Celerina Darias Godoy: “León XIV almorzó en mi casa” (+fotos)

La elección de Robert Francis Prevost como el Papa número 267 de la Iglesia Católica ha despertado gran interés en las redes sociales y diversos medios de prensa en Cuba, entre otras razones por su presencia y vínculos con la isla en algunos momentos.

De ello da fe el testimonio de Celerina Darias Godoy, residente en la calle Salvador Allende No. 10, entre 7ma. y Las Palmas, en el municipio avileño de Chambas.

Vía telefónica, contactamos a esta mujer, devota y fiel, quien tiene profundos lazos familiares en Yaguajay. Cuenta Celerina que en el año 2006 llegaron dos sacerdotes de la Orden San Agustín hasta la Parroquia La Inmaculada Concepción, de Chambas, perteneciente a la diócesis de la Iglesia Católica de Ciego de Ávila.

Tenían la misión de atender la parroquia y los trabajos de reconstrucción que allí se realizaban. En el año 2008, en tanto, se recibe la visita de Robert Francis Prevost, quien por entonces era Prior General de la Orden de San Agustín.

Dice Celerina que pasó todo el día en el pueblo, pues venía a conocer acerca del estado de la parroquia, la labor de sus sacerdotes en las comunidades y, de forma general, intercambiar con la población.

En aquella ocasión ofreció la misa de la eucaristía y ella tuvo la posibilidad de tomar con él la comunión. Recuerda esta chambera que por aquel entonces encontró a “un hombre afable, que hablaba bajito, que escuchaba atento, transmitía serenidad y confianza, además de interesarse por todo lo concerniente a la iglesia local”.

Durante su estancia accedió a almorzar en casa de Celerina. Fue un almuerzo sencillo —dice—: arroz blanco, picadillo y yuca blandita. “Allí estaban mi hijo, su esposa, mi nieta y los demás párrocos”, relata Celerina, cuyas palabras fluyen con naturalidad. Ella siguió hace apenas días atentamente el cónclave para la elección del nuevo Pontífice y al saber la noticia quedó sorprendida en una mezcla de alegría y recuerdos; también de gratitud.

“Me emocionó que el nuevo Papa León XIV hubiese estado sentado en la mesa de mi casa y compartido con tantos fieles de mi iglesia. Siento alegría, pues nos dejó una grata impresión su visita, la cual recuerdo como un encuentro agradable. En su rostro en todo momento denotó alegría y confianza, parecía un miembro más de la familia”.