Programa de Manejo Costero salva del colapso a Península de Ancón

Las primeras acciones apuntaron a la recuperación de la franja de playa, el rescate de las dunas y el saneamiento del lugar de plantas invasoras, sobre todo marabú. Cuando un grupo de especialistas de Planificación Física, los ministerios de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), de la Construcción (Micons) y

Cuatro de los casi 11 kilómetros de la Península conforman áreas de playa que acogen a los hoteles Costasur, Brisas Trinidad del Mar y Ancón.Las primeras acciones apuntaron a la recuperación de la franja de playa, el rescate de las dunas y el saneamiento del lugar de plantas invasoras, sobre todo marabú.

Cuando un grupo de especialistas de Planificación Física, los ministerios de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), de la Construcción (Micons) y del Transporte (Mitrans), y Comunales, entre otros, decidió irrumpir en planos y realizar acciones en la línea costera de la Península de Ancón, sabían que salvaban de la muerte a la franja arenosa más bella de la costa sur del archipiélago cubano, esa parte del litoral trinitario que constituye el soporte principal de la actividad turística que distingue el enclave.

Las primeras acciones apuntaron a la recuperación de la franja de playa, el rescate de las dunas y el saneamiento del lugar de plantas invasoras, sobre todo marabú, a fin de resguardarla de depredadores del ecosistema.
No obstante los significativos avances alcanzados en el mantenimiento a zonas críticas, sobre todo en el frente de playa del hotel Ancón, todavía ese entorno sigue siendo víctima de indisciplinas y violaciones, según el criterio de Ángel Pérez Naranjo, director en funciones de la Dirección Municipal de Planificación Física (DMPF).
DEPEDRADORES DE AGUA SALADA
Desde el sitio que constituye su puerta de entrada en la Curva de Alfredo hasta la propia punta de la Península de Ancón, la costa se extiende a casi 11 kilómetros, pero sólo cuatro de ellos conforman áreas de playa que acogen a los hoteles Costasur, Brisas Trinidad del Mar y Ancón, tres de las principales plantas habitacionales del polo turístico de la ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad.
“Las acciones llevadas a cabo para delimitar cada espacio del litoral y, al mismo tiempo, eliminar obstáculos que entorpecen el buen desarrollo y organización de esa franja de costa se pueden ver a simple vista. Ya están recuperadas muchas de las áreas dañadas y se limpiaron decenas de hectáreas infestadas por plantas invasoras, aunque hay cosas que todavía no están resueltas”, explicó Ángel, quien a su vez detalló las indisciplinas y violaciones presentes en la zona de playa.
Si bien aún quedan semanas por delante para la etapa veraniega, no resulta extraño encontrar quien viaje desde Trinidad hasta Punta Ancón y a su paso deja desechos sólidos, restos de pesca ilícita en áreas críticas del litoral y otras indisciplinas sociales por parte de personas que ignoran lo estipulado y escapan al insuficiente control.
“Lo de los parqueadores es cosa seria —asegura el director en funciones de la DMPF en Trinidad—. Esas personas dicen: ‘Voy a hacer un parqueo’, y en horas empiezan a cargar piedras y arena propia de la playa. Para llamar la atención de los turistas construyen una cerca, quitan los bejucos endémicos que protegen la duna, ponen sombrillas y arman un parqueo. Eso pasa desde La Boca hasta Punta Ancón, sobre todo ahora con el alza turística”.
De acuerdo con el Plan de Ordenamiento de la Península, son cinco las áreas autorizadas para estacionar, además de las existentes en el interior de las instalaciones, algo que contradicen los llamados seudoparqueos que abundan en la carretera vieja de La Boca.
“A estos les han puesto hasta nombre: La Caleta, El Canal, La Campana…, identificados con carteles hechos con pedazo de zinc y hasta con faltas de ortografía. Sin embargo, lo peor de todo está relacionado con la destrucción de la mayoría de las señales que se colocaron a lo largo del litoral, en las cuales se invirtieron unos 13 000 CUC”.
DESARROLLO VERSUS ECOLOGÍA
Ubicada entre el mar Caribe y la bahía de Casilda, la franja posee una infraestructura que garantiza la presencia de turistas en la temporada alta. Actualmente, desde el río Guaurabo hasta la punta de Casilda, una gran parte del área se dedica al Turismo, toda vez que cuenta con 781 habitaciones en los hoteles Costasur, Ancón y Trinidad del Mar, además de la Marina Marlin, unos 300 alojamientos en villas de recreo y casas de visita y 200 casas de veraneo particulares; aunque, según los entendidos, la península en general cuenta con posibilidades de carga instantánea de 7 227 usuarios y puede albergar hasta 10 325 visitantes.
Los futuros programas inversionistas avizoran que hasta el 2025 se completarán unas 9 000 habitaciones en otras cuatro instalaciones hoteleras, áreas de servicio, campos de golf, las villas habilitadas con más habitaciones, marinas, turismo de cabotaje y otras en el área de La Boca, de modo que no hay que ser un genio para saber que el asunto se complica aún más por no contar con una infraestructura adecuada para ello.
De allí las premisas referentes a una mejor utilización del territorio, tanto para las instalaciones de alojamiento como para las extrahoteleras y los visitantes por un día. Sin embargo, a juicio de Alexis Medina, especialista del Grupo de Estudios Ambientales del Citma, el deterioro de la zona continúa siendo un asunto pendiente.
“A pesar de que ha habido la intención de acabar con los parqueos, lo que tenemos hoy en la península son facilidades temporales porque hasta ahora ninguno de esos lugares existe como tal en el Plan de Ordenamiento. Lo que está previsto es un gran estacionamiento desde el área de servicio cercana al hotel Costasur y desde allí las personas tendrán que acceder a la playa”, sostiene.
Por ahora habrá que pensar también en las previsiones para el verano, período en el que, además de garantizar el abasto de agua, la evacuación de residuales y la electricidad, habrá que dirigir la mirada hacia quienes ofrecen servicios gastronómicos, comerciales y de cualquier índole.
Purificar la Península de Ancón no es imposible, y no depende solo de sumergirse en un chapuzón de medidas, sino también de reconocer el derecho de los ciudadanos cubanos y visitantes a un medio ambiente saludable.

