Son miles y transitan por caminos insospechados, muchas veces en condiciones extremas, para construir historias en defensa de la Revolución. Lo hacen desde el más absoluto anonimato, dentro de las filas del enemigo y en otras trincheras no menos difíciles.
Escudo protector de la nación, eso ha sido el Ministerio del Interior (Minint) desde que nació, por ley, el 6 de junio de 1961, frente al explícito interés del gobierno de Estados Unidos de pulverizar el proyecto político cubano.
Bajo el fuego cruzado de uno y otro plan siniestros, fraguados fundamentalmente desde la Florida, Estados Unidos, ha persistido el desafío de estos hombres y mujeres de defender la soberanía y al pueblo cubano con la unidad y el coraje.
Muchos rostros lleva el Ministerio del Interior. Ahí están, quienes, desde el silencio, han desarticulado y continúan haciendo agua los planes de sabotajes, de asesinato a nuestros principales dirigentes.
Gracias a la bravura y la inteligencia de sus integrantes, los órganos de la Seguridad del Estado desactivaron más de 600 intentos de asesinato a Fidel. Gracias a ello, el Guerrillero del Tiempo siguió dando pelea por Cuba con su dignidad sideral.
El Ministerio del Interior lleva el rostro de quienes enfrentan todo tipo de delito, en las calles o en un laboratorio de criminalística; de quienes cuidan nuestras costas; lleva el rostro de los combatientes de las Tropas Especiales, de Protección contra Incendios, Inmigración y Extranjería, Carné de Identidad y Tránsito, entre otras fuerzas; en función de un objetivo: garantizar la tranquilidad y el orden interior de la nación.
A 64 años de creado el Ministerio del Interior (Minint), sus integrantes siguen ahí, hilvanando historias desde el silencio indispensable y sagrado.
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