Montos: No hay una historieta cubana

Entrevista con el multipremiado dibujante espirituano Osvaldo Pestana Montpeller (Montos), quien representa a Cuba en la convención Alamo City Comic Con, en Estados Unidos. Su firma viene marcando un antes y un después en la historieta cubana. Su estilo es una fusión de lo mejor de la vieja escuela nacional

Entrevista con el multipremiado dibujante espirituano Osvaldo Pestana Montpeller (Montos), quien representa a Cuba en la convención Alamo City Comic Con, en Estados Unidos.

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Montos con Mike Mignola,creador de Hellboy,en el Comic Con de San Diego,EE.-UU.

Su firma viene marcando un antes y un después en la historieta cubana. Su estilo es una fusión de lo mejor de la vieja escuela nacional con la estética del comic estadounidense. En su formación fueron determinantes publicaciones que hoy no existen.

Aunque la editorial cienfueguera Reina del Mar comercializó Auroria, la gran alianza (2010), su primer libro, pudo ser más conocido luego de ganar premios convocados por El Caimán Barbudo (Caimán a cuadros, 2010), el programa televisivo Cuadro a cuadro (2011), y los Estudios Ojalá de conjunto con la Oficina de Silvio Rodríguez (Beca de creación, 2012). Listo para marchar a EE.UU., donde participará en la convención Alamo City Comic Con, el espirituano Osvaldo Pestana Montpeller (Montos), conversó con La Jiribilla.

¿Por qué apenas se publican historietas para adultos en Cuba?

La historieta en Cuba siempre se ha tenido como un producto para niños, en parte debido al estigma de que es un arte menor. Los títulos que han quedado en el imaginario popular han sido siempre para ese público: Elpidio Valdés, El Capitán Plin, Chuncha, Cecilín y Coti, Matojo, etc. Todos estos personajes han sido catapultados también por el cine de animación.

Recuerdo solamente una publicación destinada para el público adulto: la revista Pablo, que estuvo circulando a finales de los años 80. Quizá la culpa deba llevarla el período especial y todas las limitaciones materiales que trajo consigo.

Mi generación no publica hoy historietas para adultos, porque las editoriales apenas las están concibiendo para niños y jóvenes.

Mi generación no publica hoy historietas para adultos, porque las editoriales apenas las están concibiendo para niños y jóvenes. Hay excepciones: la revista El Caimán Barbudo, en su convocatoria del concurso Caimán a Cuadros, aclaró que buscaba historietas para adultos; también la revista La Gaceta de Cuba ha estado publicando una página para este público, muy buena, por cierto.

Desaparecieron publicaciones especializadas como Pablo, Cómicos y la Revista Latinoamericana de Estudios sobre la Historieta. ¿Cuánto daño ha provocado esto al noveno arte en Cuba?

Soy hijo de esas revistas, sin ellas nunca me hubiera dedicado en serio a la historieta. Cómicos fue mi escuela, fui formado con cada una de sus páginas. Con la Revista Latinoamericana… pasó otro tanto, pues suplía una gran necesidad: la parte teórica. Estamos hablando de publicaciones seriadas, periódicas, que no tenemos hoy. Sin ellas nos arriesgamos, al menos, a no formar nuevos valores. También nos vamos quedando sin un respaldo teórico. Lo otro es que, si no contamos con un producto hecho por y para nosotros, no podremos contrarrestar el producto que se nos ofrezca. Eso implicará importación de valores.

Cuba y EE. UU. acaban de restablecer relaciones y ya se augura una pelea de símbolos. ¿Podrá hacerle frente la historieta cubana al comic estadounidense?

¿Qué historieta cubana? Estás hablando de un fósil. No hay una historieta cubana. La historieta ha sido generalmente un producto cultural del Primer Mundo. Se necesitan recursos para su producción y publicación. Digo esto para contextualizarnos. La industria del comic norteamericano tiene muchos años de existencia exitosa; se trata de una forma de producción organizada, con muchísimos títulos publicados cada año. Es un río cuyo caudal se desborda hacia los mercados europeo y asiático, que no han sido engullidos totalmente porque en esos países existe una historieta autóctona y la avalancha ha sido resistida. ¿Cómo vamos a enfrentar eso nosotros aquí? Creando personajes icónicos, productos culturalmente relevantes que conecten con esta generación. Esa batalla la ganó Elpidio Valdés.

