Elsa Ramos: No me considero una periodista polémica (+fotos y video)

A propósito de la celebración la víspera del Día internacional del periodista deportivo, Escambray vuelve a dialogar con la prestigiosa reportera, quien ha atendido esa temática en este semanario durante más de 20 años

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Ganadora de múltiples premios nacionales y provinciales, Elsa se describe a sí misma como una mujer de grandes retos.

Sería inconcebible mencionar la palabra periodismo en Sancti Spíritus sin hacer referencia a la personalidad de Elsa Ramos Ramírez. De carácter fuerte y convicciones intachables, lleva más de tres décadas detrás de los micrófonos de CMGL Radio Sancti Spíritus, escudándose con la verdad como su mejor arma. Ganadora de múltiples premios nacionales y provinciales, se describe a sí misma como una mujer de grandes retos.

Las apariencias engañan y de qué manera, la reportera rebelde que se ha escondido en platanales y consultorios para llegar al fondo de tramas maquiavélicas se desvanece cuando le preguntan por el legado de Juan Antonio Borrego. La vida no ha sido fácil para Elsa, su mirada a veces divagante parece transportarse incontables veces hacia Santiago de Cuba, ciudad que vio nacer su inclinación por el béisbol y el periodismo deportivo.

La página siete de Escambray hace 23 años es testigo de las pasiones y sueños más íntimos de una mulata que no se deja amedrentar por ningún hombre. Detrás del pañuelo que le recoge el cabello y esas incipientes arrugas perdura la esencia de una güajirita, madre y esposa que ha dejado huellas imborrables en el corazón de toda una provincia.

Mas, ahora que los azares del oficio la llevan a responder en lugar de preguntar, Elsa Ramos sentencia que no se ha comido el mundo; solo ha cumplido con un sagrado deber: ser fiel a sus principios. Luego del calentamiento de rigor, la veterana de Caracusey, como suelen llamarle, hace swing a los lanzamientos de esta joven reportera.

Un pequeño pueblo de la geografía trinitaria fue testigo del nacimiento de una gran periodista, ¿en qué momento surge en usted la vocación por los medios de prensa?

Nací en un pueblo diminuto llamado Palmarito, por los arrabales de Trinidad. Durante los ocho años que viví en ese lugar no vi nada que se pareciera al periodismo, por tanto, carecía de referentes o incluso vocación. Siendo una niña me trasladé hacia Caracusey, poblado donde mi familia comenzó a sentar las bases de lo que hoy recuerdo como un hogar.

Transité todas las etapas estudiantiles sin tener formación vocacional, no sabía a qué aspirar o cómo construir un futuro. En 12 grado realicé los exámenes pertinentes para estudiar derecho, siempre me caractericé por ser mujer de muchas leyes. El día correspondiente a llenar las boletas vi por primera vez la palabra periodismo, en ese instante recorrió mi mente la fascinación que poseía por leer y escribir, así que decidí ponerla en primera opción.

Nunca imaginé que tendría la posibilidad de estudiarlo, por aquel entonces solamente ofertaban dos carreras para toda la provincia, pero la vida da muchas vueltas y una simple güajirita de Caracusey rompió todos los estereotipos del fatalismo geográfico. Obtuve una carrera de la cual lo único que sabía era su nombre.

Tengo entendido que guarda emociones muy fuertes de su prueba de aptitud, ¿cómo recuerda ese día?

Guardo en mi memoria momentos gratos e ingratos. Después de obtener la carrera me entero de que todo no acababa ahí. Tenía que hacer una prueba de aptitud en Santiago de Cuba. Ese fue mi primer choque con la realidad, no sabía tan siquiera el lugar donde estudiaría, mucho menos lo lejos que estaba de mi casa.

En agosto, previo al inicio del curso escolar, viajo hacia la Universidad de Santiago de Cuba para realizar las famosas pruebas de aptitud. Después de recorrer más de 500 kilómetros me comunican que el plazo para realizar los exámenes estaba expirado. Pensé que todo había acabado, pero la rectoría de la Universidad de Oriente me otorgó la oportunidad de realizar las pruebas de aptitud.

