Historiador local, a mucha honra

Con nombre de dios egipcio y una vocación innata por los temas históricos y patrimoniales, Osiris Quintero ha investigado la historia de Yaguajay, un municipio donde abundan sucesos que rebasan con mucho sus límites territoriales. Podría haber quizá un poco de mística en los orígenes de su vocación por el

Osiris Quintero Fernández.Con nombre de dios egipcio y una vocación innata por los temas históricos y patrimoniales, Osiris Quintero ha investigado la historia de Yaguajay, un municipio donde abundan sucesos que rebasan con mucho sus límites territoriales.

Podría haber quizá un poco de mística en los orígenes de su vocación por el pasado en un pueblo del norte espirituano como Yaguajay, pero le bastó el contacto fraternal, el magisterio de Herminio Bello Escobar, un hombre al que considera su amigo y compañero, para enrumbar sus pasos por la senda de la enseñanza, la investigación y la escritura de la historia.

Existe también el legado innegable de una tierra donde lo histórico y patrimonial se dan silvestres, como suele decirse, porque concurre allí entre sus cayos un tesoro arqueológico incalculable, y porque en Yaguajay, “para donde quiera que te vires” hallas historia, ya sea con Gómez y sus proclamas de Yaguajay y de Narcisa, los desalojos de Bamburanao, la guerrilla antimachadista, la del Partido Socialista Popular y la presencia de Camilo.

Y allí, donde se funden la historia y la cultura, emergen artistas como Amelia Peláez, el magisterio insuperable de Raúl Ferrer, o la filosofía de Fernando Martínez Heredia, personas que trascienden el entorno local y lo catapultan al nivel de la nación. Todo eso está en el subconsciente de Osiris Pablo Quintero Fernández y brota a flor de piel.

Hábleme de Herminio Bello, de cómo un enfermero de oficio logró introducirlo en los fascinantes caminos de la historia.

Herminio era enfermero de profesión, pero también historiador empírico, una persona que amaba mucho esta materia y se dedicaba a investigar aspectos de la historia regional. Él me contagió ese “bichito” del interés por la historia local.

Con Herminio empecé a investigar desde el año 1965, en el Movimiento de Activistas de Historia, y después que terminé el Servicio Militar, estudié en la Universidad Central de Las Villas la carrera Profesoral Superior de Historia. Tuve la suerte de resultar uno de los primeros expedientes y eso decidió el sentido de mi vida.

¿Un profesor a quien le motivaba la historia o un historiador que impartía clases?

Bueno, realmente parece que ambas cosas marchaban juntas, porque a pesar de los rigores del Ministerio de Educación que exigía una buena preparación e impartición de los contenidos, yo daba mis clases, pero también investigaba y escribía hasta altas horas de la noche y con mis recursos personales viajaba, hacía entrevistas, iba a La Habana, a Camagüey, y así me fui haciendo investigador, así fue naciendo el profesor-investigador; al menos yo me siento así. ¿Cómo cree que debe ser un profesor de Historia?

Para ser profesor de cualquier materia se necesita un gran amor para impartir los conocimientos. En el caso de la Historia, a mi modo de ver, tiene una connotación aún más elevada, y es que el profesor de Historia inculca también sentimientos patrióticos; que el niño o el alumno de la asignatura en general asuman esos sentimientos a través de la exposición del contenido de la historia: esa fue para mí una preocupación permanente.

¿Piensa entonces que logró inculcar esos valores en los estudiantes a lo largo de su carrera profesoral?

Pienso que sí, porque ahora, a la luz del tiempo, así me lo reconocen quienes fueron mis alumnos. Ellos me dicen que sentían mucha emoción cuando yo les impartía los temas históricos, y eso me satisface, porque muchos de mis educandos de entonces se han hecho periodistas, se han hecho profesores, algunos me dicen: “Yo soy profesor gracias a su ejemplo”, y para mí eso es muy importante.

Buena parte de su obra se relaciona con Camilo. ¿Cómo apreció su figura cuando niño y cómo la valora hoy?

Camilo es una figura que inspira a todas las generaciones de cubanos, no solamente en Yaguajay, sino en Cuba entera. Camilo liberó a Yaguajay el 31 de diciembre de 1958 y emergió como un héroe de leyenda. Todos los jóvenes queríamos tener barba, vestir de verde olivo y parecernos a Camilo, porque era muy carismático y muy valiente y estimulaba en las nuevas generaciones los sentimientos de amor a la patria y a la libertad.

¿Alguna anécdota de su labor como historiador…?

Cuando yo realicé las investigaciones de la Lucha Contra Bandidos en el Frente Norte, con Jorge L. Aneiros y otros compañeros, a mí me resultó atrayente haber podido entrevistar a un individuo que fue sentenciado a 30 años de prisión por haber participado en asesinatos, y que él accediera de buen talante.

Era a mediados de 1962 y él fue como práctico de un pequeño grupo de rebeldes que iban a cazar jutías, pero fueron capturados por la banda de Arnoldo Martínez, que allí mismo asesinó a dos de ellos. A él no le quedó más remedio que unísrseles. Llegó a confesarme cosas que considero sorprendentes, y eso no deja de impresionarme.

¿Tiene algún complejo localista por ser historiador de un municipio, en este caso de Yaguajay?

Al contrario. Me siento muy honrado y orgulloso de ser un historiador local. Así me reconocen mis coterráneos, mis amigos y todos mis compañeros. Eso para mí es motivo de una satisfacción profunda.

Nota: Herminio Bello Escobar fue historiador no oficial de Yaguajay, residía en Narcisa y falleció el 19 de febrero de 1991.

Pastor Guzmán

Texto de Pastor Guzmán
Fundador del periódico Escambray. Máster en Estudios Sociales. Especializado en temas históricos e internacionales.

Comentario

  1. Incomparable y caracteristico profesor historiador persona decente por sus nobles apropiados estilo de re conquistas del pasado y presente de YAGUAJAY tratando encontrar o hacer descubrimientos sistematico con su propio estilo que para mi este profesor tuvo pudo imaginar visiones o realidades para sus clases guisa yo lo considero un misterioso historiador profesor pues al parecer nunca puso los pies en polvorosa por las dificultades del momento para dejar hoy un excelente estilo de trabajo como investigador pues su responsabilidad da aliento infatigable para nuevos profesores. Lazaro izquierdo

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