El escritor de diccionarios

Dos monumentales diccionarios contienen referencias de autores cubanos debido a la búsqueda paciente y meticulosa del doctor en Ciencias Filológicas Ramón Luis Herrera Rojas

Ramón Luis muestra los tomos de su Diccionario de autores de la literatura infantil cubana. (Foto: Arturo Delgado/ Escambray)

Nadie como él podía hacerlo. Si desde 1991 estuvo enfrascado —en colaboración con la máster en Filología Hispánica Mirta Estupiñán González, recientemente fallecida— en una investigación que recogía lo más representativo de los autores de narrativa, poesía, teatro y géneros de divulgación —desde el siglo XIX hasta el presente— que fue publicada con el título de Diccionario de autores de la literatura infantil cubana; entonces estaba entrenado para un trabajo similar cuyo fin era incluir a los escritores cubanos en el Gran diccionario de autores latinoamericanos de literatura infantil y juvenil.

Fue su amigo, el narrador Luis Cabrera Delgado, quien aseguró al coordinador del Gran diccionario… que el doctor en Ciencias Filológicas Ramón Luis Herrera Rojas era la persona que en menos tiempo tendría listos los nombres y datos que garantizarían la presencia de Cuba.

 “ARMAR” LOS DICCIONARIOS

Sin embargo, no se trataba de tomar lo que ya tenía para el Diccionario de autores… y pasarlo automáticamente para el Gran diccionario… porque en estructura y contenido no eran idénticos. Para este último, redactó la ficha de 91 escritores. Si no bastara, debió escribir reseñas críticas de cinco libros de cada autor. “¿Cuántos libros hay que leerse para escribir una reseña, aunque sea breve? ¿Si no lees y relees las obras cómo puedes decir algo que valga la pena?”, asegura Ramón Luis.

Y si lo anterior parecía demasiado, tuvo que sumar la redacción de un comentario crítico general y de la bibliografía. “Es un trabajo de una dimensión bastante grande. Otras personas hubieran podido hacerlo, pero no todo el mundo está dispuesto a someterse a una cosa así. Se publicó en España en 2010”.

Escribir el Diccionario de autores de la literatura infantil cubana fue tan arduo como su homólogo latinoamericano. En 1991, Mirta y Ramón Luis empezaron a recopilar datos que les sirvieran para la docencia. Seis años después tuvieron una primera versión mecanografiada a la que llamaron Diccionario. Estaban entusiasmados, pero comprendieron que para ganar tiempo tenían que valerse de la digitalización. Cuando pudieron, hacia 2002, empezaron a utilizar Internet. Ese nuevo enriquecimiento les permitió entregar otra copia en 2008 a la Editorial Gente Nueva; ahí comenzó a trabajar como editor Esteban Llorach.

“Esteban no se limitaba a corregir cuestiones del texto, era obsesivo con la calidad y con los datos, contrastaba la información y hacía una investigación paralela a la que ya habíamos hecho, nos sugirió autores que no estaban; hizo una revisión erudita. El Diccionario… ganó muchísimo y él lo sintió como un trabajo también suyo”, refiere con orgullo Ramón Luis.

El Diccionario… elabora una lista de los libros publicados por cada autor en orden cronológico. Como no todas las editoriales cubanas publican catálogos, encontrar un sinnúmero de datos fue una labor casi policial. Sobre ese detalle, comenta: “Mirta y yo habíamos hecho una revisión cuidadosa de cuanto catálogo existía; aun así, se nos quedaron autoras de la República que luego conocimos, como Fanny Crespo, Ciana Valdés Roig, Dalia Íñiguez Ramos… Nosotros estuvimos en la Biblioteca Nacional, pues se suponía que había libros que no se encontraban en otra parte; pero no el tiempo suficiente”.

Entre los contemporáneos ausentes —habría que añadirlos irremediablemente en alguna futura edición del Diccionario—, Herrera Rojas menciona a Elaine Vilar, Maikel Rodríguez Calviño, Raúl Piad y Héctor Luis Leyva Cedeño. De este último destaca que es “un autor interesantísimo que vive en Jiguaní, Granma. Hace una poesía muy cercana a lo narrativo, muy bien elaborada formalmente y con un humor que no es frecuente en la poesía cubana”.

La edición digital estuvo lista en 2014 y los dos tomos se publicaron en 2015 mediante un esfuerzo coordinado entre la Editorial Gente Nueva, que hizo la labor editorial, y Ediciones Unión, que aportó el financiamiento. Artísticamente, el Diccionario… es una suerte de galería de obras —de más de 40 creadores, entre ellos Ares, Roberto Fabelo, Eduardo Muñoz Bach, Reinerio Tamayo, Nelson Ponce, Alexander Izquierdo, Arassay Hilario, Carlos Zamora, Adian González— que se hicieron para los textos de Gente Nueva a lo largo del tiempo.

Las fichas de los autores cubanos del Gran diccionario fueron redactadas por Ramón Luis.

¿HAY OJOS FUERA DE CUBA PARA NUESTRA MÁS ACTUAL LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL?

Luego de ser publicados sendos diccionarios, cabría pensar que nuestra más actual literatura infantil y juvenil tiene la posibilidad de ser justamente valorada fuera de Cuba, al menos por quienes se dedican a estudiarla. Al respecto, Ramón Luis refiere: “En Cuba hay un movimiento de literatura infantil y juvenil muy grande y dinámico, es uno de los más importantes de América Latina. Pero como Cuba no está, salvo algunas excepciones, insertada en el mundo editorial transnacional y excepcionalmente se publica en editoriales importantes de España y de Latinoamérica, pues solo los investigadores muy cuidadosos y con buena información hablan de los cubanos. Si no vienen y compran los libros, que no son de una tirada muy grande y a veces están publicados en editoriales provinciales, entonces ese conocimiento es muy limitado”.

Para ilustrar mejor su argumento, Herrera Rojas lo ejemplifica con el género de poesía: “El movimiento cubano de poesía infantil, que es diverso y de tanta calidad, no se conoce. También hay escritores valiosos en la poesía infantil de América Latina y de España, pero, francamente, no son mejores que los autores cubanos. Pueden estar a la misma altura, pero como movimiento no hay comparación ni cuantitativa ni cualitativamente. Entre otras cosas porque en Cuba la producción editorial para niños y jóvenes no es comercial y entonces hay un terreno muy fértil para la experimentación, para escribir de verdad poesía y no versificación, que son dos cosas diferentes”.

Arturo Delgado Pruna

Texto de Arturo Delgado Pruna
Editor de Escambray y Ediciones Luminaria. Especializado en temas culturales

Comentario

  1. Elpidio Hernández Rodriguez

    Excelente articulo de Arturo Delgado Pruna, que nos tiene acostumbrado a la esencia de la palabra misma, la agudeza visionaria del crítico como la profesionalidad y su contenido que asombra. De un texto que salta del escenario cómplice para un trabajo que trasciende y trascenderá por encima de las oportunistas conveniencias literarias, no podría ser de otra manera. Las palmas también, claro y sobre todo, para el autor de un Diccionario siempre sobre la flotación y a la deriva de los que pudieran faltar, pero con la valentía de intentar aglutinar la esencia y asumir los riesgos. ¡Larga vida a las letras para los niños!

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