El magisterio es inspiración

Así lo considera Yoelkys Pérez Paneca, un maestro espirituano egresado de la escuela pedagógica Rafael María de Mendive, quien, a pesar de su juventud, asume la tarea de dirigir la escuela primaria Bernardo Arias Castillo, en la cabecera provincial

«No se van a arrepentir de elegir el magisterio», dice Yoelkys a quienes dudan sobre estudiar carreras pedagógicas. (Foto: Ada González)

«En mi caso el magisterio viene en la sangre, mi mamá es asistente educativa y mi hermana, maestra; es algo que llevo en mí desde que nací, un amor que no ha hecho más que crecer con el tiempo», asegura Yoelkys Pérez Paneca, un joven maestro espirituano que siente devoción por su carrera y, a pesar de su juventud, no teme a los retos.

Precisamente, hoy, con tan solo 24 años, ha asumido la responsabilidad de dirigir la escuela primaria Bernardo Arias Castillo, una tarea que, lejos de intimidarlo, lo desafía a nivel profesional; más bien la considera un ejercicio de superación para continuar creciendo como profesor y ser humano.

«Cuando entré a la ‘Mendive’ me sentía muy atraído por mi carrera, pero de allí salí amándola, un idilio que no ha hecho más que crecer desde que, hace cinco años, completé mi formación en dicho centro», precisa.

Yoelkys comenzó su etapa profesional en la escuela primaria Rubén Martínez Villena como profesor de un grupo de sexto grado, y luego impartió clases a los más pequeños, con un grupo de primer a tercer grados; experiencia que describe como extraordinaria.

«Para mí fue impactante enseñar a niños que no sabían leer, escribir o calcular y al finalizar el curso pude ver cómo ya saben leer sus nombres o el de la escuela; ese es el momento en el que más realizado y orgulloso me siento de mi labor», confiesa emocionado.

Un tiempo más tarde, se desempeñó como coordinador, lo que le sirvió para prepararse y estar listo cuando le propusieron dirigir la escuela Bernardo Arias Castillo. La noticia lo impactó, pues había otros profesionales muy competentes para encargarse, pero asumió el reto y hoy agradece la oportunidad.

Es un cargo que ha sabido llevar a pesar de sus 24 años, de ellos cinco como profesional. Hoy él inspira a los más 500 alumnos que forman parte de la institución que dirige y espera ser para ellos un ejemplo a seguir.

«Los días al frente de la escuela siempre son agitados, sobre todo las mañanas, pues hay mucho por hacer. A veces no paro en la dirección, porque estoy en otros procesos de la escuela, atendiendo a los alumnos, profes o padres, pero sé que eso es parte del oficio y al final del día lo agradezco».

Este joven está consciente de que todas esas tareas lo están forjando de cara al futuro; pero es posible para él hacer todo ese trabajo gracias al gran equipo de educadores y trabajadores no docentes que hay detrás, quienes lo apoyan y entregan su experiencia para que Yoelkys siga creciendo.

«En la escuela todos los trabajadores hacemos hasta lo imposible para que cada grupo tenga un profesor y reciban sus clases todos los días, porque sé de primera mano lo importante que es un maestro en el aula para que el alumno aprenda y llegue a convertirse en alguien de provecho para la sociedad», precisa y asegura que se siente muy realizado con la profesión que eligió y a la que día a día le entrega todos sus esfuerzos, consciente de su poder transformador.

Lo realmente conmovedor es ver cómo se le ilumina el rostro cuando habla de su trabajo; es allí donde muestra su evidente compromiso con el magisterio y sus ganas de seguir abriéndose paso en una de las profesiones más altruistas que existen.

Quizá por ello, cuando le preguntamos qué quisiera decirles a los jóvenes que no saben si escoger la formación pedagógica como camino profesional, muy seguro responde: «El magisterio es una carrera hermosa, sacrificada, pero muy agradecida; aquí tenemos que ser pacientes, pero siempre veremos recompensas.

«No se van a arrepentir de escoger la pedagogía, pongan mucho empeño y no dejen nunca de superarse, como espero continuar haciendo yo, para ser una inspiración para otros profesionales y para mis alumnos, es allí donde está la verdadera satisfacción de esta profesión: en inspirar a otros», concluye Yoelkys.

Gabriela Estrella Cañizares

Texto de Gabriela Estrella Cañizares

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