El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha sido arrestado de forma preventiva este sábado a petición de la Policía Federal, informan medios locales.
Según las primeras informaciones, no se trata del cumplimiento de la condena por el caso de intento de golpe de Estado, sino de una medida cautelar. La orden provino del juez Alexandre de Moraes del Supremo Tribunal Federal (STF).
El exmandatario fue trasladado a la Superintendencia de la Policía Federal, donde permanecerá recluido en una sala especial, un espacio reservado para autoridades, como presidentes de la República y otras figuras públicas de alto rango. Bolsonaro se encontraba en prisión domiciliaria desde el pasado 4 de agosto.
En un comunicado, la Policía Federal informó que ejecutó una orden de prisión preventiva solicitada por la propia Policía Federal y autorizada por el STF.
Según G1, el arresto fue motivado ante la necesidad de garantizar el orden público, después de que el senador Flávio Bolsonaro convocara una vigilia en apoyo al expresidente. La Policía Federal consideró que el acto representaba un riesgo para los participantes y los agentes.
De Moraes justificó la orden de prisión preventiva señalando que Bolsonaro intentó manipular y romper su brazalete electrónico de monitoreo en el tobillo a las 0:08 (hora local) del sábado.
«La información confirma la intención del condenado de romper la tobillera electrónica para asegurar su fuga, facilitada por la confusión generada por la manifestación convocada por su hijo», enfatizó Moraes.
Además, destaca que la proximidad de la residencia de Bolsonaro a la Embajada estadounidense también fue un indicio de que podría intentar escapar de un posible arresto.
Intentona golpista
Este viernes, la defensa de Bolsonaro presentó una solicitud al STF para sustituir el régimen de aislamiento inicial, determinado tras la condena por intento de golpe de Estado, por un arresto domiciliario humanitario, argumentando problemas de salud, en el sentido de que un posible traslado al sistema penitenciario representaría un «riesgo concreto para su vida».
En septiembre, el expresidente brasileño fue condenado a 27 años y tres meses de prisión en el juicio de acción por la intentona golpista en contra del actual mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, que el 8 de enero de 2023 derivó en la invasión por simpatizantes bolsonaristas del Congreso, la Corte Suprema y el Palacio Presidencial en Brasilia. La condena aún no es firme y se encuentra en fase de apelación.
Escambray Periódico de Sancti Spíritus










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