Santoya: metamorfosis de un Gallo

Yasiel Santoya responde a preguntas que lo han perseguido en los últimos meses. Para Yasiel Santoya Zulueta la Serie 51 de Béisbol fue la de su metamorfosis. Algunos lo descubrieron cuando alzó junto a los cocodrilos una honrosa medalla de bronce. Muchos lo recuerdan porque uno de sus batazos sentenció

Allá también tengo mis seguidores, por tanto soy Gallo y Cocodrilo, dice Santoya. Yasiel Santoya responde a preguntas que lo han perseguido en los últimos meses.

Para Yasiel Santoya Zulueta la Serie 51 de Béisbol fue la de su metamorfosis. Algunos lo descubrieron cuando alzó junto a los cocodrilos una honrosa medalla de bronce. Muchos lo recuerdan porque uno de sus batazos sentenció la suerte de Sancti Spíritus en el séptimo partido de cuartos de final de los play off.

Entonces al cabaiguanense le asistieron sentimientos encontrados, pero agradeció el día en que decidió probar suerte en otra parte. Sus credenciales resultaban importantes: medalla de bronce en el Mundial 15-16 años, líder de los bateadores del Campeonato Juvenil con 446 de average, jardinero izquierdo del Todos Estrellas y segundo de los bateadores en un Panamericano Juvenil (461). Mas, la coincidencia con un portento como Mendoza en primera base, su inclusión en un elenco de bateadores y quién sabe cuántos “peros” más lo sumieron en el banco por siete temporadas y sus números se achicaron ostensiblemente:

VB: 506, AVE: 241, H: 122, A: 127. HR: 11: CI: 73 y SLG: 362.

La campaña 51 resultó para él de ensueño: segundo en Coeficiente JASS (mide la efectividad ofensiva) entre todos los primera base con 433, detrás de José Dariel Abreu:

VB: 172, H: 57, A: 29, AVE: 331, HR: 9, CI: 49 y SLG: 599.

¿Por qué la metamorfosis? ¿Cómo puede convertirse un Gallo en Cocodrilo en meses? Santoya responde a estas y otras preguntas que lo han perseguido en los últimos meses.

¿Crees que mereciste jugar más en Sancti Spíritus?

“Pude jugar más, las oportunidades fueron pocas, pero traté de aprovecharlas al máximo. Es difícil salir de emergente en situaciones complejas, estar sentado ocho innings y hacerlo bien…; pienso que lo hice bien”.

Tuviste en primera un rival como Mendoza…

“Es un excelente pelotero, un gran bateador, eso me restó mucha posibilidad, realmente la suerte me puso en un equipo de grandes peloteros; pero pienso que, como yo, otros podían haber tenido más oportunidades, recuerda que son 90 juegos”.

¿Por qué Matanzas?

“Vi que aquí no tenía posibilidades, las fuerzas se me acabaron; salí a buscar una alternativa para seguir jugando, y me vino Matanzas. Allí tengo a mi tía Megalida, que es mi otra madre. Jugué la provincial con Jovellanos e hice preselección fácil porque fui segundo de los bateadores con 508. Siempre supe que el reto era grande, el pueblo lo esperaba, incluso el matancero ya me veía como uno de ellos”.

Y también querías demostrarle cosas a los espirituanos…

“Sí”.

Allá comenzaste en el banco, con cambios en la alineación…

“No pensé que me quedaría en el banco, siempre fui a jugar regular, a buscar lo mío, tenía que seguir entrenando, concentrarme, porque sabía que en cualquier momento podía salir”.

Se habla de extremos en la disciplina de Matanzas.

“Extremos no, Víctor tiene un régimen de disciplina muy bueno, ahí está el resultado. Él nos trata como un padre y los padres tienen que regañar a los hijos cuando hacen las cosas mal”.

¿Cuántas repeticiones te tocaron?

“Unas cuantas…; pero mejoré en todos los aspectos. De pequeño, si tenía problemas en una cuenta, la maestra me ponía a repetirla”.

¿Y cocotazos?

“Ninguno; regaños sí, bastante, pero si me los tiene que dar porque haga algo mal y sea por mi bien, bienvenidos sean los cocotazos”.

¿Cómo pudiste entronizar un estilo de juego tan diferente?

“Uno se adapta al medio, desde chiquito me gustó el juego agresivo, pero no había podido mostrarlo, sacarlo a flote. Víctor nos inculcó  jugar fuerte, adelantar una base sin ser out.  Nos decía que somos coachs y que así se arma el juego; entonces me salieron todas esas ganas de jugar pelota, ese deseo que tenía de años atrás”.

Bateaste casi tantos jonrones como en toda tu vida

“Hice un trabajo en Sancti Spíritus, en mi propia casa, pero Cheíto me ayudó mucho en el bateo. Víctor me habló de la técnica, de cómo tenía que pegarle a la bola y mejoré muchísimo”.

¿Qué dijiste cuando te supiste rival de tu exequipo?

“Que había que hacerlo todo bien para que no quedara margen a dudas de lo que estaba haciendo con Matanzas”.

¿Disfrutaste cuando tu batazo sacó a tus compañeros del play off?

“Disfruté mucho porque le estaba pegando bien a la bola, pero no había conectado muchos hits… Ganar ese juego significó mucho, estábamos viviendo algo que no habíamos vividoy porque era contra Sancti Spíritus. ¡Uffff!, me alegró y me dolió, me puse a pensar: ¡coño, Sancti Spíritus!; pero soy matancero, ¿qué iba a hacer?”.

El pisotón de Eriel al llegar a primera causó mucho revuelo.

“Sobre todo mucho comentario, pero no trajo ninguna consecuencia, todo quedó ahí, ganamos esa subserie y fue lo que valió”.

¿Te quedas con Matanzas?

“La carta es definitiva. Jugué y tuve resultados, era lo que quería, no se puede cambiar una cosa de hoy para mañana, hay que ver qué pasa de aquí a unos años”.

En casa María Elena sigue a punta de lápiz cada estadística como lo hace desde que su hijo con siete años entró al beisbolito de Cabaiguán; Fanisleidys se pregunta si dentro de unos meses su esposo podrá acompañarla a la hora del parto, mientras Yasiel espera mejorar su fuerte estado febril para volver a defender los colores yumurinos.

Todos piensan que a Matanzas se le acaba la magia.

“Están equivocados, el próximo año iremos por más, tanto como por el campeonato. El equipo es joven, tiene buena mentalidad, un buen director y un buen preparador físico, esto no se cae así tan fácil”.

¿Cómo se convirtió un Gallo en Cocodrilo en tan poco tiempo?

“Teniendo ganas de jugar, de enfrentar el reto y salir adelante”.

Por fin, ¿Gallo o Cocodrilo?

“Soy espirituano de pura cepa, aquí nací y me crié en Cabaiguán. Tengo una fanaticada aquí que siguió mi labor en Matanzas y me recibió bien al regreso, aquí está mi familia. Paso trabajo con los viajes, pero cuando se quiere algo hay que dar el paso al frente. Allá también tengo mis seguidores, por tanto soy Gallo y Cocodrilo a la misma vez”.

Redacción Escambray

Texto de Redacción Escambray

12 comentarios

  1. amigo te deseo lo mejor del mundo y que sigas como vas, suerte y exitos. saludos para la flia

  2. Alexy Tur Pérez

    FELICIDADES HERMANO TU DECICION FUE LA MEJOR AQUI TE TENIAN TU FUTURO TRONCHADO LO MEJOR QUE HICISTES FUE VOLVERTE COCODRILO SUERTE Y FELICIDADES

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