Polos productivos en Cuba: cambiar la manera de hacer las cosas

Aunque son un espacio factible para cumplir con el Programa Nacional de soberanía alimentaria y educación nutricional, a casi un lustro de creados los primeros, aún se requiere mayor eficiencia y gestión en sus misiones

Ganado vacuno. (Foto: Fernando Medina Fernández / Cubahora)

Tras un 2025 en que la agricultura cubana aún sigue sin el necesario despegue, la recuperación de polos productivos agropecuarios y forestales históricos podría ser, en el nuevo año, un extraordinario impulso a los esfuerzos del país por una mayor disponibilidad de alimentos fundamentales en la dieta de la población.

La Resolución 384/2021, del Ministerio de la Agricultura (Minag), los define como el sistema de coordinación y articulación consciente, voluntaria y ordenada de los actores económicos de una determinada región, en función de la gestión integral de las cadenas de valor agroindustriales y de los procesos de innovación, asistencia técnica, extensión agraria y capacitación para generar productos y servicios de alto valor agregado.

Publicada en septiembre de ese año, la normativa jurídica establece que tales organizaciones tienen como principio la integración al conformarse por empresas, cooperativas, productores, trabajadores por cuenta propia (privados), entidades de ciencia, tecnología e innovación y las universidades.

Por tanto, entre sus funciones se destaca producir para incrementar las ofertas de alimentos a las grandes ciudades, lograr una efectiva sustitución de importaciones y elevar las exportaciones mediante las cadenas de valor. En honor a la verdad ha habido discretos resultados en algunos territorios.

También están llamados a ser una vía para el desarrollo con la introducción masiva de nuevas tecnologías y los adelantos de la ciencia, favorecer la asistencia técnica, la capacitación y el extensionismo agrario y facilitar el mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades.

Cultivos básicos como el arroz, el frijol, el maíz, el plátano y otros granos, viandas y hortalizas por estos días son objeto de siembra en la actual campaña de frío, en la que al decir de expertos y productores se deciden los mayores volúmenes de las futuras cosechas en el año.

Según declaró en octubre pasado al periódico Granma Orlando Lorenzo Linares Morell, presidente del Grupo Empresarial Agrícola, del Minag, se han planificado metas superiores en un grupo de polos productivos agroindustriales.

Tal es el caso de entidades emblemáticas como La Cuba, en Ciego de Ávila; la Empresa Agropecuaria Lenin, de Matanzas; Valle del Yabú, de Villa Clara, y la Empresa Agroindustrial de Granos Fernando Echenique, de Granma.

Sin dejar de reconocer el aporte del sector no estatal que, por ejemplo, en el Programa nacional arrocero tributa la mitad de los volúmenes del cereal con lo cual se reducen las importaciones, y pese a los problemas con el combustible y la electricidad, los polos productivos agropecuarios y forestales pueden lograr mayor eficiencia, sobre la base de mejores contrataciones con productores y aseguradores, el pago en tiempo a ellos y el cumplimiento de las regulaciones establecidas.

Polos exportadores bajo el control de los diputados

Otros principios de los polos productivos agroindustriales son el de la territorialidad, el retorno de los ingresos y las facultades de comercio exterior.

Así, durante los meses de septiembre, octubre y noviembre pasados las direcciones de las comisiones permanentes de trabajo de Asuntos Económicos y Agroalimentaria, de la Asamblea Nacional del Poder Popular, visitaron ocho entidades, siete de ellas con licencia para realizar comercio exterior.

En sus encuentros con directivos, trabajadores, campesinos y con actores económicos no estatales asociados a esas organizaciones, los diputados también controlaron los esquemas financieros en divisas para la exportación del carbón vegetal, miel de abeja y la sustitución de importaciones de arroz, frijoles, maíz y soya.

Llegaron a la conclusión que por ser las exportaciones de bienes la fuente fundamental para incrementar los ingresos externos de nuestra economía, se requiere la implementación de sistemas de trabajo más efectivos, que permitan solucionar los cuellos de botella que provocan su incumplimiento.

Incluso consideraron que los montos monetarios que retiene de las exportaciones la Empresa Nacional Apícola deben propiciar más producción y valor agregado a partir de la generación de nuevos productos.

Se requiere mayor integración

Es cierto que Cuba potencia los polos productivos agropecuarios y forestales por sus potencialidades en el abastecimiento a las grandes ciudades, la industria alimentaria y el turismo; la sustitución efectiva de importaciones y el incremento de las exportaciones, además del encadenamiento con la industria nacional.

Pero un tuit de la Presidencia del país de hace dos años señalaba que el sistema de polos productivos no se consolida por igual en todos los lugares.

Se requiere mayor integración para incrementar rendimientos agrícolas, productividad y encadenamientos entre los propios polos, además de que es insuficiente el vínculo entre productores y Academia.

Por ello con mucha razón Jorge Luis Tapia, vice primer ministro, ha señalado que necesitamos transformar el modelo de gestión de la agricultura con agilidad. Hay que cambiar la manera de hacer las cosas porque las que hemos hecho hasta ahora no han dado resultado.

Cubahora

Texto de Cubahora

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