El presidente venezolano, Nicolás Maduro, prometió que su país no cederá a la presión estadounidense, tras el anuncio del presidente Donald Trump de iniciar ataques terrestres contra el narcotráfico en la región.
«Nuestra rebeldía histórica, la profunda fusión de esa rebeldía que algunos en el mundo Todavía no entendemos por qué somos quienes somos y por qué su fórmula de mentiras, presiones, chantajes y amenazas no funciona con nosotros. No funciona y nunca funcionará», declaró Maduro durante un evento.
“Sabemos dónde estamos, tenemos una base sólida, y estamos construyendo el hermoso modelo de sociedad que nuestro pueblo merece. No es un solo hombre, es un país entero; es una república; tiene una gran historia. Imbéciles, estúpidos son quienes creen que es un solo hombre. No es un solo hombre, son millones de personas, el pueblo de la República Bolivariana de Venezuela», agregó.
Sus comentarios coincidieron con el anuncio de Trump el viernes en la Casa Blanca de que las fuerzas estadounidenses comenzarían a realizar ataques terrestres contra el narcotráfico.
La escalada de la retórica se produce tras el robo descarado del petrolero Skipper por parte de Estados Unidos el miércoles 10 de diciembre frente a las costas de Venezuela, lo que marca la primera captura estadounidense de un cargamento de petróleo venezolano desde la imposición de sanciones en 2019.
La presencia militar estadounidense en el Caribe ha aumentado significativamente, ya que Trump ha mencionado repetidamente una posible intervención militar en Venezuela, acusando al país de enviar narcóticos a Estados Unidos, sin presentar una sola prueba. Venezuela ha negado las acusaciones.
En lo que va del año, se han producido más de 20 ataques militares estadounidenses en el Caribe y el Pacífico contra presuntos buques con narcotráfico, con el resultado de casi 90 muertes.
En una rueda de prensa en la Casa Blanca, el mandatario estadounidense defendió como un “éxito” las embestidas en la región con las que desde el pasado septiembre EEUU asesina personas en el Caribe.
“Ahora estamos empezando por tierra, y por tierra es mucho más fácil. Eso va a empezar a suceder”, dijo.
“Estamos eliminando drogas a niveles nunca antes vistos. Hemos eliminado el 96 % de las drogas que llegan por mar y nadie sabe quiénes son el 4 % restante. No me gustaría ser parte del 4 % (…) Con cada uno de esos barcos que ves derribados, salvamos 25 000 vidas estadounidenses. Pero hemos eliminado el 96 % de las drogas que llegan por mar. Y ahora estamos empezando por tierra, y por tierra es mucho más fácil. Eso va a empezar a suceder. Y no vamos a permitir que haya gente destruyendo a nuestra juventud, destruyendo nuestras familias”, declaró Trump, en un mensaje confuso y lleno de retórica en el que, nuevamente, no presenta pruebas.
Si bien Trump ha demostrado ser un presidente impredecible, sus palabras elevan las preocupaciones en la región después de que esta semana señalara que podría extender las acciones militares a Colombia y México, mientras justifica lo que asegura es una lucha contra el narcotráfico, con un despliegue naval inédito en aguas de la región caribeña que hoy concentra el 22 por ciento de sus fuerzas en este sentido, según indicó recientemente el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez.
Condena Red de Intelectuales actos de piratería estadounidense en el Caribe venezolano
La Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad rechazó enérgicamente las acciones de agresión perpetradas por la flota de guerra estadounidense en aguas extraterritoriales cercanas a la Zona Económica Exclusiva de Venezuela.
Ante esta escalada imperial, la Red hizo un llamado urgente a los pueblos, gobiernos y organizaciones del mundo a repudiar estas acciones y expresar solidaridad con el pueblo venezolano, víctima de una guerra económica y militar que busca despojarlo de su soberanía y sus recursos.
Dichos ataques efectuados por la administración de Trump incluyen el bloqueo marítimo, la destrucción de embarcaciones pesqueras civiles, la masacre de tripulantes indefensos y, recientemente, el abordaje y robo de un buque tanquero cargado de petróleo —un acto celebrado por el presidente Donald Trump como “el más grande que se ha incautado jamás”.
La Red calificó estos hechos como actos ilegítimos, infundados y de piratería moderna, que violan flagrantemente la Carta de las Naciones Unidas, la Convención sobre el Derecho del Mar de 1982, el Estatuto de Roma y los principios del Derecho Internacional. En particular, destacó que el uso de la fuerza contra la integridad territorial y la independencia de Venezuela contradice los propósitos fundacionales de la ONU y que la persecución o incautación de buques en aguas internacionales carece de sustento legal alguno.
Subraya el documento además que ningún país tiene derecho a interferir en los asuntos internos de Venezuela, menos aun desplegando fuerzas militares en sus aguas y atacando embarcaciones civiles desarmadas. El movimiento indica que a través de este proceder también se viola la Declaración de la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) de 2014, celebrada en La Habana, que proclamó a América Latina y el Caribe como “Zona de Paz basada en el respeto de los principios y normas del Derecho Internacional”.
La Red clasifica que estos hechos constituyen crímenes de lesa humanidad, según el Estatuto de Roma, al causar “intencionalmente grandes sufrimientos” a la población civil, privarla de bienes esenciales y obstaculizar suministros vitales. A la vez, señala que estas normas, si bien aplicables en contextos de guerra, son aún más relevantes en una situación formal de paz, como la que vive Venezuela, donde un bloqueo busca deliberadamente generar hambre y sufrimiento.
El colectivo desmontó así la falsa justificación de Washington sobre una supuesta “operación antidrogas”, al señalar que ni la Unión Europea ni la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito mencionan a Venezuela como corredor del narcotráfico en sus informes más recientes. Al contrario, el 87 % de las drogas que entran a Estados Unidos lo hacen por el Pacífico, no por el Caribe.
La Red contextualizó estos crímenes como parte de una política de agresión prolongada de más de dos décadas, iniciada con el golpe de Estado de 2002 contra Hugo Chávez, continuada con sanciones unilaterales, el bloqueo financiero, el robo de activos venezolanos en el exterior y la criminalización de sus autoridades legítimas. Subrayó que el verdadero objetivo es el control de las reservas petroleras venezolanas —las más grandes del planeta— en un momento crítico de escasez global de hidrocarburos.
“En Venezuela se juega el destino de la Humanidad”, concluye el comunicado a la vez que insta a la movilización global en defensa de la paz, el derecho internacional y la autodeterminación de los pueblos.
Escambray Periódico de Sancti Spíritus











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