Cuba habla el idioma del béisbol

Por primera vez en más de 50 años el béisbol cubano y la llamada Major League Baseball (MLB) se han sentado juntos en la misma mesa del diálogo La noticia es de esta galaxia y debe comenzar por donde es: José Dariel “Pito” Abreu, Alexei Ramírez, Yasiel Puig y Brayan

Por primera vez en más de 50 años el béisbol cubano y la llamada Major League Baseball (MLB) se han sentado juntos en la misma mesa del diálogo

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Alexei Ramírez, Dariel “Pito” Abreu, Brayan Peña y Yasiel Puig, peloteros cubanos en las MLB. (Foto: ACN)

La noticia es de esta galaxia y debe comenzar por donde es: José Dariel “Pito” Abreu, Alexei Ramírez, Yasiel Puig y Brayan Peña están en Cuba; los mismos que hace pocos años fueron vitoreados en nuestros estadios como peloteros en Series Nacionales, que un día se fueron y hoy militan en diferentes equipos de las Ligas Mayores.

Aquí están con su “traje de cubanos” con la misma prestancia de la delegación acompañante. Por primera vez en más de 50 años el béisbol cubano y la llamada Major League Baseball (MLB) se han sentado juntos en la misma mesa del diálogo. Y eso es un suceso histórico.

Aunque el acercamiento y la cooperación mutua se han remarcado como hilos conductores, nadie puede escapar a la noticia que trota a la par o por encima y ese es otro suceso también histórico. Es la primera “admisión oficial” a peloteros que un día partieron; lo de oficial es porque acá se sabe que en estos años muchos peloteros de los que hoy viven o juegan en Estados Unidos han visitado el país por su cuenta, según lo establece nuestra ley migratoria.

La pelota cubana abre de par en par sus ventanas y ha decidido hablar el idioma del béisbol. Es un síntoma de apertura y de altura profesional en los tiempos que corren. Por eso más de un aficionado extrañó por qué si Telesur, que a fin de cuentas es nuestra también, anunció previamente esa presencia, acá dimos bajo perfil a la llegada de estos singulares visitantes.

No creo necesario recibimientos populares ni ceremonias de congratulación, porque no viene al caso. Pero si nos abrimos al diálogo, este debe ser con todas sus letras. Aplaudo el giro del discurso beisbolero, siempre que sea para bien y porque esta visita parece una luz en el inmenso túnel de separación entre la pelota “de allá” y la “de acá” en momentos en que varias tendencias no pueden taparse con un dedo.

Lo primero es que las trasmisiones de Telesur, que está a la distancia de un selector de canales, la vorágine noticiosa de Internet y algún que otro medio cubano han permitido que el aficionado cubano sepa a veces mucho más sobre el último cuadrangular de Pito Abreu o los batazos de Kendry Morales y Yoenis Céspedes, que del resultado de un clásico doméstico entre Industriales y Pinar del Río.

Se sabe que la lista de antillanos en la MLB es respetable (este año jugaron 18 en 10 equipos) y puede aumentar a juzgar por el éxodo intenso que ronda los 90 en el último año, todo alimentado por las cláusulas de esa organización que obliga a los cubanos a solicitar residencia permanente en Estados Unidos, domiciliarse en un tercer país, proporcionar evidencia de haber vivido dos años fuera de Cuba o presentar Declaración Jurada de que no tienen intenciones de regresar de manera permanente, además de tener una cuenta bancaria fuera de la isla.

Muchos de ellos han mantenido una posición bastante favorable en relación con la tierra que los vio nacer y los hizo peloteros. De José Dariel Abreu se supo, por ejemplo, a través de la prensa internacional sobre su gestión para llevar un equipo de niños a jugar en Estados Unidos y es público su afecto con Piter, el niño discapacitado a quien dedicaba sus jonrones en el “Cinco de Septiembre”. Como él, otros han querido compartir sus “millonadas” con sus compatriotas a través de ayudas como esta que ahora se propone.

