La Educación Especial en Sancti Spíritus se perfecciona

Cuando la Educación Especial en Cuba arriba a su aniversario 51, esta enseñanza en Sancti Spíritus presume de no pocos aciertos. Antes del triunfo revolucionario resultaba exiguo el seguimiento pedagógico a los infantes con limitaciones físicas o intelectuales, mientras hoy más de 1 600 niños, adolescentes y jóvenes con necesidades educativas especiales asisten a las 14 escuelas del territorio destinadas a ofrecerles atenciones particulares mediante un sistema coherentemente articulado.

Asimismo, la matrícula de escolares con estas características en Salones Especiales en Círculos infantiles, así como insertados en diversos grados de las Educaciones Primaria, Secundaria y Técnica y Profesional, supera los 300 alumnos, como parte de las otras modalidades de atención, entre las que sobresalen además el trabajo en centros penitenciarios y el Programa Educa a tu Hijo.

Los Centros de Diagnóstico y Orientación, los Hogares de Niños sin Amparo Familiar, el Aula Hospitalaria y los maestros ambulatorios conforman el resto del universo espirituano que compone este tipo de instrucción.

Garantizar la incorporación a la vida social, en tanto trabajadores activos de una sociedad con igualdad de derechos y oportunidades, deviene el propósito educativo de esta enseñanza, la cual egresó el pasado curso a casi 50 estudiantes espirituanos con posibilidades laborales, ubicados en correspondencia con su formación, según Deysi Castillo Ibarra, jefa del Departamento de Educación Especial en la provincia.

En ese sentido juegan un rol imprescindible los 38 talleres de preparación laboral que existen en el territorio, en los cuales estos educandos desarrollan actividades manuales que potencian habilidades intelectuales y motoras.

“En Sancti Spíritus existe un personal docente capacitado, entre los que sobresalen 256 profesores con las categorías de Master y Doctor en Ciencias, junto a equipos multidisciplinarios integrados por psicólogos, psicometristas, pedagogos, logopedas, psicopedagogos y trabajadores sociales para la detección, evaluación, diagnóstico, posterior seguimiento, así como currículum, estilos y estrategias de aprendizaje”, indica Castillo Ibarra, quien además señala la contribución de los especialistas al perfeccionamiento del proceso docente-educativo.