El presidente Luiz Inácio Lula da Silva afirmó que enfrentar el aumento de aranceles impuesto por su homólogo estadounidense, Donald Trump, es más fácil que combatir el hambre y la pobreza en Brasil.
Tal declaración emergió durante una sesión plenaria del Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional en el Palacio Presidencial, donde fue ovacionado por los presentes.
La medida de Trump, que entra en vigor este miércoles, excluye 694 productos, pero afecta significativamente a exportaciones clave como la carne de res, el café y el cacao.
El republicano justificó el arancel de 50 por ciento a productos nacionales como una respuesta a supuestos ataques de Brasil contra la libertad de expresión y al trato dado al exmandatario Jair Bolsonaro, acusado de golpista.
Pese a la gravedad de la situación, Lula mantuvo un tono firme y diplomático.
Aseguró que el problema comercial con Estados Unidos puede resolverse con diálogo, aunque rechazó la idea de una negociación directa con Trump por el momento.
«No voy a llamarlo para negociar. Pero sí para invitarlo a la COP (Conferencia de Naciones Unidas sobre el Clima, prevista para noviembre en la Amazonia). Quiero saber qué piensa sobre el clima», declaró el gobernante, mencionando también que pretende invitar a otros líderes globales.
La posibilidad de una conversación directa entre Lula y Trump se discute dentro del Gobierno. El ministro de Hacienda, Fernando Haddad, señaló que cualquier diálogo debe ser preparado cuidadosamente para evitar desequilibrios diplomáticos.
«Brasil es grande. No se trata de arrogancia, sino de una postura digna en la mesa de negociaciones», afirmó.
Como respuesta inicial, el Gobierno creó un comité interministerial para discutir los impactos con el sector manufacturero y está explorando canales diplomáticos para revertir la medida. El vicepresidente Geraldo Alckmin lidera las conversaciones.
Además, Brasil presentará una demanda formal ante la Organización Mundial del Comercio.
También Lula fue enfático en su rechazo a injerencias externas. «Dar consejos sobre asuntos de otros países viola la soberanía», afirmó. Subrayó que, aunque prefiere la vía diplomática, no cederá ante presiones ni amenazas.
En declaraciones recientes, reveló que existen límites en lo que puede decir públicamente respecto al conflicto comercial.
«No puedo decir todo lo que creo. Tengo que decir lo que es posible y necesario», comentó, evidenciando una estrategia cautelosa, pero firme.
Aunque el arancel afecta sectores estratégicos de la economía brasileña, productos como jugo de naranja, aviones comerciales, combustible y mineral de hierro quedaron fuera de la disposición, lo cual sugiere cierta selectividad por parte de la Casa Blanca.
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