El recuerdo más ingrato que poseo son las incontables lágrimas que derramé. No es fácil darte cuenta de que eres casi analfabeta en términos culturales. Cuando me vi sentada frente a un hombre tan alto, serio e inteligente, sin saber responder casi nada de lo que preguntaba lloré a borbotones. Al parecer notó en mi cara la desesperación y me dio la oportunidad de demostrar las habilidades que poseía mediante la escritura. Ahí expresé todo mi talento.

Fui muy meticulosa a la hora de revisar la ortografía y las ideas del texto. Cuando leyó toda mi composición dijo: «Al menos sabes escribir. Vamos a aprobarte, a ver, si al menos un día llegas a ser una periodista mediocre». Desde ese momento sequé mis lágrimas y me propuse cambiar la opinión que tenían de mí y lo logré. Ese señor, Rafael Lechuga, terminó por convertirse en mi tutor de tesis y un amigo en el ámbito personal.

Elsa ha recibido numerosos premios provinciales y nacionales. (Foto: ACN).

La universidad es el inicio de una etapa llena de aprendizajes y vivencias para los jóvenes, ¿cómo describiría su paso por la enseñanza superior?

Al inicio fue un poco difícil. Estuve cerca de un mes sin deshacer el equipaje por si tomaba la decisión de volver a casa. La biblioteca de la universidad se convirtió en mi lugar seguro. Recuerdo haber pasado incontables noches ahogando mis frustraciones en los libros, me convertí en una joven apasionada por el conocimiento.

También fue una etapa llena de aprendizajes, al llegar en un momento tan elemental de mi formación la universidad contribuyó a allanar el camino del saber, de la paciencia y la conducta. Fueron años muy bonitos, conocí personas que aún perduran en mi vida, lugares que considero como casa y una ciudad que fue testigo de mi crecimiento espiritual. Sin lugar a duda, repetiría esa época de mi vida.

¿Se puede desprender Santiago de Cuba de su memoria?

No…, no se puede desprender. Primero me hizo periodista y luego persona, me ayudó y me obligó a ser independiente. Cuando llegué a Santiago no podía apreciar la belleza de la ciudad, añoraba mi campo de Caracusey. Pasé momentos difíciles, los cuales tuve que aprender a resolver a pesar de mi corta edad, por eso digo que la Ciudad Héroe ayudó en la formación de mi carácter y en la aplicación de los conocimientos que adquirí a lo largo de mi vida. La Universidad de Oriente no fue solamente una escuela académica, también fue una escuela de vida. 

Escambray contribuyó a materializar la mayoría de sus sueños, ¿es cierto que llegó a este medio por los azares de la vida?

Siempre me gustó el deporte, mi fanatismo trascendió hasta tal punto que en mi etapa universitaria lo practiqué, era muy mala, pero me ayudaba a desconectarme del mundo estudiantil. Mi casa siempre fue un hogar netamente deportivo, ahí aprendí a ver y apreciar el béisbol. Cuando entré al mundo periodístico tenía interés en girar parte de mi formación en torno al deporte.

Erróneamente pensaba que para cumplir esta aspiración tenía que ser comentarista deportiva, profesión en la cual nunca encajé. En el año 98 tuve una situación personal muy difícil, cuando murió en un trágico accidente el padre de mi hija, que apenas tenía 35 días de nacida.

En esa delicada circunstancia recibí la llamada de Juan Antonio Borrego, director del periódico Escambray, el cual también era mi amigo en lo personal. Él me ofreció la oportunidad de escribir la página deportiva, lo cual siempre representó para mí un sueño.

La situación que vivía por aquel entonces era muy compleja, pero las oportunidades son calvas, quizás la puerta que se me abrió no se abriría nuevamente. Mi respuesta fue un sí, el deporte siempre resultó mi asidero emocional. Más allá del dinero o las necesidades, escribir siempre me hizo feliz.

Juan Antonio Borrego, ¿un amigo entrañable o un hermano?

Considero que aún está a mi lado, más allá de su partida. Borrego comenzó siendo un cercano necesario. En Santiago, él y los otros espirituanos me ayudaron a pasar la sobrevivencia inicial de la universidad. Siempre se acercaron con un espíritu familiar, me llevaron a conocer lugares que para mí eran desconocidos, el cine, el estadio de béisbol.

