Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, encabezó este lunes el acto conmemorativo por el aniversario 65 de las relaciones diplomáticas entre Cuba y China y el 76 de la fundación de la República Popular China.
“La entrañable amistad entre China y Cuba muestra el camino más expedito y efectivo hacia la paz y el desarrollo, mediante la cooperación entre una gran potencia y una pequeña nación”, expresó el mandatario cubano a propósito de esas celebraciones.
Por su importancia, la Agencia Cubana de Noticias transmite íntegramente sus palabras:
Discurso pronunciado por Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, en el acto conmemorativo por el Aniversario 65 del establecimiento de relaciones diplomáticas entre la República de Cuba y la República Popular China y el Aniversario 76 de la fundación de la República Popular China, en el Palacio de la Revolución, el 29 de septiembre de 2025, “Año 67 de la Revolución”.
(Versiones Taquigráficas – Presidencia de la República)
Compañeras y compañeros de la dirección del Partido, el Estado, el Gobierno, las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el Ministerio del Interior, la Unión de Jóvenes Comunistas y las organizaciones de masas y sociales de Cuba;
Estimado compañero Excelentísimo Señor Hua Xin, Embajador plenipotenciario de la República Popular China en nuestro país;
Representantes del Cuerpo Diplomático acreditado en Cuba;
Representantes de empresas y estudiantes chinos presentes;
Estimados invitados que nos honran con su presencia:
Según un antiguo poema chino, “la amistad borra la distancia”, y según el gran cantautor cubano, Silvio Rodríguez, “solo el amor engendra la maravilla”.
En nombre del pueblo, el Partido y el Gobierno cubanos me complace trasladar las más cálidas felicitaciones a varias generaciones de cubanos y chinos, cuyo preciado legado ha sobrepasado la prueba del tiempo y de la distancia geográfica que nos separa, en ocasión de la celebración del Aniversario 65 del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y China.
Hoy nos acompañan viejos y entrañables amigos y en la memoria otros que ya no están físicamente. Todos fueron testigos y promotores de las relaciones especiales que pueden establecerse entre un país pequeño y uno grande, ambos socialistas, y también entre un país latinoamericano y la Nueva China.
Dirigentes, diplomáticos, militares, periodistas, académicos, científicos, empresarios y estudiantes chinos han sabido captar la esencia de un pequeño país, cuya soberanía e independencia se alcanzó en 1959 tras el triunfo de la Revolución Cubana, siempre orgullosa del componente chino de su nacionalidad y de la contribución de la emigración china a las guerras de independencia y liberación.
A solo 90 millas de las costas norteamericanas la Revolución Cubana, asediada y criminalmente bloqueada por la hegemonía decadente de los Estados Unidos, persiste en la construcción del socialismo en condiciones sumamente complejas. Bajo la dirección de su Partido Comunista la nación enfrenta los mayores desafíos sin doblegarse. Resistencia creativa es nuestra fórmula frente a los intentos de asfixia. Y en el horizonte emerge, como una inspiración, la extraordinaria historia de lucha, esfuerzos, sacrificios y de impresionantes logros de China, consolidados en el camino de la construcción socialista con peculiaridades chinas.
Compañeras y compañeros:
Sesenta y cinco años después del inicio oficial de esta amistad de hierro, al repasar el camino transitado, emergen memorias como símbolos de la obra de varias generaciones: libros, cuadernos, lápices y faroles chinos utilizados en nuestra campaña de alfabetización; la consigna “Cuba sí, yanquis no”, que muchos amigos chinos pronuncian en perfecto español; el intercambio de estudiantes hacia y desde Cuba y hasta una canción de un autor chino que fue interpretada aquí: La linda Habana, por solo mencionar algunos ejemplos.
Pero en el centro de esa memoria entrañable prevalece, por sobre todos, un hecho definitivo. Ocurrió al atardecer del histórico 2 de septiembre de 1960, cuando más de un millón de cubanos, en Asamblea General, aprobó la Primera Declaración de La Habana. Ese mismo día y ante la concentración multitudinaria en la Plaza de la Revolución José Martí, también el pueblo dijo sí a la propuesta del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, de reconocer al Gobierno de la República Popular China como único y legítimo representante del gigante asiático, gesto sin precedente en América Latina y el Caribe y en todo el hemisferio occidental.