Carmen Rodríguez

Texto de Carmen Rodríguez
Reportera de Escambray por más de 30 años. Especializada en temas económicos.

3 comentarios

  1. Estoy de acuerdo con Osmani, solo quiero adicionar que la causa original es mayor, está en una errónea zonificación funcional que estamos aplicando, basada en los esquemas propios de paises tercermundistas, hacemos los hoteles frente a la playa. En los balnearios se debe tener zona de baño, playa con instalaciones ligeras sobre pilotes, Calle de tráfico limitado con amplias aceras y ciclovías con facilidades a los lados, hoteles y restaurantes del otro lado de esa calle y después la carretera de acceso. El error conceptual nos llevó a que no haya donde parquear y que se dificulte la conservación.

  2. Osmany Ceballo

    Es importante lo que hoy se realiza en la Península Ancón y su Programa de Manejo Integrado Costero y Ordenamiento; son herramientas a las cuales se le debe tener el mayor respeto y disciplina, ambos están basados en la defensa de la ley 81 de Medio Ambiente, el Decreto-Ley 212 y el Decreto-Ley 200 de Contravenciones Medio Ambientales. Los problemas que tenemos hoy en las costas espirituanas de perdida de línea de costa, muerte del manglar y estrés, entre otras, en ecosistemas tan importantes como: Playa Bonita, el Palmar de Romero, arenas blancas de Casilda o la misma Península Ancón, son problemas que están regulados y penados por una Ley de éste país y por sendos Decretos-leyes. Sinceramente, recomiendo al periódico que realice trabajos profundos en estos temas y no nos dejemos llevar por el triunfalismo de los resultados palpables y muy positivos que se vienen dando en la Península Ancón. Pero, sólo podemos hablar de salvada del colapso ésta maravillosa península cuando sean retiradas las estructuras del Hotel Ancón y la carretera que une La Boca con la Península y eso se encuentra plasmado en ambos programas y no se puede esperar más, si las mantenemos no habrá más península, éste frágil ecosistema necesita flujos e intercambio de energía y materia entre los ecosistemas marinos y terrestres, no se pueden hacer discurso de desarrollo sostenible cuando en la prática no somos lo suficientemente honestos como para respetar la legislación ambiental, que además están sustentadas en estudios de academia; pero también en la experiencia cubana e internacional.

  3. Yo quiero acradecer a todas las personas interesadas en la proteccion de la playa de Ancón por que de verdad que esta muy deteriorada sobre todo para la parte de que se llama Ancón viejo, darle las felicidades a todas las entidades involucradas y tambien para agregar que los trabajadores de EMPRESTUR trinidad tambien son parte de es colectivo de trabajadores que participan en la recuperacion de la playa Ancón.

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