Cuando comenzamos a trabajar aumentaron nuestros lazos fraternales, ambos amábamos el deporte. Nuestras pasiones, acompañadas de los años de vida que compartimos juntos, lograron que el cariño trascendiera las barreras de una simple amistad.

Borrego me supo acompañar en mis peores momentos, me permitió ahondar en el periodismo a mi forma, me otorgó alas para escribir acerca de temas escabrosos. Aunque a veces me censuró porque era parte de su trabajo, siempre me ayudó a luchar por mis sueños. Él era muy diplomático, yo muy rebelde, nos complementábamos a la perfección. Juan Antonio Borrego nunca me falló.

Elsa: El deporte siempre resultó mi asidero emocional. Más allá del dinero o las necesidades, escribir siempre me hizo feliz.

¿Es más difícil para las mujeres triunfar en el periodismo deportivo?

Considero que eso es un estigma. En mis inicios como periodista había muy pocas mujeres que ejercieran la profesión de periodismo deportivo, incluso llegué a cuestionarme el porqué. A lo largo de la historia muchas atletas han logrado destacarse sin importar su género, incluso, miles de hombres envidian la trayectoria de mujeres como Mireya Luis, Ana Fidelia Quirot e Idalis Ortiz.

También influyen los gustos personales de cada una. En mis años como periodista nunca se me han acercado jóvenes para escribir sobre estos temas, incluso cuando les he brindado la oportunidad. Actualmente hay un repunte de mujeres en el deporte, situación que me alegra mucho. No todas son capaces de enfrentar los tabúes de la sociedad.

Quizás es un tema más complejo a la hora de abordarlo. En nuestro país la mayoría de las personas que se desenvuelven en estos ámbitos son hombres, incluso a esos hombres les cuesta aceptar la opinión de las mujeres porque existe un machismo arraigado. Muchas veces los periodistas y los deportistas te reciben con cuestionamientos o midiendo tus conocimientos.

Las jóvenes que se quieran iniciar en este mundo que no tengan miedo. Mientras tengan la vocación, el talento y la disposición de aprender, tendrán la posibilidad de llegar lo más lejos posible. No se impongan limites por ser mujer, sueñen, luchen por sus metas y demuestren su talento donde quiera que se paren.

¿Existe aún machismo en Cuba a la hora de escuchar la opinión femenina en el deporte?

Sí, existe. Para enfrentar el machismo hay que hacerlo desde la práctica y la preparación. Hace muchos años obtuve el premio de periodismo deportivo radial, reconocimiento que significó mucho para mí. En la radio el periodismo deportivo es más puro, la esencia de la noticia llevada a los micrófonos. El año posterior gané ese mismo premio, pero en prensa plana, territorio ciento por ciento masculino por aquel entonces.

Después de la ceremonia de entrega uno de los miembros del jurado me comentó que hubo mucha inconformidad respecto al ganador de la categoría, incluso, una serie de concursantes llamaron a preguntar que cómo era posible que una mujer ganara un premio que siempre había pertenecido a los hombres. La respuesta que dieron aún perdura en mi memoria: “Evaluamos obras, no personas”.

¿Fue complicado para usted enjuiciar en algunas ocasiones el trabajo del Caña Ramos como entrenador de picheo después de casarse con él?

Sí…, fue muy difícil. Cuando empezamos nuestra relación ya yo estaba inmersa en el periodismo deportivo y siempre le dejé claro las reglas del juego. Teníamos que ser capaces de separar la vida personal de la profesional. Él, en ese momento, era el entrenador de picheo del equipo de Sancti Spíritus. Era imposible hablar de la calidad de los píchers sin mentar a Caña Ramos.

En cierta ocasión el picheo de la provincia era lo peor del equipo y me tocaba escribir un artículo sobre esto. Cuando le comuniqué mis planes enseguida me preguntó el porqué, ahí me tocó decirle desde el lado profesional que su trabajo estaba mal hecho. Tuve que imponerme, él estaba muy reacio.