Desde entonces, Cuba y China hemos enfrentado en conjunto y con firmeza innumerables adversidades y hemos sentido cada logro en la construcción socialista como estímulo recíproco.
En Cuba reconocemos con enorme satisfacción todo lo que China socialista ha demostrado. Sus líderes y su pueblo nos ratifican cada día que es posible alcanzar un desarrollo sostenible y de alta calidad, bajo la dirección del Partido Comunista y sin renunciar a la defensa de la soberanía y la independencia.
Las relaciones especiales que nos unen tienen profundas raíces históricas, se basan en similares propósitos e ideales y han estado acompañadas de la atención personal, la guía y la alta prioridad concedida por los máximos líderes de ambos países, desde la generación histórica hasta la actualidad, con los vínculos interpartidistas como piedra angular.
Jamás olvidaremos que, cuando nuestro pueblo sufría la artera invasión mercenaria por Playa Girón, el primer ministro Zhou Enlai, además de manifestarle al compañero Fidel el total y decidido apoyo del pueblo chino, les indicó a sus diplomáticos en La Habana defender con firmeza la Embajada y correr la misma suerte que el pueblo cubano.
En las décadas sucesivas múltiples han sido las muestras de apoyo de China, que no solo ha condenado de forma pública el bloqueo de Estados Unidos y la inclusión del país en la ilegal lista de países que supuestamente apoyan el terrorismo, sino que ha respaldado de forma práctica a Cuba en su desarrollo económico y social. Nuestro país, por su parte, ha mantenido una postura invariable de apoyo al principio de una sola China y de condena a la injerencia en los asuntos internos del hermano país, tanto en Taiwán, en el Tíbet, como en Xinjiang y en Hong Kong.
China estuvo siempre entre nuestros mejores amigos en los días difíciles del Periodo Especial, a raíz de la desintegración de la URSS y la desaparición del campo socialista en Europa Oriental, siendo el presidente Jiang Zemin el único jefe de Estado que visitó Cuba en el año 1993, un gesto de hermandad y confianza en la capacidad de nuestro país para superar con éxito aquel aciago momento.
En ocasión de la visita del camarada Xi Jinping en 2014, el compañero Fidel escribió en una de sus reflexiones: “Xi Jinping es uno de los líderes revolucionarios más firme y capaz que he conocido en mi vida”. Dos años después el líder chino rendía merecido tributo al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz tras su partida física, en la Embajada de Cuba en Beijing, y trasladaba un sentido mensaje de solidaridad y aliento al General de Ejército Raúl Castro Ruz y al pueblo cubano.
Estimados amigos y amigas:
Durante la reciente visita que nos honró cumplimentar a la hermana República Popular China para participar en las actividades conmemorativas por el Aniversario 80 de la Victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y la Guerra Antifascista Mundial, la delegación cubana fue recibida por el presidente Xi Jinping y otros dirigentes chinos, en un gesto que agradecemos especialmente por tratarse de un momento en que el país recibía simultáneamente a líderes de todo el mundo y que sentimos como una expresión de la entrañable amistad que une a los partidos, gobiernos y pueblos de ambos países.
En la Declaración Conjunta emitida al término de los intercambios se reconoce altamente la amistad tradicional entre la República de Cuba y la República Popular China y los fructíferos resultados en el desarrollo de las relaciones y la cooperación en diversos ámbitos en los 65 años transcurridos desde el establecimiento de relaciones diplomáticas.
“Cuba y China son buenos amigos, buenos camaradas y buenos hermanos”, afirmamos. La amistad entre Cuba y China fue forjada por los líderes históricos de los dos países, representados por Mao Zedong y Fidel Castro Ruz. Los 65 años de relaciones diplomáticas son testigos de la continua profundización de las relaciones bilaterales, convertidas ya en un buen ejemplo de sincero apoyo mutuo entre países en desarrollo y cooperación solidaria entre naciones socialistas.
Recordamos que tres años antes, durante la visita de Estado realizada a China en noviembre de 2022, alcanzamos un consenso importante para construir conjuntamente la Comunidad de Futuro Compartido Cuba-China, la primera a nivel bilateral entre China y países de América Latina y el Caribe, y durante aquella visita se publicó la Declaración Conjunta entre la República de Cuba y la República Popular China sobre la Profundización de las Relaciones Binacionales en la Nueva Era.
