Periodista de estirpe

Se inició como periodista en septiembre de 1988 en Radio Sancti Spíritus, donde despuntó por su sentido de la noticia; y la inmediatez inherente a este medio de comunicación le acompañaría por el resto de sus años de ejercicio reporteril.

Borrego como reportero jerarquizó el abordaje del devenir económico de la provincia y del país

ITINERARIO

En fecha temprana se apropió de los códigos del leguaje radial, certeza ejemplificada con los premios obtenidos en los Festivales Provinciales y Nacionales auspiciados por la Radio Cubana.

Como tendencia, apeló a la humanización del discurso periodístico radiofónico, demostrado en sus crónicas, reportajes y el documental “Timbales, el desmochador de palmas”; este último con gran acogida en la edición del Festival y Concurso Antonio Lloga In Memoriam correspondiente a 1992.

En 1990 pasó a desempeñarse como editor de Escambray, donde creó la sección “Gente nuestra”, junto al periodista Enrique Ojito Linares, con el interés de convertir en protagonistas de la noticia a rostros desconocidos y que habitualmente no hacían titulares de prensa.

Poco después y hasta 1994 asumió las funciones de reportero en el diario espirituano; y específicamente, a partir de 1992 fungió como corresponsal de Granma en Sancti Spíritus, rol desempeñado de forma voluntaria y, por ende, sin retribución monetaria la mayor parte del tiempo.

Debe resaltarse que, ni aun cuando se desempeñó, primero como subdirector de Escambray y posteriormente al frente del medio, dejó de tributar constantemente a sus páginas y al sitio digital sobre las más variadas temáticas y acontecimientos; realidad posible gracias a su sólida cultura profesional, enriquecida con la lectura permanente de toda clase de literatura.

Como reportero jerarquizó el abordaje del devenir económico de la provincia y del país, tangible en:

  • Reportaje “¿Cuentas vencidas o empresas ‘mala paga’?”: hurga en las causas y consecuencias de las cadenas de impagos entre entidades espirituanas, que, por más que se persigan, no desaparecen del entramado económico provincial. Borrego concibió la entrada de ese texto de la siguiente forma:

“Dicen que si en estos años de indisciplinas financieras Richard Egües, el célebre flautista y arreglista de la ya octogenaria orquesta Aragón, hubiera accedido a los informes oficiales que ilustran las deudas o las cuentas por pagar vencidas, como eufemísticamente se les suele llamar en el mundo empresarial cubano, no habría tenido más remedio que reescribir El bodeguero, el chachachá con el que alebrestó a bailadores de cuatro continentes”.

  • Reportaje “De Cayo Coco a Trinidad… pasito a pasito”: investiga la implementación y repercusión de la medida gubernamental que autorizó la venta directa de productos agropecuarios a instalaciones hoteleras.

“A esto no se le puede coger miedo. Hay que llevar los productos, aunque sea en una jaba”, dijo Martincito –Martín Alonso Gómez, su nombre de inscripción–, de la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Reinaldo Manen, cuando se enteró de que los guajiros podían comercializar de forma directa en la cayería norte de Ciego de Ávila y en otras instalaciones del turismo.

  • Reportaje “Trinidad: El boom de los hostaleros”: versa sobre el auge del trabajo privado en esa villa, como variante de empleo laboral y significativo complemento del turismo estatal.

Si en alguna de las tantas encuestas que aparecen por ahí, a usted le preguntan por una ciudad que sea capaz de duplicar sus capacidades de alojamiento para el turismo de un año para otro sin construir nuevos hoteles, no crea que le están tomando el pelo con un retruécano aritmético o que se trata de una adivinanza sin sentido: en Trinidad es posible. 

Conocedor a fondo del programa de la voluntad hidráulica a nivel de país y de la provincia, diseñado y seguido por Fidel, Borrego lo privilegió en su agenda editorial, al ser Sancti Spíritus el territorio cubano con mayor capacidad de embalse, a raíz de las inversiones acometidas.

  • Reportaje “En el imperio de la Zaza”: aborda el impacto económico negativo, en lo esencial en la reducción de las áreas de siembra y, por tanto, en los niveles de recolección de arroz, de la baja disponibilidad de agua en la mayor presa de Cuba, debido a la sequía.

