Negocio y sepultura en alta mar

La migración irregular e insegura de cubanos, estimulada por la política de la Casa Blanca hacia la isla caribeña, llena los bolsillos de los traficantes de personas y deja una estela de dolor en familias residentes a ambos lados del Estrecho de la Florida

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Las salidas ilegales suelen realizarse en precarias embarcaciones.
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Las salidas ilegales suelen realizarse en precarias embarcaciones.

Sobrevivieron comiendo cocos, ratas y caracoles durante 33 días. Pilotos de la Guardia Costera de Estados Unidos relataron a EFE que el pasado 8 de febrero, mientras sobrevolaban el Anguilla Cay en una inspección de rutina, vieron a dos personas agitando frenéticamente las manos entre los arbustos, palmas y rocas. Eran tres cubanos. La embarcación en que intentaron arribar a la Florida había zozobrado, y llegaron a nado a esa isla deshabitada del archipiélago de Bahamas.

La propia agencia española informó que el 20 de febrero agentes de la Guardia Costera rescataron a ocho migrantes cubanos, cuya precaria lancha se volcó, por el fuerte oleaje, frente a las costas del condado de St. Lucie, en la Florida, tras 16 días en el mar. Entre los salvados había dos embarazadas.

El 15 de marzo, Cuba dio por concluidas las operaciones de búsqueda de personas desaparecidas en las proximidades de Cayo Sal, Bahamas. La tragedia aconteció 11 días antes. A 3 millas náuticas de esa isla, se hundió una embarcación y las personas quedaron en el agua por más de 14 horas. Un buque de la Real Fuerza de Defensa de Bahamas auxilió a los náufragos: 12 personas con vida y un cadáver. Se estimaron varios desaparecidos, entre ellos mujeres y dos niños, exponía una Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Mayor de las Antillas.

Son tres historias recientes que aguijonean la fibra de cualquier ser humano. Duelen, más allá de los credos. Son historias de la migración irregular de cubanos hacia Estados Unidos, estimulada por el gobierno del país norteño y motivada, esencialmente, por razones económicas, como lo ha analizado más de un experto.

A no dudar, la aún vigente Ley de Ajuste Cubano, aprobada en 1966 por el Presidente Lyndon Baines Johnson, ha sido un factor clave en el fomento de las salidas ilegales. Única en el planeta, la legislación establece que todo cubano que arribe a suelo norteamericano —no importan las formas ni los métodos utilizados— y viva allá durante un año puede recibir la condición de Residente Permanente.

Otra condicionante del fenómeno alcanza notoriedad en los últimos años. Desde el 2017 están suspendidos el procesamiento y otorgamiento de visas de inmigrante y de no inmigrante en el Consulado norteamericano en La Habana, trámites trasladados hacia terceras naciones, con la consiguiente elevación de los gastos para los interesados. Todo ello como resultado de la trama de los supuestos ataques sónicos de los que fueron “víctimas” funcionarios de la Embajada estadounidense en la capital cubana; hechos no probados científicamente y que derivaron en la retirada de la mayoría del personal diplomático.

En el catálogo de motivos que avivan las salidas irregulares persiste el incumplimiento del compromiso de Estados Unidos de garantizar la migración legal desde Cuba hacia aquella nación de un mínimo de 20 000 ciudadanos cada año.

Hoy por hoy, la Mayor de las Antillas se ubica entre los 10 países con más casos de pedidos de visas sin resolver. Un informe del Departamento de Estado, referido por el diario Granma, indicaba que 78 228 expedientes de solicitudes de visas estaban abiertos hasta noviembre del 2020. Innegablemente, ello incita la migración insegura, vertebrada a partir del tráfico de personas, como ha denunciado el Gobierno de la isla caribeña.

En efecto, las autoridades cubanas lograron establecer que un ciudadano devuelto a nuestro país por el Servicio de Guardacostas el 6 de marzo como supuesto emigrante —sujeto ahora a un proceso judicial aquí— es uno de los lancheros implicados en la operación de tráfico de personas en la salida del día 2 por la costa norte de Villa Clara, la cual terminó en el naufragio de una embarcación el 14 del actual mes en las inmediaciones de Cayo Sal.

El arresto, a principios de esta semana, de cuatro hombres miembros de una red para traer inmigrantes de Cuba a los cayos de la Florida —suceso difundido por la Associated Press (AP)— constituye excepción en el actuar de los agentes federales norteamericanos.

Los involucrados, que comparecieron por primera vez ante una corte en Key West, cobraban 10 000 dólares por cada inmigrante llevado a Estados Unidos, según autoridades norteñas. Negocio redondo e inhumano que no ha encallado debido a que las agencias de ese país han hecho gala de la vista gorda.  

Salir ilegalmente de Cuba es una decisión personal; cuestionable todavía más por poner en riesgo la vida de menores de edad. Tampoco deja de preocupar la tendencia creciente del fenómeno en los últimos meses.     

El Séptimo Distrito de la Guardia Costera, citado por AP, aseguró que interceptó a 107 cubanos en el mar, desde el 1 de octubre del 2020 hasta la fecha, cantidad que supera la suma de todo el año fiscal previo (octubre del 2019-septiembre del 2020), que registró 49 personas.

