Las labores del hilo y de la aguja son en Trinidad una tradición de hondo arraigo que convive con el uso de materiales contemporáneos y nuevas formas de expresión; constituye, además, modo de vida y muestra genuina del patrimonio cultural.
Este 15 de septiembre la tercera villa de Cuba celebró el séptimo aniversario de su declaración como Ciudad Artesanal del Mundo, la única de Cuba y de todo el Caribe, un título que remarca la excelencia de las artes manuales en un proceso permanente de transmisión y continuidad.

En la sede de la Oficina del Conservador de la Ciudad y el Valle de los Ingenios se recordó la valiosa contribución de quienes conformaron el expediente presentado al Consejo Mundial de Artesanías; y entre los nombres imprescindibles, Cristina González Béquer y Carlos Enrique Sotolongo.
En el encuentro participaron Bárbara Oneida Venegas, Historiadora de la ciudad, el museólogo e investigador Víctor Echenagusía Peña y la doctora Alicia García Santana, entre otras personalidades y autoridades del Gobierno y el Fondo Cubano de Bienes Culturales.

Honores también para los artistas que ponen el alma en cada pieza, desde los tradicionales manteles y tapetes hasta prendas de lujo como guayaberas y preciosas batas, los hermosos trabajos de fibra y de yarey, las obras de madera y metal, hasta la cerámica y la muñequería; evidencia del talento, destreza y entrega al oficio, unas veces heredado, otras aprendido, pero ligado profundamente a la identidad trinitaria.
Un verdadero emporio de imaginación y creatividad cultivan centenares de mujeres, y también hombres, quienes practican amorosamente estas variadas técnicas donde la recurrencia de puntadas, entrelazos y calados muestran las raíces culturales de estas preciosas artesanías.

Dentro de la jornada de celebraciones por el séptimo aniversario de la declaratoria de Ciudad Artesanal del Mundo también se incluye la premier de la serie documental Trinidad: El arte de permanecer, una producción de la Oficina Regional de la Unesco en La Habana, con la colaboración del Ministerio de Cultura del Reino de Arabia Saudita y la Oficina del Conservador de la Ciudad y el Valle de los Ingenios.

El audiovisual, de cuatro capítulos, revela a través de testimonios de artesanos y músicos, cómo el arte y la cultura sostienen la identidad de la tercera villa de Cuba y el celo con que el que los trinitarios mantienen vivas sus tradiciones a pesar de los cambios globales.

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