Con 30 grados centígrados de temperatura al amanecer, millones de peces disputándose el oxígeno y los alimentos, y un sol que amenaza con la deshidratación total, la más importante represa de Cuba semejaba a mediados de 2010 poco menos que una palangana con agua a punto de hervir.

El interés por humanizar el mensaje periodístico emerge en su obra toda, en especial la relacionada con el temario económico.

Por ejemplo:

Además de su prestancia de coloso, recordista nacional de la producción de crudo y paradigma de la eficiencia en las lides azucareras, el central Uruguay contaba hasta hace apenas unas horas con una suerte de reliquia viviente venerada por más de una generación: Francisco de Paula Rabí Avilés, Cundío, alguien que no tuvo estudios ni ocupó puestos importantes en el ingenio, pero que supo ganarse entre su gente la condición de imprescindible.
Quienes nos acostumbramos a saludarlo escoba en mano en los pasillos de la industria llegamos a creer, incluso, que aquel hombre de 94 años y 76 zafras era un inmortal y que a la campaña siguiente lo volveríamos a tener, invariablemente, con la misma sonrisa y las mismas historias.
“Eso de Cundío me viene porque yo en mi barrio jugaba mucho a los escondidos, al juego del policía y el bandolero, y como casi nunca me encontraban, cuando alguien preguntaba por mí le decían: ‘Tá’ condío”, una frase que, según él, le valió el alias por el que luego lo conocerían para siempre en el pueblo.

Sistemáticamente, Borrego se acercó a los asuntos históricos, abordados desde ángulos novedosos y distantes del discurso periodístico repetitivo.

▪ “Yo vi a Maceo en Vueltabajo”: testimonio de Emeregildo Sánchez Rodríguez, de 114 años, quien vivió los días de la Guerra de 1895 en Pinar del Río.…

  • Reportaje “La Thompson de Camilo”: ¿Acaso el Comandante rebelde combatió siempre con esta arma?, se preguntó Borrego y, más que ello, buscó respuesta.
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La imagen de Korda tiene más de cuatro y media décadas de captada, y todavía cubre primeras planas: sobre un jeep descapotado Fidel y Camilo saludan a La Habana. Es 8 de enero de 1959, el Héroe de Yaguajay lleva jackie oscuro, sombrero posado sobre la melena desordenada y en su mano derecha una subametralladora Thompson de empuñadura y porte finos que llama la atención de no pocos curiosos.

  • Reportaje “¿La ofensiva de El Pedrero o el cementerio de Lázaro?”: aproximación periodística a la derrota de la ofensiva de las fuerzas de la dictadura de Fulgencio Batista a finales de 1958 en la zona del Escambray, por el Frente de Las Villas, comandado por Ernesto Che Guevara.

Goyito Bombino estuvo a punto de poner en pie de guerra a la zona de El Pedrero y a medio Sancti Spíritus, cuando años atrás, exactamente el 31 de agosto del 2011, llamó al Sector Militar de Fomento con una noticia verdaderamente insólita: “Óiganme bien —les dijo—, en mi casa encontré una bomba”.
En realidad no era una broma de mal gusto: el tornillo puntiagudo con el que había estado tropezando su esposa Edilsa por meses; el cilindro que él había descubierto a fuerza de pico y pala junto a la puerta de entrada; el mismo que su suegro Esteban intentó abrir a martillazos creyendo que era una botija y que El Nene siguió minuto a minuto por el teléfono público como si se tratara de una cobertura en tiempo real era una bomba de fabricación norteamericana del año 1956, de 51.5 kilogramos de peso y con un área expansiva de alrededor de 250 metros.
Expertos dijeron que el artefacto aparecido en la casa de Goyito había quedado sembrado en el lugar desde hacía más de 50 años —a finales de 1958— como resultado de los bombardeos despiadados que lanzara contra aquella zona el ejército batistiano (…).
El surgimiento y accionar de las bandas contrarrevolucionarias en Cuba y en la antigua provincia de Las Villas, como parte de la política de Washington de aniquilar la Revolución cubana, ocupó un lugar relevante en la obra reporteril de Borrego, quien prestó especial atención a la estrategia delineada por Fidel para abortar la proliferación de esos grupos terroristas, conocida como Lucha Contra Bandidos.

  • Reportaje “Si hay que poner un muerto, seré yo”: dedicado a Alberto Delgado, el Hombre de Maisinicú, en el aniversario 40 de su asesinato a mano de bandas terroristas.

“Ese es el administrador de Maisinicú, parece que hay lío entre los alzados”, fue la frase que encontró Luis Felipe Denis, jefe de la Seguridad del Estado en el Escambray, para disimular la rabia y el dolor que sintió al identificar el cuerpo sin vida de Alberto Delgado, colgado de un árbol, prácticamente en la periferia de Trinidad.
“Yo presentí que algo malo le había pasado —reveló Denis en 1985, poco antes de su muerte—. Salimos a buscarlo y cuando pasamos el puente sobre el río Guaurabo, por el Circuito Sur, un muchacho nos dijo que en una mata había un hombre muerto. Nos aproximamos al borde del camino, llegamos hasta el árbol y ahí estaba colgado, en calzoncillos. Un hilo de sangre le goteaba por la punta del pie”.
El reducido grupo de la Seguridad del Estado que conocía la verdadera identidad de Alberto, no tuvo otra opción que tragarse el secreto y dar las espaldas al supuesto contrarrevolucionario…

  • Reportaje “Los Potricos de Méyer”: aplatanados en el fondo del Escambray, muchos de los inspiradores de la serie LCB: la otra guerra, que transmitió la Televisión Cubana, revivieron la epopeya que les quitó el sueño durante seis largos años.

El oficial Gustavo Castellón Melián recibía las órdenes del Estado Mayor de la Lucha Contra Bandidos (LCB) con un encabezamiento tan recto como irreverente: “Estrictamente confidencial. Compañero primer teniente Caballo de Mayaguara, Escambray”.
Así lo ha escrito uno de los cronistas mejor documentados de aquella gesta, quien asegura que el Caballo era hijo del monte, que a su fusil FAL, “el rompetroncos” de fabricación belga, lo nombraba “la Yegua” y que sus subordinados en la compañía —milicianos de 14, 15 y 16 años— no eran ni infantes ni soldados, sino “sus Potricos”.

Borrego desplegó sus habilidades como articulista, básicamente en el tratamiento de los temas de política nacional e internacional, análisis con predominio de la argumentación y la ejemplificación para demostrar la tesis editorial defendida.

  • Artículo “Cuando Fidel cruzó el Rubicón”: publicado en el contexto del aniversario 61 de la firma de la Primera Ley de Reforma Agraria en la Comandancia de La Plata, el 17 de mayo de 1959; hecho que representó un parteaguas en la historia de la naciente Revolución.

El pintor cubano Carlos Enríquez, ese genio que nació en el poblado de Zulueta, Las Villas, el 3 de agosto de 1900, no pudo escoger un título más sarcástico que Campesinos felices para aquel cuadro suyo en el que recreaba –o más bien retrataba– la vida rural en la Isla a finales de los años 30 del siglo pasado: una familia transparentada por el hambre y los parásitos, con la mirada perdida bajo un bohío, que a su vez amenazaba con desplomarse sobre sus cabezas.
Más de un estudioso ha hecho notar un detalle que acentúa todavía más la visión punzante de este rebelde de la plástica sobre la caricatura de República que teníamos entonces: en uno de los troncos que sostenían aquel techo enclenque aparece colgado un pasquín muy propio de la politiquería de la época, con el rostro de un candidato, mezcla de cerdo y de asno, acaso la única opción que tenían las almas que malvivían en nuestros campos.
Al margen de la recreación artística, la obra evoca la dura realidad de estancamiento y desesperación que debían confrontar en el día a día los trabajadores agrícolas cubanos que, un poco más tarde, para finales de los años 50, sumaban ya unos 350 000 y eran sostén de más de dos millones de personas, a la sazón, la tercera parte de la población cubana.

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Campesinos felices, obra de Carlos Henríquez.
  • Artículo “¿Quién tiró la primera piedra?”: referido a las protestas acontecidas en varias ciudades cubanas el 11 de julio de 2021.