Existía mucha expectación entre el cuerpo técnico de la provincia, no creían que fuese capaz de criticar el desempeño de mi esposo, pero realicé el trabajo con la calidad requerida. Todo esto derivó en un problema nupcial, ese no fue el único, la temporada beisbolera caldeaba los ánimos, pero cuando estaba acababa las aguas volvían a su sitio.

Su artículo sobre la exclusión de Frederich Cepeda del pasado Clásico Mundial de Béisbol fue de los más compartidos en redes sociales, ¿se imaginó que tendría tanto respaldo entre el pueblo de Cuba? 

No lo pensé, aunque sabía la repercusión del tema. En el momento candente de la polémica estaba enferma, no podía abordar el tema de la forma que merecía, inclusive varias personas me contactaron pidiéndome que realizase un trabajo profundo donde expusiese mi opinión. Estuve inmersa en la construcción del artículo por varios días, me demoré más de lo acostumbrado.

No puedo negar el miedo que sentí porque pasase el momento noticioso, siempre me he caracterizado por mis criterios veraces y Cepeda no podía ser la excepción. Cuando por fin logré publicarlo, noté la satisfacción en las personas, la mayoría entendió los motivos que expuse.

Mi opinión solamente contribuyó a darle voz al sentir popular de miles de cubano, no era un secreto para nadie el descontento de la afición beisbolera respeto a esta decisión. Cepeda es símbolo del deporte no solo de Cuba sino del mundo, por tanto, merecía plasmar su nombre en el libro de los records.

Actualmente hay un repunte de mujeres para escribir sobre temas deportivos, situación que me alegra mucho, comenta Elsa. (Foto: Curiel/Escambray)

¿Es amiga de Frederich Cepeda?

Sí, lo soy.

¿Su amistad con Cepeda influyó en la realización del artículo?

Es cierto que poseo una amistad con Cepeda al margen de mi trabajo. Un pelotero tan mediático siempre está en boca de todos y yo escribo noticias de interés público. El cariño que poseemos mutuamente se ha cultivado a lo largo de los años. Frederich nunca se mete en los temas que escribo o en mi manera de abordarlos, aunque en diversas ocasiones he criticado su rendimiento.

Cuando surgió todo ese revuelo mediático en torno a su figura me pidió que no escribiera nada sobre la polémica, no le hice caso y en contra de su voluntad lancé mi trabajo. Actualmente se me dificulta tener contacto con él en el ámbito profesional, no quiere que lo entrevisten o hablen de algún tema que pueda revivir esos días tan difíciles y traumáticos.

Nuestra amistad es muy necesaria para ambos, pero siempre hemos dejado de lado el ámbito profesional y nos centramos mayormente en nuestra vida más privada. 

¿Se considera una periodista polémica?

No, no me considero una periodista polémica. Considero que polémicos son los temas que abordo, no es un secreto para nadie que yo hago ejercicio de la polémica. La controversia está en ubicar un tema que a las personas les interese. Si te inmiscuyes en aspectos de la cotidianidad enseguida encontrarás un sinfín de opiniones. Algunos consideran el sentir del periodista como una imposición y eso también genera debate. Elsa Ramos no es polémica, mis temas sí lo son.

En Sancti Spíritus le llaman La Periodista del pueblo, ¿esta responsabilidad le roba el sueño?

Sí me lo roba, es una responsabilidad más grande que yo. En varias ocasiones les he dicho a las personas que yo no soy la periodista del pueblo, ese fue un título que me adjudicaron y ha perdurado a lo largo de los años.

Todos los periodistas trabajamos para el pueblo, pero lo que sucede en mi caso es que a lo largo de mi carrera me ha tocado abordar temas muy controversiales, los cuales forman parte de mi agenda. Siempre trato de plasmar la realidad del espirituano sin tapujos ni adornos, me gusta el estilo directo.

Muchas veces los periodistas tienen miedo a usar palabras como hambre, huelga, ¿por qué debemos cohibirnos? Nuestro presidente en sus intervenciones las utiliza, además están plasmadas en un diccionario. Eso es lo que la gente valora, la prensa muchas veces no se hace eco de temas que ameritan seguimiento.

