Los eléctricos que iluminaron Santiago de Cuba (+fotos)

El contingente espirituano de 70 trabajadores regresó a casa tras apoyar el restablecimiento del servicio en la mayoría de los circuitos de la Ciudad Héroe, azotada por el huracán Melissa

Linieros espirituanos recuperan la línea de 33 kV en barrios santiagueros. (Fotos: Empresa Eléctrica Sancti Spíritus/Facebook)

Lo cuenta con un tono de admiración y en la voz no le cabe el orgullo cuando desgrana las hazañas que durante 39 días protagonizaron los 70 hombres del contingente.

Al frente de su equipo de técnicos, linieros, operarios, choferes y personal de logística y apoyo, Roberto Hernández Rojas, director de la Empresa Eléctrica en Sancti Spíritus, dice haber librado una de las batallas mas grandes de su vida laboral ante obstáculos que pusieron a prueba a cada uno de los integrantes del equipo y demostraron su valía.

“Desde el primer día que salimos, todavía con el huracán cruzando por las provincias orientales, el 29 de octubre, sabíamos que nos enfrentábamos a algo fuerte, lo que se hizo palpable por la magnitud de los daños cuando arribamos el 30 a Santiago de Cuba”, refiere.

El contingente realizó labores de cambio de postes, muchos de ellos a mano.

A partir de ese día las brigadas pertrechadas con carros de servicio, transporte con grúas adicionales, barrenadoras y su grupo de apoyo se dispusieron a resolver la rehabilitación de las redes, las averías en transformadores, las líneas de alta y baja tensión y todo lo que estuviera averiado en materia de electricidad, que era bastante, en el menor tiempo posible.

“La primera tarea —cuenta Roberto— fue el restablecimiento de la línea que alimenta al poblado de Guamá, el municipio más grande de Santiago de Cuba, con el objetivo de llegar a los bombeos de la termoeléctrica Antonio Maceo (Renté) y recuperar la generación del sistema para más adelante adentrarnos en los circuitos de la capital provincial”.

Se dice fácil, pero era una rutina diaria que no había cómo suavizar: mitin cerca de las cinco de la mañana con el fin de puntualizar el programa del día y mantener las medidas de seguridad para preservar las vidas; luego, jornadas de esfuerzo físico extremo que sobrepasaban las 12 horas.

El contingente espirituano recibió el reconocimiento del pueblo santiaguero por su labor.

En medio de su deseo de contar cada detalle, Roberto hace una pausa y explica con detalles cómo el equipo sorteaba cada obstáculo, al tiempo que reconoce y valora el esfuerzo de cada uno de sus compañeros.

“La mayoría son muy jóvenes y por un momento pensé que no podrían porque para más de un 40 por ciento de ellos era la primera vez ante un trabajo tan intenso. No defraudaron al pueblo santiaguero y, por ejemplo, en Guamá, donde por tres días se trabajó con el agua a la cintura y el equipamiento en las espaldas, cuando debía terminar la jornada mostraban el deseo de seguir trabajando. No querían parar y había entonces que imponerse para protegerlos”.

Las historias de hombres, mujeres y jóvenes comprometidos suman unas cuantas: el cambio de más de 60 postes por montes y carreteras, muchos de estos a mano, intervenciones en zonas de difícil acceso y el trabajo en medio de una presa. “Esos muchachos, que sabían a qué fueron, no esperaban ni la orden de empezar, algo que marcó mucho a este contingente lleno de juventud”, apunta.

Todos coinciden en que hay muchas personas para destacar, entre las que sobresalen dos valientes mujeres que formaron parte de ese contingente, con una participación que no solo fue un símbolo de fuerza y determinación, sino también una inspiración; de igual modo, la invaluable labor del santiaguero Julio César Adame, especialista del Despacho Provincial de la Empresa Eléctrica de Santiago de Cuba, cuya dedicación y apoyo fueron fundamentales durante los trabajos de recuperación, como un pilar esencial para el Contingente Serafín Sánchez, por su profundo conocimiento de las líneas eléctricas de Santiago.

Una vez más los eléctricos espirituanos regresaron con el deber cumplido. “Dejamos Santiago de Cuba con un 96 por ciento de la electricidad recuperada y restan algunos lugares de difícil acceso.  Los 70 que fuimos regresamos, pero dejamos relevo: una brigada que tiene el compromiso de terminar la zona de montaña”, aclara Roberto.

Durante todo este tiempo, la consigna fue que todo el mundo era importante y que había que funcionar como un solo equipo; pero la marca del Serafín Sánchez fue la convicción de que sus compatriotas necesitaban la corriente en el menos tiempo posible y que su esfuerzo iluminaría el camino para muchos. En su misión los acompañó el deseo de hacer en cada jornada un poquito más y regresar a casa con el deber cumplido, sanos y salvos.

Carmen Rodríguez

Texto de Carmen Rodríguez
Reportera de Escambray por más de 30 años. Especializada en temas económicos.

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