Radiografía demográfica espirituana (+ Infografía)

Cuatro Censos de Población y Viviendas —1970—1981—2002 y 2012— ofrecen suficientes elementos para plantear que el desenvolvimiento demográfico en la provincia requiere la intervención de los organismos e instituciones del Estado para intentar modificar tendencias propias del desarrollo alcanzado en estas cuatro décadas, las que sin embargo —hoy día— afectan

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Los nacimientos totales en el territorio descendieron en los últimos años. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

Cuatro Censos de Población y Viviendas —1970—1981—2002 y 2012— ofrecen suficientes elementos para plantear que el desenvolvimiento demográfico en la provincia requiere la intervención de los organismos e instituciones del Estado para intentar modificar tendencias propias del desarrollo alcanzado en estas cuatro décadas, las que sin embargo —hoy día— afectan el proyectado despegue económico del territorio y el país.

Un análisis comparativo entre el Censo de 1970 y el de 2012 permite establecer que si en el de la primera fecha se computaron 366 600 residentes espirituanos, 42 años después ya ascendíamos a 462 100; es decir, crecimos en 95 500 habitantes, pero en ese período se modificó sustancialmente la composición de la población por rango de edades, incrementándose radicalmente el grupo comprendido en 60 años y más, mientras se contraía en más del doble el de los menores de 15 años.

Si en 1970 las muchachas y muchachos representaban el 35.3 por ciento de la población total, en el 2012 habían descendido al 16.5 por ciento, lo que hoy se refleja en una disminución en el número de alumnos de las educaciones primaria y secundaria en relación con decenios anteriores. Esto responde al descenso pronunciado de las tasas de natalidad y fecundidad en Sancti Spíritus y en el país.

No es preciso ser una lumbrera para percatarse de que, de mantenerse esta tendencia en cuanto al bajo número de nacimientos, se estará comprometiendo el futuro de la nación debido al descenso de personas en edad productiva, en relación con los segmentos que ya concluyeron su vida laboral.

Caso curioso derivado del boom de nacimientos de la década de los años 60, y 70, es que en la etapa actual también se ha ensanchado la franja de los ciudadanos en edad intermedia, donde se ubican los que se encuentran en edad laboral, lo que, si bien pospone un tanto el aspecto crítico del problema, conduce a la pregunta: ¿Qué pasará cuando dentro de unos años estos trabajadores se acojan también a retiro si para entonces no ha aumentado de manera sensible el número de nacimientos?

Como se sabe, llevado por esa realidad, hace algún tiempo el país adoptó la decisión de elevar hasta los 65 años la edad de jubilación para los hombres y hasta 60 en el caso de las mujeres, pero esos cinco años agregados al calendario laboral constituyen más bien una solución temporal y paliativa, por cuanto a mediano y largo plazos, solo el aumento de las tasas de natalidad y fecundidad pueden dar respuesta al crecimiento económico proyectado.

Sin embargo, esos guarismos propios de países desarrollados, donde la natalidad es baja, el nivel y la calidad de vida son altos, y la esperanza de vida al nacer ronda los 80 años, con tranquilidad ciudadana y estabilidad política, son influenciados también por fenómenos como la emigración interna y externa; es decir, dentro y hacia fuera del país, y la migración entre sectores de la economía.

Por todo lo anterior, Sancti Spíritus, que en el Censo de 1970 tuvo una tasa de crecimiento intercensal de 31.5 por 1000 habitantes, experimentó una contracción a 9.1 en el de 1981, a 1.2 en el de 2002 hasta caer a -1.2, en el de 2012; o sea, una tasa de crecimiento negativa. Y si en 1970 los nacimientos totales en el territorio ascendieron a 9 973, ya en el 2012 habían descendido a 5 039.

En el 2014, debido a factores migratorios, el crecimiento poblacional se situó en -1.7, lo que significa que decrecemos en un 1.7 por cada 1000 habitantes en el periodo. Según Daisy Pérez Arbelo, funcionaria de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información en Sancti Spíritus, es preocupante la situación de los valores que alcanza la emigración interprovincial en nuestro territorio, uno de los mayores emisores del país en los últimos años.

“Desde el punto de vista económico —señaló Deisy—, la pérdida de personal calificado por la emigración provoca en ocasiones que en algunos municipios existan ocupaciones con déficit, lo que induce gastos adicionales en transporte, alimentación, albergue, etc., para la solución de esta situación. Los municipios más afectados en estas variables son Fomento y Taguasco, con -5.2 y -4.8 respectivamente, de decrecimiento poblacional.

Comoquiera que la falta de viviendas y los apremios económicos del periodo especial han estado también en el centro de las causas que motivaron este fenómeno poblacional inverso, cualquier solución debe y tiene que pasar por una mayor inversión estatal en la construcción de inmuebles y el estímulo o facilidades a las parejas para que tengan hijos.

Pérez Arbelo sugiere además que la dirección de la provincia trace estrategias para incentivar el aumento de la fecundidad en la mujer espirituana, potenciar la natalidad y propiciar así el incremento del ritmo del crecimiento de la población en general. También, desarrollar diversos proyectos socioculturales que permitan aumentar la identificación de los jóvenes con su localidad para de esta forma disminuir las corrientes migratorias hacia los territorios colindantes.

Estas propuestas son válidas, pero en nuestro criterio serán decisiones a nivel de país, apoyadas en una bien dirigida política de inversiones y estímulos laborales y de otro tipo —sobre todo hacia las féminas— las que puedan, en última instancia, dar respuesta a las urgencias demográficas que afrontamos hoy.

Infografía: Multimedias Escambray
Infografía: Multimedias Escambray

Nota: Escambray agradece a la Oficina Nacional de Estadísticas e Información en Sancti Spíritus por su aporte para la realización de este trabajo.

Pastor Guzmán

Texto de Pastor Guzmán
Fundador del periódico Escambray. Máster en Estudios Sociales. Especializado en temas históricos e internacionales.

2 comentarios

  1. Eladio Alacarez

    Y como se piensa promover la fecundidad de la mujer? A mi me parece que la cuestion no es tanto de fecundidad como de condiciones economicas. Muchas parejas a estas alturas ni siquiera se plantean la posibilidad de tener hijos por lo complicado de la situacion.

    Mientras no se resuelva el problema agudo de vivienda, mientras el salario a duras penas da para mantener a una persona, mientras la vida diaria sea una lucha constante para resolver el dia a dia me parece a mi que la poblacion ni se va a rejuvenecer ni va a aumentar.

    No olvidemos que en Cuba se una situacion muy curiosa. Tenemos una poblacion con un nivel de educacion y de aspiraciones de primer mundo viviendo en una economia de tercer mundo. Cuba no es Africa donde la procreacion es mas por instinto y por incultura. Cuba es un pais donde la GRAN MAYORIA tiene informacion suficiente para saber cuando y como planificar un bebe.

    Como vemos el problema no es tan sencillo ni se resuelve con dos o tres panfletos y unas pocas consignas.

  2. Esa es una alarma, una superalarma de cara al futuro a corto plazo, si hay mas decesos que nacimientos y encima de esto emigran a otras provincias, quien va enfrentar el desarrollo. Se requiere sabias decisiones, desde ya.

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