Dijeron que Raúl huyó, que Camagüey fue tomado y secuestrado el Primer Secretario del Partido allí, que el Viceministro del Interior renunció, que las calles están llenas de muertos y, por decir y mentir, hasta mostraron Alejandría y Buenos Aires como si fueran La Habana.
Lo más probable es que sigan diciendo, porque esa ha sido una de sus armas más recurrentes, desde que intentaron enaltecer los “valores humanos» de Sosa Blanco, presentaron a los alzados del Escambray como defensores del pueblo y no como vulgares terroristas, o fabricaron aquel compendio insuperable de desinformación en los días de Playa Girón, cuando, según versiones de agencias de prensa, las fuerzas invasoras tomaron Pinar del Río y la Isla de Pinos, Fidel se dio a la fuga y Raúl fue capturado, el Habana Libre fue destrozado por los bombardeos y “el puerto de Bayamo quedó totalmente aislado».
De todo cuanto han dicho por estos días; sin embargo, existe un mentís que, por su carácter perverso, por su oportunismo y por su connotación, pudiera superar a los anteriores: vincular la violencia originada en nuestros pueblos y ciudades con el legítimo llamado que hiciera a los revolucionarios el Primer Secretario del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, de salir a las calles a defender el país frente a lo que estaba ocurriendo.

  • Artículo “Y sin ‘embargo’, ¿se mueve?”: relacionado con la visita oficial que realizara a Cuba el entonces Presidente de Estados Unidos Barack Obama en marzo de 2016.

Se sabe que Barack Obama no vino a Cuba a celebrar la Revolución, ni a tomar experiencias del programa del médico de la familia, ni a aprender del proyecto de los Joven Club de Computación; más bien vino a todo lo contrario: a “vender” un sistema de valores del cual es resultado y también su más eficiente embajador, como nos recordara Fidel Castro a los pocos días de debutar como el cuadragésimo cuarto presidente en la historia de los Estados Unidos de América.

Aunque no de forma sistemática, Borrego incursionó en la temática deportiva. Vale subrayar que poco después de incorporarse al colectivo de Escambray, dio cobertura a los XI Juegos Panamericanos La Habana 1991, para nuestras páginas, donde atendió prioritariamente los resultados de la delegación espirituana en las competiciones continentales. En sentido general, en el tratamiento de los tópicos deportivos se inclinó, como tendencia, por la pelota, disciplina por la que experimentaba incuestionable pasión.

  • Crónica “Yo era el padre de los Industriales”: pondera los valores humanos y deportivos de Modesto Verdura, fundador y primer ganador de la triple corona en nuestras Series Nacionales, después de su fallecimiento.

Mucho antes de hacer el equipo Cuba, de subirse en un avión y de derrotar por partida doble a Estados Unidos en los Juegos Panamericanos de Sao Paulo (1963), Modesto Verdura había soñado con ser la mejor tercera base de toda la comarca espirituana, donde sin haber tirado una sola pelota para el home, aprendió a ganarse la vida, primero como machetero y luego como estibador.(…)
De todos los bateadores que enfrentó, Verdura siempre hablaba con orgullo de uno muy especial, de Fidel Castro, el creador de la pelota revolucionaria y de las Series Nacionales: “En un partido de inicio de campaña él llegó preguntando que quién era el pitcher que le iba a lanzar y alguien le dijo: ‘Hoy le toca al caballo’. ‘¿Y quién es el caballo?’, preguntó. ‘Verdura, le dijeron ellos’. Él rió y enseguida respondió: ‘El caballo soy yo’. Ese día me bateó un roletazo y Juan Emilio Pacheco, que estaba en el campo corto, miró para otro lado porque decía que él no cogía eso, que aquella pelota llevaba candela”.

  • Crónica “La fidelidad de Andrade”: reconoce la grandeza deportiva y personal del único mánager que ha ganado una Serie Nacional con los Gallos de Sancti Spíritus (1979).

