Una guajira deslumbrada en Vietnam (+fotos)

La prensa de esa nación asiática celebra su centenario y una delegación cubana se suma a la conmemoración. Escambray vive de cerca el acontecimiento

Yoleisy Pérez, al centro en la foto, integra la delegación cubana invitada a las celebraciones por el centenario de la prensa revolucionaria en Vietnam.

Vietnam abre de par en par sus puertas y su corazón. Recibe a invitados de diversas naciones del planeta para conmemorar el centenario de su prensa revolucionaria. Dentro de las delegaciones multicolores, cinco integrantes de la Unión de Periodistas de Cuba y, en medio de ellos, una representante de Escambray. Privilegio total; compromiso mayor.

Desde que llegó la noticia, todo ha sido sorpresa: organizar un viaje en tiempo récord, volar en tres aviones distintos por más de 30 horas con dos escalas incluidas, llegar al otro lado del mundo con el equipaje del deslumbramiento…

La llegada a suelo vietnamita ha sido, desde el primer minuto, una fiesta en colores, donde resaltan los tonos brillantes de la hospitalidad y la gratitud.

Primera imagen de Vietnam en el lente de Yoleisy Pérez Molinet.

Ni las barreras del idioma logran impedir el lenguaje de la hermandad. Todos sonríen al visitante y lo hacen sentir como en casa propia. El calor del clima se multiplica en los afectos.

En Hanoi hay visitas obligadas en un recorrido contra el tiempo. La primera estación, el Templo de la Literatura, sitio sagrado que data del año 1070, donde los vietnamitas veneran a Confucio y a sus reyes, a la vez que hacen votos de fe por la sabiduría y el futuro.

Cada uno de sus cinco patios es un símbolo y un descubrimiento. La magia no cabe en los ojos de una guajira deslumbrada.

Y como si no bastara, en la misma ruta llega la cita ineludible con la historia: el Mausoleo de Ho Chi Minh; una plaza, una casa donde aún habitan el hombre de pueblo, los lirios en homenaje a la novia perdida, una vida, una causa por la independencia que no llegó hasta después de su muerte, el 2 de septiembre de 1969.

Pero no se trata de un periplo turístico. El viaje sigue por las calles de edificios altísimos combinados con antiguas construcciones, desfiles de motos zigzagueando entre el tráfico y llamativos anuncios de letras grandes donde el rojo se lleva el protagonismo.

Y se detiene ante el Museo de la Prensa, un mapa detallado por la historia del periodismo vietnamita que la guía describe con orgullo y exactitud. Justo en el edificio radica la Asociación de la Prensa Vietnamita (APV), cuyo presidente Le Quoc Minh, junto a otros representantes de la organización, tiene la deferencia de recibir a la delegación cubana, encabezada por Juan Carlos Ramírez Heras, vicepresidente de la Unión de Periodistas de Cuba e integrada por Taimí Fernández Pérez y Odalis Acosta Góngora, representantes del gremio en las provincias de Guantánamo y Artemisa, respectivamente, y Yoleisy Pérez Molinet, o sea, la guajira deslumbrada a quien Escambray concedió el gran privilegio de representarla.

Yoleisy Pérez representa a Escambray en la celebración por el centenario de la prensa revolucionaria vietnamita.

Con un té vietnamita, bien cálido como su propia gente, transcurre el intercambio de hermandad a toda prueba.

Salvando las distancias —que no solo son geográficas, sino también culturales y tecnológicas— afloran los mismos desafíos: conquistar lectores, caminar de la mano con los retos que imponen la Inteligencia Artificial y las redes sociales, encontrar estrategias para enamorar a los jóvenes, consolidar las organizaciones mediáticas como voceras fidedignas de la sociedad…

Cuando casi cae la noche, las naciones asistentes a la conmemoración por el siglo de la prensa revolucionaria vietnamita, que se celebra el 21 de junio, fecha en que Ho Chi Minh fundara el periódico La Juventud en 1925, se funden en un abrazo, al calor de una cena típicamente asiática donde todos brindan por el mañana.

Es solo el preámbulo. Horas después se descorren las cortinas del Festival Nacional de la Prensa de Vietnam 2025, en el Centro de Convenciones de Hanoi, una majestuosa y moderna construcción concluida en el 2016.

Carteles, exposiciones, pantallas por doquier. Cien años de historia pasan de golpe ante los asistentes que no saben hacia dónde mirar.

La ceremonia es fastuosa, con un derroche tecnológico sin par, pero con la belleza y la sencillez propias de este pueblo magnífico que se levantó de las cenizas de la guerra para reinventarse y crecer.

Vietnam se viste de gala para celebrar un suceso nacional, al que restan otras atractivas propuestas.

El viaje se acerca al final. Mientras los ojos achinados de los anfitriones sonríen al visitante, los de esta guajira que no imaginó ni en sueños poner los pies en la tierra de los anamitas crecen por el asombro, pero se iluminan también con la luz de la gratitud.

Yoleisy Pérez Molinet

Texto de Yoleisy Pérez Molinet
Editora general de Escambray

Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *