En el terreno que actualmente ocupa la Biblioteca Provincial Rubén Martínez Villena existía una casa de ladrillo y tejas construida a inicios del siglo XVIII.
Esta vivienda tuvo varios usos, entre ellos el de oficina de la Real Factoría. Era una de las mejores casas de la ciudad; tan lujosa que, incluso, tenía pisos de mármol y amplios ventanales de madera preciosa torneada.
A principios del siglo XX albergó el teatro Cuba y un comercio de confituras y refrescos. Era propiedad de Sebastián Cuervo Serrano, cuyos herederos en varias oportunidades se negaron a ceder, hasta que un incendio surgido en forma misteriosa la destruyó totalmente una noche de 1927.

Las ruinas fueron vendidas por 30 000 pesos a la Sociedad de Instrucción y Recreo El Progreso, que en ese entonces celebraba sus encuentros y actividades en una casona ubicada a escasas cuadras, justo en la esquina de las calles Honorato e Independencia (hoy radica el Instituto de Salud y Belleza Renacer).
El majestuoso edificio de la Sociedad El Progreso comenzó a construirse el 10 de octubre de 1927 y en diciembre de 1929 ya estaba erigido. La obra contó con la dirección del arquitecto espirituano Alberto Luis Mendigutía Silvera y la ejecución de Pepe Trelles.
Las escaleras de este palacete de estilo ecléctico están construidas con mármol de Carrara, y en su pasillo central se encuentran hermosas consolas de la época.
Una de las piezas artísticas de mayor importancia que atesora el lugar es un busto de Martí, ubicado frente a la escalera que conduce hasta la segunda planta. Este busto es obra del afamado escultor cubano Teodoro Ramos Blanco, considerado uno de los iniciadores de la vanguardia escultórica cubana.
En la década de 1950, la edificación fue sede de la primera transmisión de televisión en circuito cerrado hecha en Sancti Spíritus. Artistas de renombre acudieron a la Sociedad y, mientras los filmaban dentro, los transeúntes podían verlos en televisores situados en el parque Serafín Sánchez.
El general Fulgencio Batista Zaldívar emitió un discurso el 10 de septiembre de 1955, desde una plataforma aledaña las escalinatas de la Sociedad, durante su campaña electoral. Su entrada al recinto le fue negada por ser este un lugar exclusivo para blancos.
El 6 de enero de 1959 la Sociedad El Progreso recibió al Comandante en Jefe y demás caravanistas. Desde el balcón central, Fidel le habló por primera vez a los espirituanos.
Luego de la nacionalización de la institución, funcionó en sus locales un club para obreros; y el 30 de diciembre de 1963 se instaló en el edificio la Biblioteca Provincial Rubén Martínez Villena, aprovechando la ya nutrida biblioteca perteneciente a la extinta sociedad El Progreso.
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