Cuando ya él sabía mejor que nadie que Andrés Malanga ese día no le iba a sacar un out a la toletería de Caibarién, que dejarlo en el box era estirar la agonía de Yaguajay y que lo mejor era salir corriendo a sustituirlo después de aquel bombardeo, Cándido Andrade caminó con su habitual parsimonia hasta el cajón de coach, hizo un megáfono con las dos manos alrededor de la boca y le gritó a su receptor: «José, ¿cómo tú sientes a Andrés hoy?
—No sé, Cándido, porque a mí todavía no me ha llegado la primera pelota, le respondió el cátcher con una ingenuidad que transfiguró el estadio en un mar de carcajadas.

  • Entrevista “El benjamín de Batey Colorado”: Roberto Hernández Navarro, el lanzador espirituano que renunció a su contrato con los Indios de Cleveland, se confesó feliz tras su debut con los Gallos en la Nacional Sub-23.

Cuando recaló en Batey Colorado, ese caserío escondido en el norte espirituano que hace honor a su nombre lo mismo en la tonalidad del terraplén polvoriento que en las paredes de las pocas casas que lo conforman, lo primero que hizo Roberto Hernández Navarro fue quitarse los zapatos y salir corriendo, como un muchacho más, a saludar a los vecinos que había dejado de ver dos años atrás.
Esa fue la manera guajira que encontró para drenar la soledad y la morriña, sus más fieles acompañantes en un viaje por República Dominicana, donde si bien probó su clase como prospecto del pitcheo e incluso logró un contrato con un equipo de las Grandes Ligas, los Indios de Cleveland, no pudo acostumbrarse a vivir lejos de su abuela, de su hijo y de sus amigos más queridos.

Durante sus más de 33 años de ejercicio periodístico, Borrego también trató aristas del acontecer cultural de la provincia, con mayor énfasis en la defensa de la identidad y los valores histórico-patrimoniales.

  • Artículo “La que se llamó de Sancti Spíritus”: se adentra en las polémicas versiones acerca de la fundación de esta villa cubana.

Hasta su propia biógrafa Sor María Rosa Miranda debe haber quedado seducida con la manera tan preciosista y detallada que usara el Padre Bartolomé de las Casas en su imprescindible Historia de Indias para relatar aquel viaje suyo a la comarca espirituana hace justamente 500 años.
“…y porque Diego Velázquez —escribiría el fraile— con la gente española que consigo traía, se partió del puerto de Jagua para hacer y asentar una villa de españoles en la provincia donde se pobló la que se llamó de Sancti Spíritus, y no había en toda la isla ni clérigo ni fraile después de en el poblado de Baracoa donde tenía uno, sino el dicho Bartolomé de las Casas, llegándose la Pascua de Pentecostés, acordó dejar su casa que tenía en el río Arimao, la penúltima luenga, una legua de Xagua, donde hacía sus haciendas, e ir a decirles misa y predicarles aquella Pascua”.
Mientras Sor María Rosa asegura que en predios espirituanos el dominico fue recibido con calurosas frases de bienvenida, el historiador trinitario Carlos Joaquín Zerquera y Fernández de Lara, después de haber buceado más de una vez en el Archivo General de Indias, en Sevilla, niega categóricamente que De las Casas haya asistido al acto fundacional de la cuarta villa. “Si no lo trajeron en un helicóptero, no podía estar en Sancti Spíritus”, respondió Carlos Joaquín antes de morir (…).

  • Reportaje “Trinidad, la consentida del tiempo”: resalta las riquezas patrimoniales y culturales, en sentido general, de Trinidad, a pocos días de que la tercera villa arribase a los 500 años de fundada.

La ciudad de Trinidad nació, creció y se desarrolló tan al margen del resto del país, que cuando José Antonio Saco comenzó a soliviantar con sus ideas políticas a la juventud habanera, ya bien entrado el siglo XIX, al capitán general de la siempre fiel isla de Cuba, Don Miguel Tacón y Rosique, no se le ocurrió mejor salida para el muchacho revoltoso que ordenar su destierro hacia este lugar del centro sur del país.

  • Reseña “La torre de los misterios”: destaca cómo, a casi dos siglos de construida, la torre de Manaca Iznaga, de 45 metros, símbolo del Valle de los Ingenios, en Trinidad, resistió desafiante el azote del poderoso huracán Dennis en julio de 2005.

