Plaza que no existe

Con la percepción de que en su centro laboral se ha sido injusto con ella y de que, como parte del proceso de reordenamiento en el sector de la Salud, la despojaron de su plaza para luego otorgársela a otra persona, remitió una misiva a esta columna Daymi Delgado Delgado,

Con la percepción de que en su centro laboral se ha sido injusto con ella y de que, como parte del proceso de reordenamiento en el sector de la Salud, la despojaron de su plaza para luego otorgársela a otra persona, remitió una misiva a esta columna Daymi Delgado Delgado, trabajadora del policlínico Mario Muñoz Monroy, de Venegas, y residente en la calle Higinio Delgado de ese poblado yaguajayense.
Según relata la lectora, ejerció en ese centro la especialidad de Citohistopatología por espacio de nueve años y en octubre del 2011 la dirección del policlínico le comunicó que su plaza iba a desaparecer, por lo que quedaría disponible, aunque permaneció en su puesto hasta unos meses después. “Luego de un tiempo se ejecutan algunos reajustes y ubican en mis funciones a otra compañera que no tenía ni conocimiento ni experiencia de mi especialidad, ya que es traumatóloga y se graduó mucho después que yo”, refiere. Más adelante escribe que pese a su reclamación le esgrimieron algunas objeciones, por lo que se desempeñó, indistintamente, en las áreas de dispensarización en los consultorios, pizarra (en sustitución de una trabajadora con licencia de maternidad) y la biblioteca.
Agrega que en septiembre del presente año cesó en sus funciones (por propia voluntad) y comenzó a reclamar su plaza original, pero se le ratificó la inexistencia de la misma; también se le propuso asumir el área de Admisión y Archivo, a lo que ella se rehusó “por no tener experiencia ni conocimientos”. Vierte, además, argumentos de supuestas acciones que le hacen sentirse maltratada y señala que se personó en la Dirección Municipal de Salud, donde se le prometió una respuesta que al momento de escribir —según dice su carta— no había recibido. Estuvo con serios trastornos psíquicos por causa de este conflicto, pero mantiene —expresa—“disposición para laborar en cualquier trabajo, así como a ejercer nuevamente mis funciones”.
Escambray visitó el mencionado centro y conversó con el licenciado Pedro García Díaz, director, quien reafirmó que la plaza reclamada por Daymi ya no existe y que ella, como parte de las facultades que le asisten a la administración ante el exceso de plantilla, fue asignada a otras labores donde resultaba más necesaria. Sobre la compañera que presuntamente ocupa aquella plaza precisó que se trata de otra trabajadora que concluyó su licencia de maternidad y cubre parte de las funciones de la enfermera a cargo del Programa de cáncer cérvico-uterino, limitada por una reciente intervención quirúrgica, aunque las alterna con otras en el consultorio médico de servicios extendidos de Iguará.
“La movimos para Admisión y Archivo porque allí hacía falta. Su negativa fue rotunda; luego solicitó vacaciones y se le otorgaron; después permaneció de certificado médico y actualmente está en la mencionada área, aunque no muestra voluntad para cumplir con las funciones que le corresponden”, abundó García Díaz.
Vladimir Barbeito, al frente del Departamento de Recursos Humanos de la Dirección Municipal de Salud, informó que tras recibir la reclamación al caso se le dio una atención multifactorial y que, en cumplimiento de lo establecido, a la trabajadora se le sugirió apelar ante el Órgano de Justicia Laboral de Base (OJLB). Eva Viamontes, secretaria de dicha estructura en la institución sanitaria, confirmó que la queja, luego de los correspondientes análisis y averiguaciones, fue declarada sin lugar, decisión que le fue informada a la promovente. De no estar conforme, Daymi tiene derecho a apelar ante los tribunales.

Delia Proenza

Texto de Delia Proenza
Máster en Ciencias de la comunicación. Especializada en temas sociales. Responsable de la sección Cartas de los lectores.

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