María del Pilar Martínez Hernández: La cooperativa Luis La O es una familia grande (+fotos)

Lo asegura esta mujer, quien se desempeña desde hace 12 años como presidenta de dicha cooperativa en el municipio de Yaguajay

Pilar está dentro de las cuatro féminas que lideran bases productivas en Yaguajay.

Ni a sus 61 años de edad María del Pilar Martínez Hernández ha soltado los ariques que heredó de su familia campesina. Quizás por ello, aun cuando alcanzó el técnico de nivel medio en Contabilidad y laboró como profesora de Biología, jamás logró decirle adiós al campo.

Tanto es así que en el 2007 ingresó a la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Luis La O, del municipio de Yaguajay, ubicado en el centro norte de Cuba. Primero se desempeñó como económica hasta que, más tarde, asumió las riendas de la base productiva con la misma destreza que dominó los números y las clases frente a un aula.  

“Vengo de una familia anapista y mi antiguo presidente, vecino mío aquí, en Meneses, me contrató para económica y me fue preparando hasta que asumí la presidencia de la cooperativa. Poco a poco fui aprendiendo. Me gustó mucho ese mundo y aquí estoy desde el año 2013”, explica con la misma seguridad que camina los surcos y encara los problemas.

María del Pilar Martínez Hernández se desempeña desde hace 12 años como presidenta de la CCS Luis La O, de Yaguajay.

Según cuenta no le resultó complejo dirigir, pues del 2007 al 2013 conoció palmo a palmo las áreas de la cooperativa y estuvo cerca de los asociados. Y es que a Pilar, como todos la conocen en Yaguajay, no la frenó la dispersión geográfica de las fincas campesinas que integran la CCS y, mucho menos, los compromisos productivos. Le bastaba entrega y voluntad para trabajar.

Enfocados en la producción de alimentos para el pueblo, sobre todo, leche y carne vacuna, además de los cultivos varios, los más de 150 asociados de la Luis La O laboran a diario por cumplir los encargos productivos. En unas 714 hectáreas de tierra los campesinos sacan lo mejor de sí.

“Hasta ahora las producciones se comportan estables. Estamos cumpliendo en la leche al 102 por ciento; la carne vacuna está cumplida, y falta algo de cultivos varios que en el transcurso del año pensamos concretar. El plan del 2025 va a ser cumplido”, explica.

Y aunque la cooperativa avanza, Pilar no se conforma. Por ello siempre está cerca de los campesinos, auscultando sus realidades, rompiendo obstáculos, abriendo caminos. Para esta mujer de estirpe guajira, que está dentro de las cuatro féminas al frente de bases productivas en el norte espirituano, los planes de la cooperativa son asuntos sagrados.    

“Yo quisiera más resultados de los que tengo, pero este año ha sido complejo por la situación que enfrentamos con la falta de recursos e insumos. No obstante, seguimos trabajando para cumplir con lo que nos toca”, asegura Martínez Hernández y no deja de reconocer a los asociados, esos hombres y mujeres que se entregan en cuerpo y alma al campo.

“Visitamos mucho a los campesinos. Vamos a sus casas y vemos los problemas que tienen y tratamos de ayudar en lo que podamos. Creo que la presencia de la junta directiva en las diferentes áreas de la cooperativa motiva el cumplimiento de los planes. Además, no nos podemos quejar del campesinado que tenemos, porque nos respetan y poseen un alto compromiso con la labor que desempeñan”, detalla la presidenta de la Luis La O.

Pilar desde hace 12 años encauza los pasos de la CCS Luis La O. Y aunque para muchos pudiera parecer una tarea titánica, para ella ha sido un camino hermoso. Se coló de a poco entre los campesinos y hoy, más que asociados, son parte de su familia.

“Visitamos mucho a los campesinos. Vamos a sus casas y vemos los problemas que tienen y tratamos de ayudar en lo que podamos”, detalla Pilar.

“Aquí somos una gran familia. Nos respetamos, queremos, y ayudamos. Además, el rol que estamos desempeñando las mujeres en el sector agropecuario es muy importante. Para nosotras no hay obstáculos en el cumplimiento de una tarea”, alega.

Unido al quehacer de la cooperativa, también está su hogar: “Tengo una familia que me ayuda mucho, y mi mamá, a pesar de contar con una avanzada edad, siempre está a mi lado”, confiesa quien se siente dichosa por tener a sus seres queridos, quienes la oxigenan para que siga así, con el oído pegado a la tierra.

“En ningún momento me arrepiento de haber llegado a la ANAP. Quiero mucho a Educación también, porque de ahí partí, pero estoy muy contenta por ser anapista. Voy a estar aquí todo el tiempo que pueda. La CCS Luis La O es una familia grande”, concluye.

Pilar suelta estas palabras y no puede contener la emoción. Sabe de sobra cuánto significan para ella la cooperativa y sus asociados. En las áreas de esta base productiva aprendió de sacrificios, desvelos y de amor por la tierra. Por ello, a sus 61 abriles, agradece haber llegado a su otra casa: la CCS Luis La O.        

Greidy Mejía Cárdenas

Texto de Greidy Mejía Cárdenas

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