La lavandería de la calle Martí, situada en la cabecera provincial, dejó de prestar servicio de lavado, centrifugado y secado de ropas, tras el retiro del banco de transformadores que alimentaba de corriente trifásica a los equipos instalados en ese local.
Más de tres meses lleva el centro sin cumplir con su principal objeto social, a pesar de que en su lista de clientes aparecen contratos con 14 empresas y organismos estatales, además de los servicios que se destinaban al sector residencial, con muy buena aceptación por parte de los espirituanos.
Al decir de Jauer Eduardo Rodríguez García, al frente de la unidad que funciona bajo el sistema de arrendamiento, desde el 2022 la tintorería fue reparada y la batería de lavadoras y secadoras al vapor se recuperaron en su totalidad, con medios propios, lo cual resultó de vital importancia para la higienización de las ropas en la etapa de la covid, donde el pequeño colectivo se creció al punto de obtener la condición de Proeza Laboral.
Rodríguez García explicó que, a pesar de conocer la afectación que presenta el país con el tema de los transformadores y, tras el retiro inesperado y sin previo aviso de los mismos, él, como representante del inmueble, se dirigió a diversos lugares en busca de respuesta, teniendo en cuenta que existe un contrato de arrendamiento por 10 años y otro con la Empresa Eléctrica para garantizar la demanda de 85 kilowatts, lo cual no se tomó en consideración ni siquiera para comunicarle previamente la medida que se adoptaría.
“La desconexión de los transformadores —aclaró el arrendatario— se produjo un domingo y cuando llegamos el lunes a prestar servicio, con ropas que se habían recibido de varios clientes, vimos que ya no teníamos con qué trabajar, se sabe que la provincia presenta dificultades con la disponibilidad de estos medios, incluso para servir a un grupo de comunidades, pero al menos era necesaria la comunicación, según lo establece el propio contrato de arrendamiento.
“A ello se suma que, previo a la reapertura de la lavandería, debimos hacer una cuantiosa inversión, que aún no se recupera, con el fin de habilitar todos esos equipos que se encontraban rotos, además de acondicionar el inmueble y ahora se paraliza la actividad y sin perspectivas de una solución inmediata”, aclara.

Cuando aún estaban los transformadores instalados, ¿cómo se las ingeniaban para lavar ante el déficit de energía?
Siempre estuvimos activos, de lunes a sábado entre ocho de la mañana y las seis de la tarde, inclusive cuando faltaba el fluido eléctrico nos programábamos para desde que se activara comenzar de inmediato nuestra labor, en el resto del día recogíamos una determinada cantidad de ropas que nos permitiera cumplir con el servicio en las horas con corriente.
Y ahora Sancti Spíritus no cuenta con el servicio de lavandería en ninguno de los dos centros vinculados a la actividad…
Así es, en el caso del de Garaita, que funcionaba bajo el sistema de arrendamiento, igual permanece inactivo, porque también se llevaron los transformadores de ese lugar, incluso el atelier aledaño al mismo, que funciona con corriente trifásica, fue afectado con esta medida.
Ante esta situación, ¿a qué alternativas han debido acudir para poder generar ingresos que les permitan la subsistencia económica?
Cuando comenzamos con este proyecto se declaró como actividad fundamental la de lavandería, centrifugado y secado de ropas y, como tarea secundaria, se declaró una tienda de artículos del hogar y limpieza, además del departamento de electrónica destinado a la reparación de las cocinas de inducción, que es con lo que nos mantenemos.
Pero la paralización del servicio de lavandería ha impactado de forma negativa en el desempeño de nuestra actividad fundamental, dejando de cumplir con los contratos establecidos de antemano con los clientes; incluso, algunos de los trabajadores se afectaron también, pues, debido a esta interrupción, se quedaron sin empleo por falta de contenido de trabajo.

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