Cuando Don Alejo María del Carmen Iznaga y Borrell, en los albores del siglo XIX, decidió interrumpir la monotonía del valle con una provocadora torre de ladrillos de 45 metros de altura en medio de los cañaverales, difícilmente haya pensado en los ciclones del trópico (…)
Por todo ello, quizás, el pasado lunes en la noche, cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro en una comparecencia televisiva a propósito del paso del huracán Dennis, revisaba el país palmo a palmo, se preocupaba por las vidas perdidas, interrogaba sobre los daños materiales y decidía las urgencias de Cuba, a casi nadie le extrañó su pregunta:
—¿Pasó algo con la torre de Manaca Iznaga?

En su condición de corresponsal de Granma y de director, desdoblado en periodista, incluyó en su agenda, igualmente, los eventos meteorológicos y otros acontecimientos propios del denominado periodismo de desastres. En dicha línea evidenció su olfato periodístico en el relato de los hechos.

  • Reportaje “La revuelta de Lebrije”: pasajes de un suceso sin precedentes en Cuba: la evacuación de unos 35 000 habitantes de Jatibonico y poblados cercanos en alrededor de tres horas, ante el peligro inminente de la ruptura de la cortina de la presa Lebrije, ubicada a 8 kilómetros al norte de la cabecera municipal.

Cuando pasadas las 6 de la mañana del sábado Magdaleno Fundora orilló su rastra para despabilar el sueño de la madrugada con un café bien caliente, no pudo menos que sobrecogerse al oír la sentencia del policía de guardia que lo recibió cortésmente en la puerta del vehículo: Continúe que en este pueblo no hay gente.
Jatibonico entero había sido evacuado hacía pocos minutos ante la amenaza real de la presa Lebrije…

  • Reportaje “El ciclón que le sacó punta a la torre del central Narcisa”: elaborado a raíz del paso del huracán Irma por el norte del municipio de Yaguajay.

Cuando las planchas de zinc comenzaron a zarandearse sobre las estructuras metálicas que intentaban sujetarlas o a clavarse como misiles contra los sacos de pienso, los nueve hombres que habían quedado custodiando el centro porcino conocido como Carbó 2 terminaron todos en una oficina de dos metros de largo por dos de ancho, convertida entonces en el único refugio seguro.
Fue la noche más larga de todas las que ha vivido José Antonio Rosa Rodríguez, uno de aquellos guerreros mirmidones, que sintió las paredes temblar como si se tratara de un terremoto y esperó el amanecer convencido de que estaba asistiendo al mismísimo fin del mundo (…)
Con pose de sabio, el hombre se franquea con el equipo de reporteros, nos cuenta que este no es el primer ciclón que espera en Yaguajay, ni el primero que lo deja sin luz y luego en tono más filosófico regresa con sus interrogantes.
—Bueno y ustedes no siempre están con eso de que una imagen dice más que mil palabras, afirma como si estuviera respondiéndose a sí mismo.
—Claro, le contestamos casi a coro.
—Pues entonces no escriban más, acaben de retratar la chimenea vieja del ingenio que tienen en la espalda y de paso díganme en qué otro lugar del mundo algún ciclón le ha sacado punta a la torre de un central.

Labor periodística en la República Bolivarianade Venezuela

En el lapso comprendido entre 2007 y 2008 fungió como corresponsal del diario Granma en la República Bolivariana de Venezuela, donde apeló a la combinación del periodismo informativo, de opinión e interpretativo, verificada en su producción comunicativa. Independientemente de las diferentes misiones cubanas de colaboración en la nación sudamericana, brindó cobertura a otros sucesos noticiables como la Operación Enmanuel entre Colombia y el país hermano en el 2007 y la VI Cumbre del ALBA-TCP, con sede en Caracas, en el 2008.

  • Reportaje “La ‘muralla’ de San Hipólito”: en las afueras de Sabaneta de Barinas, especialistas venezolanos, cubanos y brasileños dieron cuerpo al más moderno central azucarero de América Latina.

“Por allá comienzan los Andes”, alerta uno de los hombres que laboran actualmente en el montaje del que será el más moderno central azucarero de América Latina y el primero que se concluya en virtud de los acuerdos de cooperación suscritos entre nuestro país y la República Bolivariana de Venezuela.
Ubicada en las afueras de Sabaneta, cabecera del municipio Alberto Arvelo Torrealvas, la industria, con tecnología brasilera y alto nivel de automatización, tendrá capacidad para procesar diariamente unas 7 000 toneladas de caña, en lo que sin dudas constituye un hecho inédito para esta zona de Barinas.

