Con vientos que rozan los 380 km/h y una trayectoria errática que ha desconcertado a los meteorólogos, el huracán Melissa se ha convertido en un fenómeno sin precedentes en la historia reciente del Caribe. No solo ha dejado una estela de destrucción, sino también una serie de curiosidades meteorológicas, sociales y logísticas que lo convierten en uno de los ciclones más singulares jamás registrados.
Clasificado como categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, Melissa ha alcanzado ráfagas de viento de hasta 388 km/h, lo que lo posicionó como el huracán más potente del año a nivel mundial en términos de vientos sostenidos.
Una de las primeras curiosidades de Melissa es su origen. El sistema se formó a partir de una onda tropical que emergió de África Occidental el 16 de octubre. A diferencia de otros huracanes que siguen trayectorias más predecibles, Melissa se desplazó rápidamente hacia el oeste, luego desaceleró y serpenteó por el Caribe central. Esta evolución errática fue atribuida a corrientes de dirección débiles y a una cizalladura moderada del viento, lo que dificultó su organización inicial.
Entre el 25 y el 27 de octubre, Melissa protagonizó una intensificación explosiva. En apenas 48 horas pasó de tormenta tropical a huracán categoría 5, un fenómeno que sorprendió incluso a los expertos del Centro Nacional de Huracanes. Esta rápida intensificación se debió a la combinación de aguas extremadamente cálidas en el Caribe y la disminución de la cizalladura del viento.
El poder destructivo de Melissa ha reabierto el debate sobre la necesidad de introducir una categoría 6 en la escala Saffir-Simpson. Aunque oficialmente no existe tal clasificación, los vientos registrados por Melissa superan ampliamente los umbrales de la categoría 5, lo que ha llevado a algunos meteorólogos a considerar la posibilidad de redefinir los límites de la escala.
Melissa ha puesto a prueba los sistemas de monitoreo meteorológico: una sonda aérea registró las ráfagas más intensas el 27 de octubre; los satélites mostraron una estructura perfectamente simétrica, típica de los huracanes más organizados, y por primera vez, un avión cazahuracanes obtuvo material audiovisual de un huracán categoría 5.
A pesar de su intensidad, Melissa no tocó tierra directamente en muchas de las islas que afectó. Sus bandas externas provocaron inundaciones y deslizamientos en lugares como Barbados, Martinica y Santa Lucía. En el aeropuerto de Barbados, las lluvias inundaron las pistas, paralizando el tráfico aéreo.
El huracán Melissa no será recordado solo por su fuerza, sino por la cantidad de anomalías meteorológicas que presentó. Desde su origen africano hasta su errática trayectoria, pasando por su intensificación récord y los desafíos logísticos que sigue imponiendo, este organismo tropical ha dejado una huella indeleble en la historia del Caribe.
Con el cambio climático intensificando los fenómenos extremos, Melissa podría ser solo un adelanto de lo que está por venir.
Escambray Periódico de Sancti Spíritus











Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.