Hace alrededor de 50 años que Juan Adolfo Carvajal Rodríguez vive en la comunidad Aracelio Iglesias (Nela), del municipio espirituano de Yaguajay. Ni la distancia que separa a este sitio de la cabecera municipal, ni las bondades que regalan las zonas urbanas, han hecho que abandone la localidad. Mucho menos lo hará ahora, pues el sitio exhibe una mejor imagen tras la reanimación que recibió en junio de este 2025.
Y no es que todo esté resuelto. Todavía persisten problemáticas como el abasto de agua y la situación del transporte que entorpecen la rutina de sus más de 1 300 habitantes. Sin embargo, con esta transformación la voluntad del Gobierno no ha sido otra que trabajar en pos de mejorar las condiciones de vida de este paraje de la geografía yaguajayense.
AIRES DE REMOZAMIENTO
Eduardo Jiménez González suma 14 años como presidente del Consejo Popular Aracelio Iglesias. Y aunque en este período de tiempo ha visto reanimar la localidad en dos ocasiones, las labores realizadas en este primer semestre del año han hecho posible que varias instalaciones de la zona renueven su imagen y ofrezcan un mejor confort a los pobladores.
En medio de estos avances, perfeccionar el abasto de agua y luchar por opciones de transporte hasta este sitio, entre otros asuntos, siguen encabezando la agenda del dirigente. Con dichas preocupaciones a cuestas, Eduardo y los habitantes del lugar agradecen lo logrado en Nela.

“Nela se ha transformado de una manera tal que se reparó el bulevar, el parque infantil, la clínica estomatológica, la farmacia, la tienda de comercio y de productos industriales, el círculo social y el merendero, la casa del trabajador azucarero; al tiempo que se arreglaron los viales y se trabajó en la conductora de agua”, destaca Jiménez González.
Y si alguna instalación enaltece los toques nuevos es la Escuela Primaria Juan Pedro Carbó Serviá. Bien lo sabe María Teresa Llanes Hernández, psicopedagoga, con más de 40 años de labor en el centro. “Este plantel estaba en malas condiciones. Teníamos locales cerrados, que no podían utilizarse.
“El beneficio de la reanimación ha sido grande. Los niños tienen las aulas con iluminación, ventilación, y el espacio idóneo, pues, antes de la reparación, se ubicaron en locales pequeños y un tanto cerrados. Ahora cada cual posee su local y se trabaja con las condiciones necesarias”, agrega Llanes Hernández.
Es una verdad que corrobora Mariela Martín Moreno, directora de la institución educativa: “La escuela estaba muy deteriorada —dice—. Tuvimos que utilizar otros locales para dar clases, pero aun así trabajamos y no detuvimos la enseñanza”, refiere.
En medio de cada faena estuvieron los pobladores de Nela. Y aunque su apoyo resultó decisivo, el aporte de la UEB Desarrollo Ganadero, perteneciente a la Empresa Agropecuaria Obdulio Morales, devino locomotora del remozamiento.
“La UEB también se dio a la tarea de rescatar todas las instalaciones ganaderas, y contribuimos a la reanimación de la comunidad, con la realización del parque infantil, el boulevard… Estuvimos presentes en casi todo. Estamos claros de la necesidad de irradiar en la localidad en la que estamos enclavados”, asegura Alexis Ramos San Román, director de la unidad.
PROTAGONISTAS DE LA TRANSFORMACIÓN
Si Nela exhibe hoy instalaciones confortables, pintadas y listas para brindar servicios de calidad a los pobladores, no es obra del azar. A estas labores se sumaron muchos. Nadie se cruzó de brazos; unos ayudaron a embellecer los centros y espacios comunes; otros garantizaron la atención de quienes llegaron decididos a transformar esta comunidad de la geografía yaguajayense.
Lo atestigua el presidente del Consejo Popular, quien estuvo al pie de cada una de las obras. “Aquí se insertaron los pobladores, las organizaciones políticas y de masas, como los CDR, la FMC, y las entidades enclavadas en la zona. Es digno de reconocer a las unidades que apoyaron la reanimación, sobre todo a la UEB Desarrollo Ganadero”, apunta Eduardo.

Y mientras el funcionario detalla el ajetreo vivido en Nela, Juan Adolfo Carvajal Rodríguez da fe del movimiento que le regaló nuevos aires a este paraje del norte espirituano. “Esta reanimación ha venido muy bien. Estamos alejados, pero no olvidados. Seguimos trabajando, transformando y apoyando la comunidad”, recalca.
Y es que la transformación del otrora batey azucarero también centró las miradas en algunas de las viviendas afectadas tras el paso del huracán Irma. A estos inmuebles la UEB Desarrollo Ganadero les resolvió el problema de la cubierta.
“La comunidad de Nela está muy agradecida con la reanimación, porque no solo se arregló la escuela, sino también el consultorio, la farmacia, la clínica estomatológica, la bodega y otros lugares que hoy prestan servicios. Siempre que hay una transformación positiva cambia la vida de los habitantes y de la comunidad”, asevera la psicopedagoga de la Escuela Primaria Juan Pedro Carbó Serviá.
Si bien es cierto que Nela rejuvenece, del otro lado está la certeza de que no se puede ir a pique el esfuerzo desbordado en estos lares. En las manos de los hombres y mujeres de este lugar está preservar lo alcanzado.
“Estamos haciendo cosas para mejorar mucho más el entorno. Por ejemplo, estamos inmersos en la construcción de un matadero de ganado menor y de una losa de urgencia. Trabajamos, además, en una fábrica de queso y yogurt, y en los cultivos varios. En la parte industrial hemos generado cinco empleos, y en la productiva, más de 20”, afirma el director de la UEB Desarrollo Ganadero.
La reanimación de Nela muestra cuánto se puede hacer a favor del pueblo, si se trabaja con motivación y unidad, resortes indispensables para transformar el entorno comunitario y hacer que todos se sientan protagonistas y responsables del cambio.
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