Sancti Spíritus-Tunas de Zaza: un viaje a todo tren (+infografía)

Desde que la locomotora 50 941 cayó en coma, miles de espirituanos al sur de la ciudad cabecera pasan las de Caín para entrar y salir de sus comunidades A las cuatro de la madrugada, frente a la disyuntiva del “te montas o te quedas”, los habitantes de Tunas de

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La inestabilidad del tren se ha acentuado en los últimos meses. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

Desde que la locomotora 50 941 cayó en coma, miles de espirituanos al sur de la ciudad cabecera pasan las de Caín para entrar y salir de sus comunidades

A las cuatro de la madrugada, frente a la disyuntiva del “te montas o te quedas”, los habitantes de Tunas de Zaza no andan cuidando mucho las normas de cortesía. Abren paso a empujón limpio, apelan al típico: “Permiso, que traigo un impedido”, o trepan como gatos por las ventanillas con tal de abordar un ómnibus en el que irán luego como sardinas en lata.

Y eso es en Tunas, donde nace el recorrido. Para cuando la guagua llega renqueando a Guasimal o a Paredes, el diálogo entre los que ya montaron y los que miran expectantes desde abajo se repite con mayor o menor acaloramiento.

—A ver, caballero, vamos a dar un pasito atrás, que en el andén queda personal.

—Mi’jo, pero, ¿dónde tú piensas montar tanta gente?

—Por favor, señores, estos compañeros también tienen que irse.

Algunos, en efecto, se van, estrujados e incómodos; otros, sin embargo, no consiguen subir a un medio de transporte que, según reconocen todos —pasajeros, choferes y directivos del sector— no da abasto.

“En esta zona lo que resuelve es el tren grande —dice el tunero Luis Hernández—. El coche-motor hace algo; el charangón, también, pero qué va, sin el tren no somos nadie”.

Opiniones similares a las de Luis crecen como la verdolaga entre los pobladores del sur de Sancti Spíritus para quienes el ferrocarril continúa siendo la vía de comunicación más expedita y segura. Comunidades como El Salado, Tayabacoa, Juan Rodríguez, Guasimal, Las Bocas, Paredes, Cayajaná, Jarao, Petronila… se mantienen aferradas —más por necesidad que por romanticismo— al subramal Zaza del Medio-Tunas de Zaza.

“Pero al tren grande, cuando no está preso, lo andan buscando”, dicen por aquella vuelta para ilustrar el largo historial de roturas y desperfectos técnicos que viene presentando y que tiene en ascuas a sus pasajeros habituales; un largo historial que desembocó en la rotura de la locomotora a principios de enero con la lógica suspensión del servicio.

Desde entonces, la zozobra de los pobladores del sur espirituano solo ha aumentado.

PRONÓSTICO RESERVADO

Inaugurado en la década de 1860, el tramo de ferrocarril entre Sancti Spíritus y Tunas de Zaza es uno de los más antiguos de Cuba y por allí arribó a la jurisdicción en 1897 Valeriano Weyler; no obstante, a la gran mayoría de los viajeros esas curiosidades históricas les tiene ahora mismo sin cuidado.

Lo que en verdad les preocupa es la salud de la locomotora 50 941, “ingresada” en los talleres de Santa Clara desde hace casi un mes sin que hasta el momento se tengan noticias de su estado técnico.

Con pronóstico reservado la diagnosticó desde su oficina en Zaza del Medio Mariesky Rodríguez Álvarez, al frente de la Dirección de Ferrocarriles de Sancti Spíritus, quien no se atreve a poner fecha fija para el regreso de la “paciente” a la provincia.

Del otro lado de la línea telefónica, Alejandro Mora, jefe de taller de locomotoras de la División de Ferrocarriles del Centro, se muestra más optimista: “Se le dio mantenimiento, solo faltaba un extractor para arreglar el ventilador, que era lo único que quedaba pendiente; yo creo que esta semana ya debe estar rodando”.

Debe, especificó Alejandro; pero lo cierto es que esta semana concluye hoy y de la locomotora no se escucha ni el chirriar metálico desde lejos.

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Los ómnibus suplentes resultan insuficientes para el traslado de tantos pasajeros. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

LA VACA POR LA CHIVA

“El tren de Tunas hace rato que no tiene quince”, sentencia el paredeño Eduardo Pérez mientras enumera las más recientes calamidades. Junto a él, Leticia Santana, Raquel Guerra y Amarilis Reinoso condensan el estado de opinión de los caseríos varias leguas a la redonda: que la mitad de Paredes trabaja en la capital provincial y la otra mitad tiene que salir también a gestiones y papeleo, que los estudiantes sin becas viajan a diario, que las líneas están deterioradas pero los trenes circulan cargados de caña, que por qué no se ponen en función de los pasajeros las locomotoras de la zafra…

Para esta última inquietud Mariesky Hernández tiene una respuesta tajante: “Pueden ponerse y se han puesto, sobre todo cuando ha habido alguna emergencia, aunque no es lo ideal —asegura—; además, cuando termina la zafra esas locomotoras entran en etapa de mantenimiento, porque si no, se rompen y ni caña ni pasajeros”.