Mi agenda mediática se basa en lo que necesitan oír las personas. Mis números hace mucho tiempo son públicos, recibo miles de llamadas diariamente, pero yo no soluciono problemas, solo les doy visibilidad. No me considero la periodista del pueblo, aunque la población me vea como tal.

¿Trabaja para premios?

Sí, por supuesto. Desde que descubrí las posibilidades que teníamos los periodistas de ganar premios comencé a trabajar en función de esto. Creo que no es un aspecto negativo pensar así, cuando realizas tus trabajos en función de presentarlos en concursos estos requieren una calidad más elevada, te hacen salir de la zona de confort y adentrarte en mundos que muchas veces son desconocidos.

La agenda mediática es uno de los temas más candentes en la actualidad para los medios de prensa, ¿en qué se basa para conformar la suya?

Las agendas mediáticas casi siempre se contraponen, la mayoría de las veces no coinciden con la agenda personal del periodista. Es un tema complicado primeramente porque tienes que atender la agenda del medio, nosotros respondemos a los intereses de una empresa, no escribimos para nosotros.

El periodista es el que sabe por dónde anda la ruta de la vida, lo que se encuentra en la palestra noticiosa de la sociedad cubana. Con el tiempo es necesario aprender a congeniar las regulaciones editoriales de los medios con sus intereses, así como los temas que tienes en la agenda personal. Para mí son más importantes los temas de la agenda popular, nosotros escribimos para que nos lean y actualmente la población quiere ver respuestas a sus problemas, el porqué de algunos sucesos.

Es inconcebible que los medios de prensa cubanos prioricen algunos temas sobre otros. Entiendo que debe existir una jerarquización, pero nuestra labor es hallar el equilibrio necesario. No podemos llenar los periódicos y noticieros de reuniones, banderas, visitas presidenciales porque eso no refleja toda la realidad de la vida del cubano.

*Estudiante de periodismo

María Karla Echemendía Mangli*

Texto de María Karla Echemendía Mangli*

7 comentarios

  1. Mis saludos y respeto para todos sus colegas,pero para mí UD es la mejor,ya que no anda con rodeos y plantea los problemas de forma objetiva tal y como son,no anda con rodeos.

  2. Gracias, no a la estudiante, sino a la periodista que es ya Maria Karla. Me satisface no mi entrevista en sí sino la manera en que condujo la entrevista, la que por cierto no sabía publicarían aquí…..jjjjjjjjj. Me hizo inclinarme hacia atrás más de una vez para responderle……Ah, y me satisface también que la página deportiva de Escambray ya tiene presente y relevo. Gracias mi chiquitica

  3. Excelente entrevista de María Karla Echemendía Mangli, quien es estudiante de 1er año de periodismo y se atreve a entrevistar a una de las profesionales más prestigiosas del territorio y del país, demostrando sus habilidades y amor al periodismo deportivo. Exitos

    • Maribel Hernández Garcia

      Excelente estudiante de periodismo,con un talento y responsabilidad de la labor que ejercerá ,es delegada,pequeña,pero grande y hermosa en todo lo que hace.Desde la CMGH RADIO JATIBONICO LE DESEAMOS MUCHOS ÉXITOS.

  4. Rachel Carbonell

    Elsa Ramos, periodista del pueblo, siempre me gustaba escucharla y leerla, precisamente por sus verdades sin tapujos! Siga así, mis respetos!

  5. Elsa es grande, felicidades. A dirección de Escambray y a ti Elsa, tu letra es la confianza de este pueblo. Merece investigación inmediata la afectación que hoy tenemos miles de usuarios de la aplicación Ticket. El gobierno y el partido han apoyado su implementacion para servicios vitales de nuestro pueblo, el pueblo paga a Xetid y hoy 3 de julio ha sido un total desastre y no han respuesta por ningún medio sobre lo sucedido. No trato de empañar tu entrevista, mis disculpas, pero tenemos confianza en tu trabajo.

  6. Helena Farfán Madrigal

    No por conocida la historia de Elsa Ramos deja de conmoverme. Ella es una muestra del que quiere puede. Se sobrepuso y sobrepone a los escollos que le puso y pone la vida y deja su piel en cada trabajo periodístico que realiza. Gracias Elsa por ser una mujer, periodista y espirituana.

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