  • Reseña “El filo de La Hojilla”: se detiene en esta propuesta de Venezolana de Televisión, conducida por Mario Silva.

Cuando a las diez de la noche Mario Silva se ajusta su gorra de visera, mira de soslayo la cámara y lanza el acostumbrado: “Buenas noches, ¿cómo están todos?”, ya ha empleado prácticamente la mitad de las horas del día leyendo periódicos, mirando los noticieros de la televisión y escudriñando la verdad en las profundidades de la red.
Su espacio La Hojilla, trasmitido de lunes a viernes por Venezolana de Televisión y, según estudios, visto por unos ocho millones de personas en todo el país, comienza luego de que su director y conductor se presenta ante los telespectadores con un enunciado tan controvertido como sorprendente: “Mario Silva: bachiller marginal y terrorista comunicacional”.

Por la diversidad temática, el dominio sobresaliente de la técnica y la originalidad del discurso, Borrego obtuvo el tercer lugar en la categoría de Prensa escrita en la primera edición del Premio de Periodismo Bolívar-Martí, auspiciado por la Embajada de Venezuela en Cuba, convocado para destacar la labor de los profesionales que durante el decenio 1999-2009 registraron en sus medios de prensa la marcha de la colaboración entre los pueblos y gobiernos de Cuba y la nación sudamericana.

Ejercicio periodístico multimedial

Además de liderar la mutación de Escambray de medio impreso a multicanal, aprehendió con celeridad las claves del lenguaje hipermedia en el plano individual; aseveración respaldada por su activa participación en las redes sociales, fundamentalmente en Twitter, y por la creación de un amplio catálogo de productos comunicativos para la web,con preponderancia para los dossiers, realizaciones en las cuales contó siempre con el aporte y la asesoría de su compañera de vida, Mirelys Rodríguez Hernández. Varios de estos proyectos digitales, insertados en la sección de Especiales, alcanzaron lauros en el Concurso Provincial José Camellón, Concurso 26 de Julio, así como el Premio de Periodismo Económico a nivel provincial y nacional.

  • Memorias del temporal”: lluvias intensas de mayo y junio de 2012.
  • Valle de los Ingenios”: riquezas histórico-culturales de ese sitio, Patrimonio Cultural de la Humanidad, junto al Centro Histórico Urbano de Trinidad.
  • Las energías del Escambray”: presencia de Ernesto Guevara y creación de su Frente de Las Villas.
  • “Cuando el agua se pone jíbara”: impacto de la sequía registrada a inicios del 2015 en los embalses espirituanos y en las actividades económico-sociales.
  • Camino a la televisión digital en Cuba”: proceso gradual de conversión de la señal televisiva analógica a digital en el país, inversión comenzada por la provincia de Sancti Spíritus.

Hasta aquí esta mirada al desempeño de Juan Antonio Borrego Díaz en sus dos facetas profesionales: como director de Escambray y periodista; síntesis que permitió corroborar:

  • Su liderazgo en la conducción de la gestión editorial de este medio espirituano, que mutó progresivamente de periódico impreso a organización periodística multicanal, gracias a su rápida comprensión de la importancia de este proceso sucedido a nivel planetario, que revolucionó los criterios tradicionales de noticiabilidad.
  • La jerarquía que siempre le confirió a la generación de contenidos, los cuales debían estar conectados, ante todo, con la agenda de la ciudadanía.
  • La excelencia de su obra periodística, que abordó disímiles temáticas y que amerita, por cierto, un estudio más detenido.
  • Sus éxitos al frente de Escambray por casi un cuarto de siglo revalidan la opinión de que los destinos de una institución mediática deben estar en manos de un periodista con demostradas competencias profesionales y potencialidades para devenir en líder creativo, capaz de erigirse en protagonista de las urgentes transformaciones que necesita experimentar el sistema de medios públicos cubanos.
 

Redacción Escambray

Texto de Redacción Escambray

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