Descartada queda, de igual forma, la sustitución de la máquina averiada por otra, pues según directivos de Ferrocarriles, en toda la División Centro —que abarca Villa Clara, Cienfuegos y Sancti Spíritus— solo hay nueve locomotoras de las llamadas 900, las idóneas para este subramal en específico; de ellas, solo dos funcionan: una en la ruta villaclareña de Los Arabos y la 50 941, la niña de los ojos de Tunas.

Pero los medios nacionales informan sobre locomotoras que vendrán de Rusia, observa Escambray.

“Hasta ahora, al menos a mí no me han dicho nada de eso todavía”, concluye Mariesky.

Habrá que seguir poniendo entonces la curita, es decir, aplicar la variante diseñada por la Dirección Provincial de Transporte, una estrategia que, echando mano a un coche-motor, ómnibus urbanos y hasta el articulado —alias el charangón—, intenta llenar el vacío dejado por el tren.

“La intención es lo que vale —agradece Miguel Portieles, jefe de estación de Tunas de Zaza—, aunque el coche-motor tampoco es la respuesta porque falla mucho, al no estar diseñado para cargar tantos pasajeros se rompe con frecuencia. Ahí solo caben unas 150 personas; en el charangón, un poco más, alrededor de 220; pero en el tren grande pueden montar hasta 500 viajeros”.

Consciente del malestar generalizado, Carlos Hernández Roque, subdirector de Operaciones de la Dirección Provincial de Transporte, no intenta tapar el sol con un dedo: “Reconocemos que el viaje en tren nunca es igual que en ómnibus, ni por el trayecto, ni por los horarios, ni por la capacidad; pero las comunidades no quedan desprotegidas”.

Sin embargo, los pasajeros se quejan de retrasos…

“Hay que partir de la inestabilidad del tren que, incluso cuando está prestando servicios, falla —explica—. Si cuando se cancela el viaje por problemas técnicos se nos avisa con tiempo, tenemos mayores posibilidades de buscar alternativas sin afectar los horarios de salida. Lo que sucede es que a veces los viajes se cancelan minutos antes de que salga el tren y tenemos que volvernos magos para buscar soluciones alternativas. Entonces vienen las demoras”.

Si solo fueran las demoras… La permuta de tren por ómnibus viene siendo algo así como el cambio de la vaca por la chiva: además de la incertidumbre de si cabrán o no, los pasajeros tampoco disponen del expreso, un coche para cargas en el que lo mismo se mueven cajas de pescado, sacos de cemento, que motores y bicicletas; todo ello sin contar que las guaguas no llegan a cada paradero.

“Aquí, por ejemplo —reclama desde Paredes Amarilis Reinoso—, los choferes en ocasiones no quieren entrar al pueblo y no entran. Te sueltan allá en el entronque, antes decían que por lo mala que estaba la carretera, pero ahora es casi una autopista y tampoco entran. Si esa guagua sustituye el tren, ¿por qué no nos deja aquí adentro?”.

COMBUSTIBLE: LA SÁBANA CORTA

A juzgar por la prioridad que le confiere el sistema de Transporte en Sancti Spíritus, la ruta Zaza del Medio-Tunas de Zaza parece el ombligo del mundo. “De hecho, para garantizar el traslado de los pasajeros cuando el tren no funciona tenemos que afectar otras zonas o el transporte urbano, porque son viajes extra que no están concebidos en los planes —argumenta Carlos Hernández—. Esto es una sábana corta: tapas por un lado, pero destapas por otro”.

Prueba de ello la tiene en su despacho José Lorenzo García, director de la Empresa Provincial de Transporte: en lo que va de mes, se han empleado en servicios de ómnibus por sustitución del tren de Tunas alrededor de 5 000 litros de diésel concebidos para otros destinos.

“Ese es un gran problema que nos dificulta la planificación —reconoce—; como no hay solución definitiva por ferrocarril, siempre estamos a la espera de que nos avisen que tenemos que poner un extra, que como es lógico no está incluido en el plan”.

La situación es en extremo alarmante a fin de mes, cuando el combustible escasea, aunque solo para la Empresa Provincial de Transporte, porque el panorama de Ferrocarriles es diametralmente opuesto: sin prestar servicios desde principios de enero, el tren grande de Tunas ha dejado de consumir 450 litros diarios de diésel y el coche-motor, cuando funciona, apenas gasta 100 litros por jornada.

Ese combustible, paradójicamente, no puede ser empleado por Transporte de Sancti Spíritus para capear el temporal. “La determinación del traspaso se define solo arriba, en la provincia no tenemos potestad para eso. La Unión de Ferrocarriles de Cuba es la que dispone del combustible planificado para los viajes por tren que no se consume”, explica Mariesky Rodríguez.

¿Ha habido afectaciones por falta de combustible?

“Las rebajas en Ferrocarriles han sido para los medios administrativos, los viajes de pasajeros no se han afectado, el país sigue garantizando el combustible necesario según las normas de consumo de cada tren”.

