Nombres desconocidos, cubanos que alrededor del planeta salvan miles de vidas y han permanecido en el ojo del huracán de muchas tragedias naturales y epidemias apenas son un flash, una noticia fugaz para las grandes corporaciones mediáticas, advirtió la periodista Stella Calloni.
Lo sabe la licenciada en Enfermería Olga Martha González Salabarría, Olguita, espirituana con 36 años de servicio y misiones en Haití, Bolivia, México y Belice, naciones donde la colaboración médica cubana ha escrito más de una historia y, como apuntó además la colega argentina, han sido héroes ignorados por el mundo de la banalización y el individualismo, pero amados y reconocidos por los pueblos que confían en ellos.
LECCIONES DE HAITÍ
Mayo 2012, Hospital Comunitario de Referencia de Port Salut, Departamento Sur de Haití. El sudor se acumula en la frente de la enfermera Olguita, quien canaliza una y otra vena en los pacientes deshidratados. Hay una larga fila de camas. En todas yacen enfermos con cólera, en su mayoría niños en estado de desnutrición severa, procedentes de barrios insalubres, atestados de pobreza.

“Trabajar en la erradicación del cólera fue la parte más difícil de esa misión —narra la seño Olguita—. En clínicas móviles nos trasladábamos hasta lugares apartados de la geografía haitiana. Subíamos lomas con muchas curvas peligrosas. Caminábamos, también, porque a veces te llevaban hasta un punto y de ahí para allá se hacía inaccesible transitar en carro; entonces, teníamos que caminar hasta llegar a sitios muy distantes para atender a los pacientes.
“Nos encontrábamos niños con malaria cerebral que fallecían; era muy doloroso, algo a lo que nosotros no estábamos acostumbrados. Eso me marcó mucho.
“Trabajé como instrumentista en el salón de operaciones, y me alegraba mucho ver a enfermos, sin recurso económico alguno, que eran operados y se recuperaban rápidamente. Lo hacíamos, además, de forma gratuita. Ellos acudían a los servicios médicos cubanos con toda la confianza del mundo porque se sentían seguros con nosotros”.
BOLIVIA, LAS LUCES DE LA OPERACIÓN MILAGRO
Bolivia, 2019. En el Centro Oftalmológico del municipio de El Alto, la enfermera Olguita, junto a sus colegas, devuelve la visión a pacientes que por años han carecido de atención médica.
“Ellos estaban siempre muy agradecidos con los cubanos. Acudían de todas las regiones, incluso, de Perú y El Salvador. Era una experiencia hermosa verles el rostro, cuando volvían a ver la luz.
“Allí, fuimos testigos del golpe de Estado al entonces presidente Evo Morales; razón por la que, lamentablemente, tuvimos que regresar a la Patria. Dejamos muchos pacientes pendientes de operar, y a aquellos que ya teníamos operados no pudieron continuar sus tratamientos”.
Justo en marzo de 2019, autoridades sanitarias de Bolivia destacaban a la agencia Prensa Latina la contribución de Cuba con la Operación Milagro en ese país sudamericano. “En los últimos 12 años, más de 700 000 bolivianos de escasos recursos recuperaron la vista, gracias a los profesionales de la Brigada Médica Cubana”, precisaba el artículo.
MÉXICO, HEROÍSMO EN SILENCIO
2020, Hospital de Tlahuac, Distrito Federal, México. La licenciada en Enfermería Olga Martha González forma parte del grupo de colaboradores de la Salud de Cuba, perteneciente a una brigada del Contingente Internacional Especializado en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, que llega a este sitio para combatir la pandemia de la covid.

“Trabajé en ese hospital por espacio de tres meses. Hoy, creo que aún no hay palabras para describir el enfrentamiento a la pandemia. Fue devastador para el mundo. Hubo mucha solidaridad, mucha unidad, y solo el altruismo del cubano hizo que salváramos tantas vidas.
“Guardo el recuerdo de un paciente que, por suerte, se recuperó y era capaz de reconocernos, a pesar de que llevábamos trajes. Yo me preguntaba: ¿Cómo es posible que nos conocieran, si trabajábamos con escafandra? Solo si nos acercábamos era que podían leer el nombre de nosotros y la palabra Cuba, que siempre la escribíamos en el traje. Ese paciente, a través de un cristal nos dedicó un poema, un poema para todos los enfermeros cubanos que trabajamos con él. Aquello me emocionó mucho, me puso muy contenta, realmente”.
EN BELICE, HOY
Desde agosto de 2024 hasta la actualidad, esta espirituana se desempeña como enfermera instrumentista del Western Regional Hospital, de Belmopán, Belice.
“Damos atención quirúrgica a la población; realizamos muchas cesáreas y reconforta ver a los pacientes cómo se incorporan saludables a sus hogares. Enfrentamos las barreras del idioma y de las costumbres; pero, al final, aprendemos constantemente.
“Lo más gratificante que hay es ver nacer a un niño, es un momento único. Con frecuencia nos llegan embarazadas malitas, y cuando logramos estabilizarlas, y llega al mundo el fruto de la concepción, el equipo de trabajo se siente realizado”. Con 36 años en el ejercicio de la Enfermería, buena parte de estos en el Hospital Provincial General Camilo Cienfuegos, de Sancti Spíritus, Olga Martha encuentra a diario razones para abrazar esta profesión, una de las que mayor consagración exige y, también, una de las más humanas desde que el mundo es mundo.
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