Programación de verano: te vi o no te vi

Detrás de cada propuesta televisiva hay esfuerzo, sacrificio, talento. Y, sobre todas las cosas, el deseo de llegar a entretener, informar o instruir según sea el caso

Tomo 1 es una propuesta televisiva que los cubanos agradecen en esta programación de verano de Cubavisión.

Con la llegada de la etapa estival la televisión cubana reacomoda, como cada año, sus ofertas televisivas para diseñar lo que se conoce como programación de verano. Series nacionales y foráneas, infantiles, películas de estreno, entre otros, se enlazan con los programas habituales para conformar un paquete de ofertas que intenta conquistar a un público diverso.

La calidad de esos programas en la parrilla veraniega, los horarios y la reposición de propuestas, siempre han suscitado críticas, sugerencias, aprobaciones en algunos casos, en fin, debate.

Sin embargo, en este verano 2025, que ya apunta a su recta final, frases como: “No hay nada que ver en la televisión”, o “Menos mal los muñequitos para que el niño se entretenga” están casi extinguidas del diálogo cotidiano de los cubanos.

En esta ocasión la parrilla de la televisión parece estar a salvo de la crítica popular. Las familias están viviendo su propia película en medio del calor y los demás avatares que impone la realidad.

Lo cierto es que con tantos apagones es difícil dar pie con bola con el programa de nuestra preferencia, aun cuando se retransmita en otros días y horarios. La opción de disfrutarlo vía Internettampoco es que sea muy factible, porque la conexión emula con la luz.

Satisfacciones e insatisfacciones aparte, los hombres y mujeres de la televisión cubana trabajan para intentar llenar espacios y cumplir con las exigencias de la gente, y para ello tienen que sortear no pocos obstáculos; pero en estos momentos se enfrentan a una problemática que sale por completo de su alcance, y es la imposibilidad generalizada de que lo programado pueda ser consumido por los públicos potenciales.

Que alguien decida apagar el televisor porque no encuentra ningún programa de su agrado es como para ponerse a pensar, pero que ni los que quieren ver la programación lo puedan hacer es frustrante para quienes trabajan en el medio.

Con todo y los cuestionamientos de siempre, las ofertas televisivas son una alternativa para distraer la mente, estemos de vacaciones o no. Y se extraña, ¡cómo no! Se extraña salir más temprano del trabajo para ver la película de artes marciales o el programa de cocina. Se extraña hasta que repitan la misma serie o propuesta cinematográfica. “Un verano sin Bailando suave, no es verano”, dijo alguna vez un humorista refiriéndose a uno de los filmes infaltables en esta etapa. Y esos chistes también se extrañan.

Detrás de cada propuesta televisiva hay esfuerzo, sacrificio, talento. Y, sobre todas las cosas, el deseo de llegar a entretener, informar o instruir según sea el caso. La gente de la televisión, de nuestra televisión, merece la posibilidad de que su trabajo se vea, de que las personas para quienes laboran los aplaudan, los conozcan y hasta que los critiquen.

Esperemos que esta situación mejore de una vez y que, para el próximo verano, este reportero pueda ejercer la crítica sobre las propuestas televisivas; la de este año se las debo porque no se puede criticar lo que no se ha visto.

Por lo pronto, recuerde que hay un equipo eléctrico que se llama televisor y que, como casi todo, si no se usa se deteriora. Así que enciéndalo cuando venga la corriente, quién sabe si con un poco de suerte pueda ver algo de su agrado.

Roberto Javier Bermúdez Portal

Texto de Roberto Javier Bermúdez Portal

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