¿Se han dado casos de robo de combustible?

“Sabemos que donde hay recursos está la posibilidad del desvío y no descartamos algún intento, pero no hemos detectado hechos en concreto. Ningún tren se ha quedado botado porque le haya faltado combustible”, afirma rotundamente Mariesky.

En Paredes, sin embargo, hay quien asegura —también rotundamente— que el tren sí se ha varado en medio de la nada porque no le alcanza el diésel. Y hay quien dice que más de una vez.

ÁNIMOS CALDEADOS

La estación de Sancti Spíritus, en la barriada de Colón, es acaso el mejor medidor para tomarle la temperatura a la polémica, sobre todo cuando cancelan el tren y el charangón demora más de lo humanamente soportable.

 “¿Tú sabes lo que es trabajar con la duda de si tengo transporte a las seis o no? —se pregunta una enfermera del Hospital Pediátrico a punto de abordar el ómnibus suplente—. El de hoy está seguro, pero mañana no sé si llegaré a mi casa por la noche o por la madrugada; me ha pasado”.

Ella lo comenta medio contrariada, con un pie ya en el estribo, pero el bendito tema de la desinformación se ha montado en el tren de estas pesquisas desde que Escambray tomó rumbo sur y, estación por estación, apeadero por apeadero, formuló las mismas preguntas. Recibió, casi invariablemente, las mismas respuestas.

“A mí no me incomoda tanto que el tren esté roto porque es un problema objetivo, eso yo lo puedo comprender —resume Leticia Santana—; pero me enciende que no me digan hasta cuándo, qué le falta, si las piezas hay que ir a buscarlas a Japón o a la Unión Soviética. A mí lo que me mata es no saber”.

Nota: Cuando ya este reportaje estaba publicado, Escambray tuvo noticias del restablecimiento del tren Viajero entre Zaza del Medio y Tunas de Zaza.

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Infografía: Multimedias Escambray

Gisselle Morales

Texto de Gisselle Morales
Periodista y editora web de Escambray. Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez por la obra del año (2016). Autora del blog Cuba profunda.

4 comentarios

  1. Gracias por la publicación sobre Tunas de Zaza El gobierno de Santi espíritus debería dar más atención a ese pueblito k la. Provincia se beneficia con la procesadora de langosta donde las toneladas son millonaria En divisa Y no han arreglado las carretera y menos las calles de tuna por Ejemplo la calle de la escuela donde los niños tienen k saltar para no mojarse los pies de los grande charco de agua k se acumulan frente a dicha escuela .Deberían porner más transporte Pork el tren siempre está en el taller. Cuando hay un enfermo es mucha la preocupación de los trabajadores del policlínico de tunas de Zaza A veces demora demaciado y son fatales las espera .

  2. Delvis Toledo desde 100fuegos

    Si fuese un problema solo de la provincia de SS no hubiesen tantas alarmas: la cosa se extiende a todo el país. Cienfuegos, la Perla del Sur, sufre el mismo problema casi a diario. Las mismas quejas: retrasos, la misma «chiva» y la misma «vaca», falta de combustible y un tren invisible que «dicen» está ausente por la zafra azucarera, parecen ser las piedras de Sísifo en los días actuales, repito, no solo en SS, sino en otras provincias también.
    En Cienfuegos el tema del transporte está en un estado deplorable, como si fuera una casa vieja en ruinas a la que le faltan la mitad de las tablas.
    Lo peor de todo es que parece que las autoridades encargadas de dar respuesta a los problemas más comunes, tienen un escudo enorme y un fabricante de excusas tan grande como el Focsa.
    No quedará más remedio algún día que caminar a pie…y convertirnos en grandes atletas del COC (Comité Olímpco Cubano) jejeje

  3. lilian batista thauriaux

    Este es un problema gigante para la provincia, es una falta de respeto para todas las personas de esta provincia que viajan diario en el tren, las vías se encuentran en mal estado, no se acaban de reparar las vías satisfactoriamente para que no ocurran accidentes, una de las vías en mal estado es la que de el puente del tejar de tuinucu, cada vez que pasa el tren todo el mundo que tiene un poquito de conocumiento de los trenes se queda mirando y dice en cualquier momento caemos al río, hasta los propios tripulantes del tren lo dicen, hay que mirar y pensar un poco en las condiciones de las vías, saludos.

  4. Con el mayor respeto y deseo en manifestar mi criterio, escribo mi opinion, no creo que solo sea este el problema, existen muchas cosas que en coma o terapia intensiva no se resolveran de la noche a la manana, pero muchas otras, si pudieran hacerse, existe mucha culpa acumulada que esta destruyendo el país pedazo a pedazo, cada vez son mas y mayores los problemas y quien debe cargar con esa culpa pesado es el cubano de a pie, es hora de que algo suceda para bien del pueblo, ese que ya no cree en discursos ni demagogias, basta de pedir sacrificios y mas sacrificio, cuando la recompenza es nulla.

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