En medio del presente escenario, los cubanos residentes en Estados Unidos aumentan los reclamos a la administración de Joe Biden por el restablecimiento de un flujo migratorio regular entre las dos naciones.

Es grato saber que, para este 28 de marzo, organizaciones solidarias con Cuba en suelo estadounidense, Canadá y países de la Unión Europea preparan una marcha masiva —incluye una caravana de autos— bajo el nombre de Puentes de Amor. La iniciativa exigirá a la Casa Blanca una solución que posibilite la reunificación entre las familias residentes dentro y fuera de la isla antillana.

Ninguna acción de esta naturaleza debe desestimarse. Lo demuestran las más recientes historias de náufragos y desaparecidos. Me lo seguirá corroborando la de aquel padre espirituano y de su hija. Recuerdo que llegué discretamente a su casa en Taguasco para no hurgar demasiado en el dolor. Alcides narró que todo sucedió en junio de 1992 y que su hija le tenía terror al mar. Era mediodía cuando recibió la llamada telefónica:

—Mayelín y el marido se fueron en balsa y no aparecen por ningún lado.

Lea También: La gente cree que el mar es fácil (+fotos)

Enrique Ojito

Texto de Enrique Ojito
Premio Nacional de Periodismo José Martí, por la obra de la vida (2020). Máster en Ciencias de la Comunicación. Ganador de los más importantes concursos periodísticos del país.

4 comentarios

  1. EU no puede frenar el proceso de la inmigración porque en gran medida es resultado de su incorrecta política social aplicada durante decenas de años en la zona de las Américas, como resultado de priorizar las acumulaciones de capital en pocas manos lo que ha generado miseria, falta de trabajo, y condiciones inseguras de todo tipo en muchas naciones.
    No son leyes ni regulaciones en las fronteras las soluciones, y si la aplicación de acciones, sostenidas con recursos materiales y la búsqueda de otras formas como las que están aplicándose en México para no estimular esa inmigración.
    Este proceso de la inmigración hoy es mundial y en el influyen muchos factores que no responde muchas veces a situaciones solamente materiales, es una moda y entusiasmo entre población joven, es resultado de la influencia de medios sociales de comunicaciones, de las diferencias económicas abismales entre unas y otras naciones, y también es resultado de políticas inteligentes de estos países ricos en los que se preparan estímulos materiales para captar gente joven y atraerlas hacía el norte y otros países ricos de Europa, donde hoy muchas tareas domésticas y de la economía que no las ejecutan ciudadanos autóctonos o norteamericanos y por tanto necesitan mano de obra extranjera. También responde desde EU a intereses políticos y al robo de cerebros y talentos a otras naciones como han hecho con Cuba y otras naciones subdesarrolladas. Creo los países con mas gravedad en esto son los de África y con pérdidas de muchas vidas.
    En Cuba se ha insistido por EU en una política de doble rasero, ya que prohíbe la inmigración ilegal y estimula las salidas ilegales. No es Cuba uno de los países de dónde se más emigra. Ah! y eso de ayudar a la familia está en cuestionamiento. Conozco más de una que los vieron ir y de eso nadie se acuerda. Ah! y si trabajas di tienes futuro. Si tienes la cabeza mala No.

  2. Facundo Correcto

    Y opino: El discurso esperanzador de Biden/Kamala en su puja por la presidencia vs Trump/Pence ha provocado que miles luchen por emigrar a Estados Unidos, lo intenta el cubano, el suramericano, el centroamericano, asiaticos, africanos. Y terminan encontrandose con una frontera cerrada, hoy el gobierno de Biden piensa diferente, esa es la realidad. Con un Trump mas realista esto no sucedia.
    Pero vayamos al pollo del arroz con pollo, al grano. Por que emigra el cubano?? Por apatrida?? Por disidente?? Por soñador?? Por iluso?? No, nada de lo anterior, emigra en busca de oportunidades, en busca de posibilidades de crecer en en lo personal, lo profesional y poder crear una familia y proveerle una vida digna con el fruto de su trabajo, emigra como unica solucion ante tantas promesas y sueños incumplidos. Y Cuba se esta desangrando y deshaciendo de personal joven y capacitado, duele que el tiempo pasa y nada cambia -para bien- en Cuba, solo persiste la necesidad, la desesperanza y la retorica antimperialista, mas de lo mismo.

    • No se preocupe, todos los cubanos sabemos por qué muchos están dispuestos a morir en el mar a seguir viviendo en la tierra q nacieron y donde tienen amigos y familiares. Cómo sea, el periodista no escribió para hacer un análisis del porqué, solo escribió para q replicaran su escrito en cubadebate

  3. Yo fui uno de esos 125,000 cubanos que salio por barco del Puerto del Mariel en el verano de 1980. Lo vivo en esa travesia entre las 10 pm y las 6 am hasta Key West puedo describirlo como “una noche horrible wue jamas se vuelva a repetir”.
    En el camino vi embarcaciones volcadas flotando sin sus ocupantes. Una sensacion de tristeza y miedo me invadio.
    SIEMPRE LE DIGO A MIS AMIGOS Y FAMILIARES EN CUBA QUE POR NADA DEL MUNDO SE LANCEN AL MAR PARA EMIGRAR, QUE LA VIDA VALE MUCHO MAS QUE EL DESEO DE PROGRESAR

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