Diorges regresa a los tapices

Colgarse al cuello la única medalla de la representación de Cuba en el Campeonato Panamericano de Gimnasia Artística, que tuvo por sede a Panamá hace unos días, no fue para Diorges Escobar Olmo lo más relevante del evento

Tampoco el haber logrado, con su equipo, la clasificacion a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Santo Domingo 2026 y, de paso, convertirse de manera individual en el primer espirituano en garantizar un boleto a la magna cita.

 La presea de bronce de Escobar en los ejercicios en el suelo es el mejor de los premios a un joven que tras ser el rey de los XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe en San Salvador 2023, al ganar el concurso de máximos acumuladores —o el más integral, que al final es lo mismo— en su debut en un evento multideportivo, transitó un tortuoso camino, con golpes dolorosos.

 Entre ellos, la caída estrepitosa en los Juegos Panamericanos de Chile 2023, cuando apenas comenzaba su incursion en el all around, un percance que lo privó de las opciones de medallas, aun cuando sobrepuesto al dolor, concluyó sus presentaciones.

 Lo otro fue ver tronchado su sueño olímipico de París cuando, meses despues, aún sin recuperarse totalmente, intervino en las Copas del Mundo de las que solo pudo extraer una excelente medalla de plata en manos libres en la primnera parada de El Cairo, Egipto, y que de hecho es el mejor resultado internacional del muchacho de 25 años.

Posiciones alejadas en el resto de las paradas, esfumaron sus opciones clasificatorias.

Pero nada cejó en el empeño de Escobar, a quien le depararía otro obstáculo: el del quirófano. El muchacho de la barriada de Kilo-12, en la capital espirituana, debió someterse a una operación en el hombro izquierdo que le impuso seis meses de recuperación y, por supuesto, de alejamiento parcial de los entrenamientos en un deporte cuyas ejecuciones demandan una exigente preparación.

 Pero si algo le sobra a Diosger, además de talento, es perseverancia, valor, constancia y empuje.

Con esos atributos volvió a los tapices y casi un año despues de estar fuera de competencias oficiales conquistó una muy bien ganada medalla de bronce entre gimnastas ranqueados del continente, como el medallista en Copas del Mundo Junnosuke Iwai, de Estados Unidos, quien se llevó la medalla de oro con 14.033 puntos, y el veterano Jorge Vega, de Guatemala, que ganó la plata con 13.800.

 Su evolución en el tamiz le arrancó a los jueces una puntuacion de 13.633 puntos.

 Tuvo incluso fuerzas para más, al punto de que logró incluirse entre los finalistas en las modalidades de barras paralelas (cuarto, con 13.500 unidades) y barra fija (sexto, con 11.567), para ratificarse como el principal gimnasta de Cuba, un saldo que puede considerarse como positivo si tenemos en cuenta que su recuperación posoperatoria no ha concluido.

 Según reportes de prensa sobre el evento, para no exigirle más sus entrenadores solo le dejaron concursar en cuatro de los seis aparatos, algo así como una prueba de fuego de cómo se encuentra el atleta despues de pasar desafíos tan complicados como los que le exigen cada una de sus aparatos.

Si la salud lo ayuda, en unos meses Diosger volverá a liderar el equipo cubano en lo que debe ser su segunda incursion en una cita regional. Podrá o no arrasar con el medallero como hace tres años cuando guio al elenco cubano hasta la medalla de plata. Pero desde los tapices panameños, ya este valiente joven logró otra gran presea, que, aunque no colgará en el sitial donde relumbran sus tantas medallas físicas, sí estará esta: la del regreso, que le da un brillo a todo cuanto hasta hoy ha conquistado.