El inicio de la segunda mitad de la campaña beisbolera número 64 trajo para los Gallos la mejor de las noticias. Además de mantenerse en el grupo de los ocho, le deparó el regreso al box de su bombero principal: Yanielquis Duardo Rojas.
Pararse de nuevo en la lomita, tras unos tres meses fuera como consecuencia de una intervención quirúrgica por apendicitis en julio pasado, fue un alivio para el propio lanzador y para el mánager Luisvany Meneses, que ha debido maniobrar con un cuerpo de pitcheo marcado por ausencias de hombres importantes.
El retorno fue ante Pinar del Río el pasado martes, cuando lanzó dos entradas en las que enfrentó a cinco hombres sin que le anotaran carrera ni le conectaran hit, además de ponchar a uno y regalar un boleto, aunque su equipo a la postre perdió 3-1.
“Lo hice por las ganas que tenía de ver cómo estaba”, confesó a Escambray vía WhatsApp desde la sede pinareña.
Tantos eran los deseos que salió al terreno con el mismo uniforme del pasado año sin esperar a que le llegara el nuevo. Así pudo probarse a sí mismo.
“Pensé que iba a estar más flojo por el tiempo que llevaba sin lanzar, pero tiré 86 millas, sí me sentí como un poco extraño, pero salí a hacer lo que sé que es dar strikes y tratar de localizar un poco los lances, y gracias a Dios, todo salió bien”.
Tenía reservas lógicas al tratarse de su primera salida tras un largo proceso de recuperación. “La salud está muy bien, que era lo otro que me podía preocupar en mi cabeza”.
En julio pasado, Duardo fue llevado de urgencia al hospital. “Una mañana entrenando en el Huelga terminé de lanzar y cuando iba ya para mi casa en Trinidad me empezó un dolor muy fuerte, fui para el hospital y el cirujano que me atendió me dijo que era apendicitis y me remitieron rápido para acá para el Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos. La operación fue un éxito, gracias a Dios, y la recuperación, también. Estuve dos meses en la casa, en reposo absoluto, cama y sillón, que no es fácil. Luego empecé a hacer algo ahí poco a poco y desde ese momento no sentí ninguna molestia”.
Tan disciplinado y paciente ha sido en casa como en el box: “Fui haciendo lo que el cuerpo me fue pidiendo para no perder en un día en el terreno lo que ya había recuperado, logré calmar esa ansiedad que a uno le queda de volver rápido a lanzar”.
Luego se puso al día en cinco semanas de preparación que le recuperaron su forma física, sobre todo, ya que el arte de lanzar quedó intacto en este tiempo. “Me he concentrado en lo físico: calentar, ir tirando poco a poco, correr pocos minutos para no forzar mucho el cuerpo, porque fuerza como tal, según me han dicho los médicos, no puedo hacer hasta que no pasen seis meses”.
Además de lo que podría aportar en la clasificación de su equipo hacia los play off, para el trinitario esta campaña tiene un significado especial en sus aspiraciones de ratificarse como el principal relevista en la historia del béisbol espirituano.
Durante la temporada anterior Yanielquis Duardo tuvo otra excelente campaña al aportarle al equipo ocho juegos salvados y, luego, con el traje de Granma en la III Liga Élite rindió saldo de dos triunfos, dos derrotas y cinco juegos salvados en 28.1 entradas lanzadas, efectividad de 2.54 PCL y se ubicó como tercero mejor del torneo junto a Yankiel Mauris, quien alineó con Ciego de Ávila.
Pero la actual temporada puede significar el arribo al centenar de salvamentos ya que llega con 94 en 304 juegos lanzados, según estadísticas de la página de la Federación Cubana de Béisbol. El saldo es alcanzable si se tiene en cuenta que las últimas campañas han sido las mejores de su carrera, sobre todo la 62 (2023-2024) cuando integró el Todos Estrellas como mejor relevista al liderar el departamento con 16 juegos salvados. Su ascenso ha sido meteórico en esa especialización si tenemos en cuenta que todo lo ha logrado en nueve torneos beisboleros, pues tras su estreno en Series Nacionales en la edición 49 (2009-2010), logró su primer salvamento en la 54 (2014-2015).
Duardo está de vuelta en la lomita espirituana, que lo recibe con los brazos y las esperanzas abiertas cuando la campaña entra en su segunda mitad.
“Ver el juego desde fuera… imagínate tú lo que he tenido que aguantarme, uno adaptado a esta pasión, ver los juegos tensos, sobre todo cuando salen algunos compañeros y no pueden hacer el trabajo y uno sin poder ayudar ni hacer nada, no es fácil. Pero bueno, el equipo está bien, todos esperamos que siga así. Lo más importante es que estoy listo para dar éxitos a los Gallos y pueden contar con Duardo como siempre lo ha hecho”.
Escambray Periódico de Sancti Spíritus











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