Si se pudiera otorgar una medalla colectiva en esta edición 61 de los Juegos Escolares Nacionales y también de los Juveniles, se les entregaría a ellos mismos, los protagonistas: atletas, entrenadores, árbitros, jueces, directivos, organizadores y padres.
Haberse realizado en medio de la crítica situación energética que ni el verano ha podido evitar en Cuba —aun cuando se protegieron sedes de alojamiento—, sortear las carencias de transporte y alimentación y así y todo salir a los escenarios de competencias a medirse por el mejor de los resultados merece una presea del tamaño de los propios Juegos.
Con las delegaciones llegadas casi a cuentagotas a las diferentes sedes, con los calendarios corridos a merced del tiempo, los Juegos se sobrepusieron a los obstáculos y se han dado a puro pulmón para coronar el esfuerzo de meses de preparación en las diferentes escuelas deportivas del país. Pero, fiel a su esencia competitiva, se premia a los ganadores en cada uno de los eventos.
De esa porfía, los espirituanos han extraído su botín y, cuando todavía restan desafíos, los saldos preliminares ilustran, entre lo más sobresaliente, el primer lugar del tiro con arco escolar que, otra vez, arrasó en casa, gracias el desempeño de todos sus arqueros, en espacial Melany Ortega Ortega, quien conquistó cinco medallas de oro, una de plata y una de bronce, además de imponer récord nacional en puntuación con 613 unidades y resultar la más destacada de la lid, condición ganada entre los niños por Jorge Brian Alfonso Soriano, Erislandy Martínez Aquino y Sofía Beltrán Hernández, campeones nacionales, en tanto Mía Helen Ulloa Bermúdez fue seleccionada como entrenadora más destacada.
Competir en su hogar benefició a los tiradores deportivos de la categoría juvenil, quienes se llevaron el segundo lugar por provincias con 25 unidades y cosecha de dos de oro, una de plata y una de bronce; en lo individual, Jonathan González subió a lo más alto del podio en el fusil de aire a 10 metros, similar puesto que el ocupado por el equipo de pistola de aire a 10 metros de la rama masculina y el de fusil de aire a 10 metros, en la femenina.
Los escolares, aunque no pudieron acceder al podio por provincias, tuvieron en William García a un medallista dorado en el fusil de aire a 10 metros y Angelin Zaldívar mereció bronce en la pistola de aire a 10 metros.
En cuanto a los juveniles, sobresale también la medalla de bronce del hockey varonil tras 20 años sin subir al podio de premiaciones.
En el epílogo de estos Juegos titánicos, otras hazañas quedan por contar. Escambray deja sus páginas abiertas para sumarse a esta medalla colectiva.
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