todavía sigue dando su luz; es una luz que necesitamos para saber llegar a la costa. Estamos atravesando mares, tormentas, y siempre que pareciera que estamos a punto de zozobrar, tenemos ese faro de dignidad, de ética”.

Rubén, en esa comunión de pensamientos entre Fidel y Chávez, ¿cuál fue la mejor de las obras que edificaron?

“La obra de la conciencia; la concientización de unas nuevas generaciones es el verdadero aporte que descubro en personas como ellos”.

EL MEJOR AMIGO

9 de abril de 2013. Durante la inauguración del complejo educacional Vilma Espín, en el municipio de Playa, Fidel invita a escuchar la canción del cantautor Raúl Torres, El regreso de un amigo, interpretada por varios músicos cubanos, dedicada al Comandante Eterno, fallecido el 5 de marzo de ese año. La Televisión Cubana multiplicaría después rostro del rebelde de la Sierra, visiblemente conmovido. Explicable. También se cruzarían imágenes que narran la amistad entrañable que se prodigaron: ríen, se abrazan, firman convenios, viven dentro del pueblo, sueñan, construyen la unidad, sin que en ningún instante el líder cubano hubiera perdido la mirada que traspasó al teniente coronel, cuando lo recibió en el aeropuerto.

“Aquel abrazo de La Habana fue un sello para siempre —declaró Chávez posteriormente—. Y yo me siento orgulloso de verlo aquí, gigante, joven, tan joven como cuando lo vi por primera vez en una foto que mi abuela me mostró en Sabaneta: ‘Un tal Fidel’”.

Enrique Ojito

Texto de Enrique Ojito
Premio Nacional de Periodismo José Martí, por la obra de la vida (2020). Máster en Ciencias de la Comunicación. Ganador de los más importantes concursos periodísticos del país.

Comentario

  1. jorge lizardo montero

    Felicidades a mi comandante eterno . Quiera esta vida que podamos celebrar este dia por mucho tiempo mas ,para que la humanidad siga gozando de la presencia y el ejemplo de nuestro querido Fidel . Gracias Fidel por ser quien eres y por llevar a Cuba a ese lugar cimero en que , gracias a ti Comandante , se encuentra hoy , a la vanguardia de la solidaridad , y la lucha por la justicia , para todas las personas del mundo . Felicidades Comandante Fidel .

Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *