El teletrabajo, como alternativa laboral con un concepto formalmente establecido, surge a finales del siglo XX. Jack Nilles, un ingeniero de la NASA, acuñó el término en 1973 y lo utilizó como una estrategia económica ante la escasez de combustible en Estados Unidos, consecuencia del embargo de petróleo de los exportadores árabes. Sin embargo, algunos estudiosos remontan los orígenes del trabajo a distancia en tiempos mucho más antiguos, como la Roma clásica, donde ya existían personas que desempeñaban sus funciones desde el hogar. Ejemplos de ello son los escribas y contables, quienes realizaban sus labores domésticamente y enviaban sus compromisos laborales mediante mensajeros.
En la actualidad, el desarrollo de las tecnologías de la información y las telecomunicaciones ha impulsado significativamente el crecimiento del teletrabajo. Herramientas como las videollamadas, la mensajería instantánea y las plataformas colaborativas han facilitado esta modalidad, atrayendo a un número creciente de adeptos. Uno de los momentos más determinantes para su expansión fue durante la pandemia de covid, cuando el distanciamiento social y las medidas de cuarentena obligaron a millones de trabajadores a trasladar sus oficinas a casa.
Durante cuatro años, la Universidad del Sur de Australia llevó a cabo un estudio sobre los efectos del teletrabajo, incluyendo casos anteriores a la pandemia. Los resultados revelaron que esta modalidad contribuye a una mayor felicidad entre los empleados. Según la investigación, cada trabajador gana aproximadamente 30 minutos adicionales de sueño al día, probablemente debido a la eliminación del tiempo de traslado, lo cual a su vez reduce el estrés y mejora el estado de serenidad. Además, se observó que la productividad y el desempeño laboral se mantenían estables.
Cuando el teletrabajo es una elección voluntaria, se convierte en una alternativa beneficiosa. Los empleados que trabajan total o parcialmente desde casa reportan una mayor satisfacción laboral y un mejor bienestar general, lo que refleja una creciente demanda de flexibilidad y autonomía en la gestión de las actividades profesionales. No obstante, los investigadores advierten que esta modalidad no representa una solución universal, sino una opción valiosa que debe adaptarse a las condiciones individuales. Pudieran existir también aspectos negativos, como el sentimiento de soledad en algunos trabajadores, al alejarse del familiar entorno de un centro laboral.
En este contexto, la integración de ambos formatos, el presencial y el remoto, puede ser una estrategia inteligente. Cada persona debe elegir la modalidad que mejor se ajuste a sus circunstancias y necesidades.
El teleletrabajo dentro de las normas jurídicas cubanas
La legislación vigente en Cuba sobre el tema (Resolución 71, Reglamento sobre el trabajo a distancia y el teletrabajo, del 12 de agosto de 2021) reconoce el trabajo a distancia y el teletrabajo como formas de organización laboral que permiten a la persona trabajadora desempeñar sus funciones fuera del ámbito físico de la entidad. Estas modalidades se formalizan mediante contrato, suplemento o documento de designación y se ajustan a la naturaleza del cargo, las funciones asignadas y la infraestructura disponible.
En estos momentos el anteproyecto del nuevo Código de Trabajo, se encuentra en proceso de consulta popular, con el objetivo de recoger las opiniones de los trabajadores sobre esta propuesta. Según establece la planificación, las reuniones de consulta comenzaron el 8 de septiembre y culminarán el 30 de noviembre, abarcando diferentes instituciones en todo el país.
En este anteproyecto se definen el trabajo a distancia y el teletrabajo como dos conceptos diferentes. El trabajo a distancia es aquel que se realiza de forma regular en el domicilio u otras instituciones ajenas a la entidad, alternando con la presencia física y no requiere necesariamente el uso de tecnologías de la información. Por otro lado, el teletrabajo implica el uso exclusivo o prevalente de tecnologías de la información y comunicación (TIC), sin presencia física en la entidad. La evaluación del desempeño se basa en los resultados obtenidos.
Como parte del documento también se analizan aspectos contractuales, como, por ejemplo, cuales son los elementos que deben estar en un contrato de trabajo. Entre estas secciones se encuentra: el lugar de trabajo acordado, la distribución del tiempo entre trabajo presencial y remoto, la cantidad y calidad del trabajo, mecanismos de control, el régimen de labor y descanso, la duración de la jornada y el horario de disponibilidad. Entre el empleador y el empleado se debe llegar a un acuerdo sobre los gastos asociados al trabajo remoto, especificando las condiciones que asume cada parte, el plazo de preaviso para ejercer el derecho de reversibilidad (retorno a una modalidad presencial) y las condiciones de seguridad y salud laboral adaptadas a estas modalidades.
El nuevo proyecto establece un grupo de derechos que le deben ser garantizados a los trabajadores de esta modalidad. Uno de estos es el derecho a la desconexión digital, que dispone que la persona trabajadora no debe ser contactada fuera de su jornada laboral, garantizando el respeto a los períodos de descanso. Por otra parte, se garantiza la protección a la intimidad y los datos personales; el empleador no puede exigir la instalación de programas de rastreo o vigilancia en dispositivos personales, ni su uso para el desarrollo del trabajo.
La comunicación es un elemento esencial dentro del trabajo a distancia y el teletrabajo, por lo que es importante que se mantenga un flujo adecuado de información entre empleador y trabajador. En este caso también se establece que el contratante garantiza los dispositivos y conectividad necesarios y si el contratado utiliza sus propios medios, el empleador debe asegurar su mantenimiento.
Dentro de este nuevo documento jurídico también se contempla la posibilidad de que la persona trabajadora que viaje al extranjero por motivos personales pueda continuar laborando mediante teletrabajo, siempre que las condiciones lo permitan y se autorice mediante suplemento contractual, sin suspender la relación laboral. También se concibe el uso del trabajo a distancia o teletrabajo como vía para conciliar la vida laboral con responsabilidades familiares, especialmente en casos de cuidado de personas dependientes. Esta decisión se formaliza en el convenio colectivo de trabajo entre el empleador y la organización sindical.
Este anteproyecto representa un paso hacia la modernización del marco legal laboral en Cuba, alineándose con los principios de la Constitución de la República y los convenios internacionales ratificados por el país. Además de lo referido al teletrabajo y al trabajo a distancia también comprende ideas sobre los derechos laborales, las condiciones de los centros, el acceso al trabajo entre otros. En resumen, el anteproyecto del Código de Trabajo es una iniciativa que busca actualizar la legislación laboral y fortalecer los derechos de los trabajadores en Cuba, promoviendo un entorno laboral más justo y equitativo.
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