Plata para los Gallitos del Sub 18 (+fotos)

Todo sucedió como hace un año. Como si se repitiera la final del 2024 en el Campeonato nacional juvenil de béisbol; los mismos equipos: Villa Clara y Sancti Spíritus discutieron el título. El mismo escenario: estadio José Antonio Huelga. Y el mismo resultado: los Naranjas se llevaron el oro.

Solo no fue igual el saldo del juego. Porque si hace un año ganaron a falta de un out cuando los locales ganaban 3-2 y ellos voltearon el marcador con un jonronazo decisivo de su cuarto bate José Gómez, con dos a bordo, ahora decidieron todo bien temprano, tanto como desde el primer inning.

En esa entrada los visitantes marcaron seis anotaciones al aprovechar el descontrol del lanzador espirituano Jesús López, fisuras de la defensa y desarrollar un juego rápido a base de toques de bola con un total de cinco, para demostrar la habilidad del equipo en el arte de fabricar carreras.

Así desarticularon a sus rivales, más que todo en lo psicológico, pues en lo adelante, varios amagos e incluso bases llenas u hombres en base (recibieron 13 boletos) apenas pudieron concretarse en una carrera en siete inning, sobre todo porque no llegó el batazo oportuno para remolcar, una aspiración que se complica más cuando, como en esta ocasión, solo pudieron conectar un hit, gracias al dominio combinado de Sadoc Acosta, ganador, y Erick Fernández, salvador.

Para afianzar su éxito que parecía inminente, los Naranjas construyeron otra carrera a la altura del tercer inning como para no dar lugar a potenciales reacciones espirituanas.

Con las raíces y la garra de los añejos Azucareros que se transmiten de generación en generación, para Villa Clara fue un merecido título, ya que fueron el mejor equipo del torneo de punta a punta al triunfar invictos en cuatro salidas.

El mánager ganador, Alexis Moré Rodríguez, expuso a Escambray lo que consideró como claves del éxito: “Este es el deporte, hoy nos tocó ganar, estos muchachos llevan rato jugando juntos y tenemos un team work muy bueno y eso se demostró en el terreno. Nos llevamos como una familia, el pitcheo estuvo inmenso, la defensa muy bien. Sabíamos que ellos tenían problemas con la defensa y el control del lanzador y la estrategia fue poner la bola en juego, tocar la bola, y así fabricamos carreras. Incluso aun ganando por cinco, vimos la oportunidad de poner la bola en juego con otro toque e hicimos otra, esa fue la clave”.

David Pérez Castillo, director de los Gallitos, reconoció el papel de los muchachos a la vez que apuntó las claves de la derrota: “Nuestro abridor no salió con el control que nos tiene acostumbrado, es nuestro mejor lanzador, pero tuvo una mala salida y desconcentrado en el box. Le hicieron jugadas, machucones, y no pudo resolver el problema. Ellos nos hicieron una cantidad de carreras que a la postre eran difíciles de remontar, mucho más en una final. Creo que nos ganaron en el primer inning.

“Ha sido un buen trabajo con un equipo que siempre ha estado arañando juego por juego, el talón de Aquiles ha sido la ofensiva y eso nos pasó factura, porque ahora no batearon a pesar de que la categoría en general no se caracteriza por la ofensiva. “Desaprovechamos muchas oportunidades porque tampoco tenemos buenos robadores y casi todo se apostaba al pitcheo y a la defensa”, explicó Pérez Castillo.

Sancti Spíritus se llevó otra vez una muy merecida medalla de plata y las ansias por encontrar lo que esta vez, como tantas, nos privó de un título en el béisbol en cualquiera de sus categorías.

Para Camagüey fue la medalla de bronce al ganarle a Matanzas.

Individualmente por Sancti Spíritus Frederich Cepeda Jr. fue el más sobresaliente a la ofensiva al llevarse los liderazgos de anotadas, impulsadas, triples, y slugging.