Esta vez resaltamos que los vínculos entre Cuba y China se encuentran en un excelente momento histórico, reafirmando la firme voluntad política de avanzar hacia un nivel más alto de las relaciones bilaterales a través de la aceleración de la construcción de la Comunidad de Futuro Compartido Cuba-China, refrendada en la Declaración Conjunta adoptada en el mes de septiembre del presente año.
Entonces intercambiamos a fondo opiniones sobre las relaciones entre ambos partidos y países, llegando a importantes consensos, y coincidimos en seguir reforzando la comunicación estratégica, intensificar los intercambios de alto nivel, profundizar la cooperación política bilateral y multilateral, promover la cooperación a todos los niveles y en todos los ámbitos, seguir profundizando las especiales relaciones de amistad entre China y Cuba en la Nueva Era.
Las dos declaraciones citadas reafirman la voluntad común de proyectar, con una orientación política y un enfoque estratégico, los vínculos bilaterales en todas las esferas, lo que se verifica en el fluido intercambio de delegaciones a todos los niveles en ambos sentidos, así como la consolidación de los mecanismos de concertación, coordinación y seguimiento de los temas fundamentales de la agenda económica bilateral, con énfasis en los sectores priorizados de producción de alimentos, energía, transformación digital y ciberseguridad, turismo, biotecnología y salud.
Ante la compleja situación que ha afrontado Cuba en el último periodo resultó relevante la agilización de la dinámica para la implementación de proyectos de ayuda integral, muchos de ellos en la modalidad de emergencia, la que apreciamos y agradecemos en nombre del pueblo cubano, al tiempo que en Cuba trabajamos por crear condiciones favorables para hacer efectiva la participación del empresariado chino en los planes de desarrollo nacional. Todo ello bajo el principio del acompañamiento del Gobierno y el protagonismo de las empresas, sobre la base del beneficio mutuo.
Estimados amigos y amigas:
La ocasión es propicia también para recordar la celebración el próximo primero de octubre del Aniversario 76 de la fundación de la República Popular China, hecho de trascendental importancia que puso fin a un largo proceso de lucha antimperialista e inició una nueva etapa de desarrollo en esa hermana nación.
Los logros históricos y los frutos de la civilización creados por la Nueva China en este periodo pertenecen no solo al laborioso pueblo chino, sino también a todos los pueblos del mundo que aman la paz, buscan el progreso y abrazan el futuro.
La pujanza de China como una potencia socialista, a partir de los exitosos resultados del proceso de Reforma y Apertura, ha transformado el sistema de relaciones internacionales, contribuyendo no solo a la prosperidad de su pueblo, sino también como contrapeso esencial a las fuerzas hegemónicas que intentan imponer un solo modelo al mundo.
Ejemplo de ello son los valiosos aportes globales que la República Popular China ha puesto a disposición de la comunidad internacional, como la Iniciativa de la Franja y la Ruta, la Comunidad de Futuro compartido para toda la humanidad y las importantes iniciativas para el desarrollo, la seguridad, la civilización y la gobernanza globales, que ofrecen enormes oportunidades para los países en desarrollo, en especial a las naciones del Sur Global.
Son amplias nuestras coincidencias y el apoyo mutuo en temas medulares y de interés de la agenda internacional, siempre en defensa del multilateralismo, los principios del Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas. Cuba continuará contribuyendo a despertar el interés recíproco entre América Latina y el Caribe y la única e indivisible China.
China nos muestra continuamente la mejor manera de promover la paz y el multilateralismo. No es, por supuesto, aplicando medidas proteccionistas, distorsionando o politizando las reglas del comercio global; no es con intolerancia ideológica y cultural; no es aplicando dobles raseros; no es con políticas de fuerza o tratando de imponer un único modelo a nivel global; no es imponiendo medidas coercitivas unilaterales; no es bloqueando el acceso a las tecnologías y conocimientos ni tratando de cortar las cadenas industriales y de suministros globales como lo hace Estados Unidos.
La entrañable amistad entre China y Cuba muestra el camino más expedito y efectivo hacia la paz y el desarrollo, mediante la cooperación entre una gran potencia y una pequeña nación.
Juntos podemos mostrar la fuerza ilimitada de la identificación de dos revoluciones genuinas y el profundo valor de la solidaridad recíproca.
¡Gracias por estos 65 años de amistad genuina!
¡Viva la amistad de hierro entre China y Cuba! (Exclamaciones de: “¡Viva!”)
Muchas gracias (Aplausos).
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