Lo otro… Lo otro es otra cosa, o sea, lo de permitir el libre flujo de peloteros cubanos hacia esa liga de béisbol. Habrá que modificar radicalmente las cláusulas antes mencionadas por parte de la Oficina de Control Activos y Extranjeros del Departamento del Tesoro, ya que el bloqueo de Estados Unidos a Cuba impide la participación. Mientras, en declaraciones a la televisión nacional, Higinio Vélez, presidente de la Federación Cubana de Béisbol, remarcó la posición de Cuba de permitir la participación de los peloteros isleños bajo el rótulo de la mayor de las Antillas y contrato mediante con esa entidad. De momento, la pelota sigue del lado de allá.

Visto así cada parte se mantiene en sus trece, pero la noticia de esta semana puede sacudir los cimientos de esas discordancias históricas.

Y mientras Pito, Puig, Alexey y Brayan se reencuentran con su tierra, muestran alegría y comparten emociones, entre bambalinas crece la especulación sobre otras opciones de acercamiento más serias. Las añoranzas son de aquí y de allá y hablan de que si ante el declive de Cuba en los eventos internacionales podrían los peloteros que se fueron vestir otra vez las franelas de las cuatro letras en el Cuarto Clásico Mundial, por ejemplo.

Se sabe que más de una vez el nombre de Yulieski Gourriel ha sonado como el primero que pudiera romper el hielo de llegar a las Mayores sin tener que abandonar el país.

En septiembre pasado ESPN aludía al tema: “Los peloteros cubanos que se desempeñan en ligas profesionales (desertores escribía el sitio digital) pudieran tener una posibilidad de volver a vestir la camiseta de la selección nacional, según aseguró Heriberto Suárez, director nacional de Béisbol de la isla: “Quizás, peloteros que hoy están en otros lugares puedan volver a integrar el equipo. Es una posibilidad, ahora mismo no lo sé”.

Mas, ya esto es correr sin gatear. ¿Cómo se leería esa opción para quienes defienden los colores desde sus “franquicias” en la Serie Nacional? ¿Hasta dónde podría estimularse o detenerse el éxodo de peloteros cubanos?

La mesa de diálogo entre ambas pelotas abre un diapasón de posibilidades en un primer campo y podría permitir respuestas a más largo plazo. Dejar la historia donde está porque no retrocede, no hurgar en errores y culpas es una opción válida si se quiere comenzar de cero cuando está a punto de cumplirse un año en que dos naciones reconocieron sus diferencias irreconciliables y decidieron vivir en coexistencia pacífica.

De ahí que el cambio y la apertura se hagan acompañar de toda la información y la transparencia, a fin de traducir el nuevo idioma universal que ya se habla en Cuba en materia de béisbol.

Elsa Ramos

Texto de Elsa Ramos
Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez por la obra del año (2014, 2018 y 2019). Máster en Ciencias de la Comunicación. Especializada en temas deportivos.

4 comentarios

  1. Yosmani Cabrera Madrigal

    Sobre lo de desertores no ha sido la ESPN ni ningun medio extranjero los que han llamado asi a los deportistas y peloteros cubanos que han decidido jugar en el exterior, ha sido presisamente la prensa nacional la que lo ha hecho.

  2. lo que me parece tan poco profesional es la actitud de los periodistas de la television cubana o ni tan siquiera ellos sino de los directivos que no le muestran al pueblo, a tantos aficionados y admiradores de esos peloteros que al final son cubanos y muchos los conocimos, saber de ellos por nuestra propia television
    como estan somo se sienten, que estan realizando, es vergonzoso tanta hipocresiaaa

    recuerdo esa entrevista de aurelio prieto cuando estaban en el latino reportando para el noticiero y ni siquiera los saco de lejos….que falsedad

  3. Bueno tu articulo, solo dos cositas: Fueron 27 cubanos los que jugaron este año en la MLB y no 18, y tambien la donacion de los 200 mil dollares la hace la MLB como institucion no los peloteros. O sea del lobo (la MLB) un pelo.

    • es hora de dejarse de boberia y olvidarse de eso y lo que hace falta es que nuestros peloteros jueguen en otras ligas para haber si sube de nuevo nustro nivel que al torneo que fueran traían la medalla de oro y la gloria para nustro pueblo

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