Tigres y Leñadores se preparan para duelo final de la Liga Élite

Por primera vez en la historia de los torneos domésticos, estas escuadras se enfrentarán en una final nacional

El zurdo espirituano Ariel Zerquera, el mayor ganador de la fase regular, debe ser el abridor por Ciego este sábado.

Los Tigres de Ciego de Ávila y los Leñadores de Las Tunas se preparan para el duelo inédito por la corona de la III Liga Élite del Béisbol Cubano.

Por primera vez en la historia de los torneos domésticos, estas escuadras se enfrentarán en una final nacional, y todo comienza este sábado a las 14:00, hora local, cuando se lance la primera bola en el estadio José Ramón Cepero, que será un ruedo de congas y rugidos.

   Los anfitriones llegan con la etiqueta de favoritos. Fueron líderes en la etapa clasificatoria, superaron en semifinales a Industriales por cuatro juegos a uno, y lo hicieron con un equipo equilibrado, donde cada parte funcionó como engranaje de una máquina bien ajustada.

   Sus lanzadores permitieron 3.48 carreras limpias por juego, su defensa fue casi impecable (.979 de average) y aunque su ofensiva no fue desbordante, sí efectiva: batearon para .273, conectaron cinco jonrones y anotaron 30 carreras.

   Al frente tendrán a los Leñadores, que vienen de librar una guerra ofensiva ante Santiago de Cuba. En seis duelos que desbordaron dramatismo y batazos, los actuales campeones nacionales anotaron 57 carreras con siete cuadrangulares y un aplastante promedio ofensivo de .338.

   Sin embargo, esa artillería contrastó con grietas en el pitcheo (efectividad de 6.51) y la defensa (10 errores y average de .957), lo que hace dudar de su sostenibilidad ante un rival más ordenado.

   Para el duelo inaugural, por los Tigres subirá al montículo el zurdo Ariel Zerquera, el mayor ganador de la fase regular con siete triunfos. En semifinales lanzó dos veces: una victoria, una derrota, cuatro carreras limpias en 12 entradas.

   Frente a él estará el diestro César García, que trabajó una vez en la ronda previa, con seis capítulos lanzados, igual cantidad de ponches propinados y apenas una carrera limpia a su récord.

   Más allá de las estadísticas, esta serie será un choque de filosofías. Ciego de Ávila representa el béisbol táctico, sobrio, bien ejecutado. Las Tunas es desborde, músculo, electricidad.

   La historia también pesa: aunque nunca se midieron en una final, en postemporadas anteriores los Leñadores han sido bestia negra de los Tigres, con balance favorable de tres series ganadas por una, y récord de 15 victorias por ocho en estos duelos directos.

   Las calles de Ciego hierven. La gente comenta alineaciones, recuerda batazos históricos, augura barridas y define a su héroe antes del primer swing. En Las Tunas, mientras tanto, el orgullo del campeones está intacto, listo para arrasar con todo.

   Que nadie lo dude: esta final será una batalla. Y como toda gran historia de béisbol en Cuba, será escrita entre polvo rojo, sudor, y el eco de un estadio que no callará ni un segundo.

Agencia Prensa Latina

Texto de Agencia Prensa Latina

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