El alto precio de bailar

Con el dinero que se está recaudando, al menos en el municipio de Sancti Spíritus, los festejos por el aniversario 500 de la villa tendrán, como mínimo, la grandilocuencia de los carnavales de Río de Janeiro. Tanto se ha gestionado que la ciudad ya anda de fiesta, aunque usted no

Los ingresos provenientes de las diferencias de precios serán una de las fuentes indispensables para sustentar los festejos.Con el dinero que se está recaudando, al menos en el municipio de Sancti Spíritus, los festejos por el aniversario 500 de la villa tendrán, como mínimo, la grandilocuencia de los carnavales de Río de Janeiro.

Tanto se ha gestionado que la ciudad ya anda de fiesta, aunque usted no vea ni una pipa de cerveza en la esquina, ni haya agrupación musical en plaza alguna y solo exista trasiego de camiones y grúas en el parque. Se intuye únicamente —ese supuesto estado festivo a priori— por el encarecimiento de bebidas alcohólicas, como las cervezas de lata que se comercializan en los mercados estatales, y de algunos alimentos.

No es una decisión totalmente arbitraria. La Resolución No. 400/2012 del Ministerio de Finanzas y Precios, con fecha del 16 de noviembre del 2012, “faculta —y cito textualmente— a los presidentes de los Consejos de la Administración de las Asambleas Provinciales del Poder Popular y del municipio especial de la Isla de la Juventud a fijar precios temporales en pesos cubanos (CUP) de gastronomía para los alimentos y bebidas que se comercializan en las actividades que se desarrollan durante las fiestas populares, por encima de los establecidos”. Documento que, en uno de sus apartados, también les otorga similar potestad a los presidentes de las Asambleas Municipales del Poder Popular.

En papeles todo está claro para atajar transgresiones legales. Y bajo el amparo de tal regulación —a tenor de la Resolución PG-01/2014 de la Dirección Provincial de Finanzas y Precios de Sancti Spíritus—, en el municipio cabecera desde el pasado 20 de marzo y hasta el 30 de agosto las cervezas Cacique y Mayabe, por ejemplo, han dejado de costar 20 y 18 pesos, respectivamente, y desde entonces se comercializan a 22 pesos la primera y a 20 pesos la segunda. Igual sucede con el ron embotellado que se entrega por balance, el cual encareció de 28.75 pesos a 35 pesos.

Nada novedoso. Escambray ya lo informaba el pasado 19 de abril y lo retoma ahora con la inquietud compartida por más de un lector ante unas celebraciones que van pesando más en el bolsillo que en el disfrute mismo, como debiera ser.

De acuerdo con Yudiana Afonso Álvarez, directora provincial de Finanzas y Precios, el encarecimiento se debe a que los ingresos reportados por estas diferencias de precios serán una de las fuentes indispensables para sustentar los festejos, toda vez que irán a parar íntegramente a las cuentas de festividades.

“Esa es la garantía que tienen dichas cuentas para autofinanciarse —aclara Afonso Álvarez—, porque con el presupuesto del Estado no se pueden dar carnavales, este es solo para cubrir los niveles de actividad de cada institución. En el caso de Sancti Spíritus se estableció en esa fecha, del 20 de marzo hasta el 30 de agosto, atendiendo a que desde inicios de año se vienen desarrollando actividades por la fundación de la villa, ahí se incluyó el 4 de abril y se tienen en cuenta la Semana de la Cultura, el Santiago Espirituano y el verano, festejos que se realizarán luego del 4 de junio”.

Como si la resolución no regulara la aplicación de tal prerrogativa solo en el lapso de las celebraciones —que imagino, según se define en la legislación del Ministerio de Finanzas y Precios, deben contar, al menos, con público y una propuesta cultural—; como si las fiestas populares duraran casi medio año; como si se garantizasen diferentes opciones “bebibles” acordes con todos los bolsillos; como si funcionasen estrictamente los mecanismos creados para velar por que no se adulteren más los precios…

Al son de la ley bailan también no pocas trampas. De lo contrario, por solo citar algunos ejemplos, en las pasadas semanas de la cultura celebradas en Cabaiguán y Jatibonico —de acuerdo con la experiencia de varios lectores— no se hubiesen vendido, en puntos estatales, la cerveza Mayabe a 25 pesos y la Cristal, a 30 pesos.

¿Violaciones ex professo? Aun cuando los gobiernos locales tengan autonomía para proponer nuevos precios nada debe aprobarse sin la consulta al Consejo de la Administración Provincial y la validación de la Dirección Provincial de Finanzas y Precios.

No obstante, Afonso Álvarez sostiene que fuera del encarecimiento de la cerveza y de algunos productos gastronómicos —como el plato 500 Aniversario y el coctel de igual nombre exclusivos para esa fecha— aplicados en el lapso mencionado en el municipio cabecera, solo se han aprobado diferencias de precios durante las parrandas de Yaguajay, celebradas en el 2013; y las celebraciones por el medio milenio de Trinidad a inicios de este año.

“En el caso de los productos que se comercializan en divisa en el mercado minorista, las entidades —regidas por sus organismos centrales— solo están facultadas para rebajar los precios ante la proximidad de fechas de vencimiento y no para subirlos. La legislación del Ministerio de Finanzas y Precios no se aplica a la cerveza expendida en divisa, es solo para la que se vende en moneda nacional”.

A buen entendedor… Nadie, al parecer, impide entonces que las ganancias vayan a parar a la cuenta de ingresos personales, porque por más que se camine de un lado a otro resulta más fácil hallar una aguja entre el tumulto que a un inspector. No son los únicos responsables, igual deben velar por que no existan violaciones desde la Dirección de supervisión de precios hasta el Grupo Empresarial de Comercio Sancti Spíritus y los Consejos de la Administración Municipales (CAM).

Sin embargo, se repite de un carnaval a otro. Será porque nos hemos resignados a pagar lo que te pidan y no lo que se lee en la tablilla. Será porque la impunidad es una bebida añeja.

Solo espero, ahora cuando falta menos de un mes para el medio milenio, que el pago a una orquesta nacional no dependa únicamente de las cervezas vendidas desde marzo; que en las fiestas exista diversidad de bebidas para todos los gustos económicos —desde la de pipa, que tiende a desaparecer por esos días, hasta la de lata—; que el 31 de agosto para tomarse una Mayabe no sea necesario desembolsar 20 pesos; que los CAM no se limiten a elevar las propuestas, Comercio a ejecutar lo establecido y definir puntos de venta y los inspectores a “supervisar”; que cada cual vele para que no se cotice a un peso más, porque bastante caro cuesta ya beber hoy para bailar mañana.

Dayamis Sotolongo

Texto de Dayamis Sotolongo
Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez por la obra del año (2019). Máster en Ciencias de la Comunicación. Especializada en temas sociales.

Comentario

  1. Las bebidas en los festejos populares deberían ser más baratas para la población, nunca más caras. Para mí es un grave error ese tipo de decisión, ya bastante caras están las cosas para seguir aumentando.

Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *