El alto costo de la Casa del Abuelo

Una vez más nos escribe desde la calle Eladio Fernández No. 54, en Taguasco, Ernesto Rodríguez Francisco, octogenario jubilado y fiel lector de este espacio. Dado a las reflexiones sobre la realidad cubana y al realce de lo que la Revolución ha hecho para emerger victoriosa en más de 60

Una vez más nos escribe desde la calle Eladio Fernández No. 54, en Taguasco, Ernesto Rodríguez Francisco, octogenario jubilado y fiel lector de este espacio. Dado a las reflexiones sobre la realidad cubana y al realce de lo que la Revolución ha hecho para emerger victoriosa en más de 60 años, el remitente centra su atención en el alto costo de la vida y, en particular, en la elevada cuota que debe pagar por la Casa del Abuelo local, donde es atendido.

“Le expondré algo que no comprendo, y es que un par de meses atrás la compañera que nos atiende por Salud expuso que nos cobrarían 792 pesos mensuales por las atenciones en la Casa del Abuelo, lo cual representa más de la mitad de lo que recibo por mi retiro”, escribe, y luego alude a los altos precios que debe pagar, como el resto de la población, por servicios y artículos imprescindibles que antes costaban muchísimo menos.

“¿Cómo le puedo hacer frente a esos precios? A ese ritmo no podré ni comprar la prensa, ni arreglar los zapatos del diario, ni sacar mi cuota de la bodega, y entonces, ¿cómo hago los fines de semana, cuando no recibo los alimentos de la Casa…?”, pregunta.

Consultada sobre el particular, María del Carmen Ortiz, subdirectora de Prevención, Asistencia y Trabajo Social en la Dirección Municipal de Trabajo de Taguasco, explicó que los servicios de la Casa del Abuelo incluyen desayuno, almuerzo, comida y dos meriendas, así como actividades de corte cultural y también deportivo, entre las que se contemplan juegos pasivos.

“Durante la etapa más aguda de la pandemia los abuelos solo acudían a la institución a recoger el alimento, que al ser sufragado por Salud Pública no tenía para ellos costo alguno. Pero ya eso cambió y ahora permanecen allí la mayor parte del día, al volver todo a la normalidad deben abonar la cuota establecida, que es, en efecto, de 792 pesos”, adujo.

De acuerdo con la funcionaria, el monto estipulado se corresponde con el hecho de que el mencionado centro resultó certificado tras un proceso de rigor, lo cual presupone una alta calidad de las prestaciones allí.

No obstante, agregó, en sus visitas han podido comprobar algunas deficiencias que persisten, aunque debieron ser suprimidas, relativas al confort de que disfrutan los ancianos.

Resulta difícil entender que algo se certifique antes de que sean resueltos los problemas que implicarían, presumiblemente, no aprobar dicho proceso de calidad. ¿Entonces el precio de las cuotas podría ser otro? , se pregunta Escambray.

La subdirectora de Prevención, Asistencia y Trabajo Social estimó, no obstante, que una vez descontado el abono correspondiente a la institución a la que asiste Ernesto, sí debe alcanzarle su pensión, ascendente a 1 528 pesos, puesto que la mayor parte del mes (de lunes a viernes) los alimentos que consume son los que recibe en la Casa.

Esta reportera acota: las cuentas no son ni tan sencillas ni iguales para todos; dependen de las necesidades de la persona en un período determinado de tiempo. Como bien ilustra el lector, ahora cada quien le pone a lo que expende el precio que entiende conveniente y a ese ritmo, a decir verdad, el costo de la vida se eleva a niveles incluso inalcanzables.

Delia Proenza y y Adriana Alfonso

Texto de Delia Proenza y y Adriana Alfonso
Máster en Ciencias de la comunicación. Especializada en temas sociales. Responsable de la sección Cartas de los lectores.

2 comentarios

  1. Arias Fonseca Pérez

    Que bien Delia que hubo un anciano que le escribió, es preocupación de muchos familiares y ancianos, esa respuesta de la funcionaria no es la más correcta en decir que si debe alcanzarle acaso no se sabe los precios de todos los productos hoy, yo me atrevo a decir es demasiado el valor para lo que ellos resiben.

  2. ¡Que verguenza! Ya los abuelitos y abuelitas están abandonando las casas de abuelos por culpa de la tarea ordenamiento. «SE PROTEGERÁ A LA POBLACION DE LOS PRECIOS ABUSIVOS»
    ¡QUE VERGUENZA!
    ¿DÓNDE ESTÁ FIDEL? ¿DONDE ESTÁ FIDEL?

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