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Página de Los Hijos del Cuásar, Premio Cuadro a cuadro 2011.

¿Entonces serán absorbidos nuestros dibujantes por la industria del comic?

En países latinoamericanos como México, Argentina y Brasil existen muchos creadores que trabajan para el mercado norteamericano. En esos países es legal iniciar tu propio sello editorial y aún así muchos de sus historietistas han preferido asalariarse con aquel otro mercado antes de desandar los escabrosos caminos de la autopublicación.

En Cuba es distinto. Aunque quiera, no creo que pueda fundar mi propio sello editorial, pues todo lo que implica distribución y comercialización estará sujeto a otras prioridades. Es cierto que muchos recursos están a nuestra disposición, pero no la libertad de lo que se publique. Si tú quieres publicar en nuestro país al seguro, llegas a las editoriales con una gesta heroica o una biografía de algún mártir. No hay mucho rango de riesgo. Quizá con la democratización que trae consigo internet eso se pueda revertir un poco, pues hay artistas que hacen webcomics y se sostienen económicamente porque ellos mismos gestionan la promoción, distribución y comercialización de sus productos.

En editoriales no habaneras como Reina del Mar y Ediciones Luminaria has tenido libertad para publicar sin que medie nada. ¿Hay diferencias entre ellas y las casas editoras nacionales?   

No sé si existe una política editorial donde se especifica qué tipos de historietas deben de publicarse, solo sé que desde provincia han sido mucho más flexibles. Incluso la Editorial Oriente lo ha sido, aun cuando siempre se ha caracterizado por las tiradas nacionales.

Me baso en el material publicado, en alguna que otra petición para dibujar una biografía o alguna historia, en un pedido acerca de mambises o rebeldes barbudos; historietas todas que, aunque no las realicé, al final vieron la luz. A estas súmales muchas otras y tendrás una idea de qué tipo de historietas ofertan nuestras editoriales de alcance nacional.

Si se pudieran fundar editoriales particulares y estas tuvieran acceso a los sistemas de comercialización y distribución estatales, o incluso a sistemas propios, no solo la historieta ganaría sino que se democratizarían los temas. No sé cuándo llegaremos allí, pero cuando lo hagamos, nos estará esperando la razón.

Has obtenido importantes premios: el Cuadro a cuadro, El Caimán a cuadros y el Ojalá. ¿Te acompaña la suerte o eres perseverante?

No creo en la suerte, pero perseverante sí he sido. Nunca he dejado de hacer historietas, desde que supe que yo quería ser historietista con solo siete años de edad. No concibo que alguien pueda adquirir cierto éxito en algún tipo de trabajo sin el apoyo de quienes le rodean. Digo esto porque nunca fui forzado a dejar de dibujar por tener que trabajar en otra cosa, o estudiar algo más, o dedicarle tiempo a otras actividades.

He tenido un magnífico apoyo familiar, de mis padres primeramente y ahora de mi esposa. Sin embargo, también ha sido una lucha a nivel muy personal: me ha tocado imponerme al desánimo cuando no he podido dibujar de la forma que he querido, cuando me he frustrado con las editoriales, cuando no he tenido materiales con qué trabajar, cuando me di cuenta de que viviendo en el interior del país mis posibilidades de publicar eran ínfimas… He sido muy constante con lo que hago y he influido sobre otros con mi obstinación, animándoles.

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Portada del libro: Auroria, la gran alianza

Llevas más de un año dibujando Paquelé, una novela gráfica. ¿Les interesará a los jóvenes una historia sobre la esclavitud en Cuba?

Paquelé es una obra escrita por Julio M. Llanes, un autor espirituano, que relata la vida de un adolescente esclavo en Sancti Spíritus. Tiene valores universales como la libertad física e intelectual, la amistad, la familia, la dignidad del sujeto y el amor a la vida humana. Eso me hizo pensar en una adaptación a la historieta. Creo que el drama humano es interesante para cualquiera con emociones, sueños. De eso se trata, de conectar con lo humano dentro del lector.

Arturo Delgado Pruna

Texto de Arturo Delgado Pruna
Editor de Escambray y Ediciones Luminaria. Especializado en temas culturales.

6 comentarios

  1. lazaro miranda

    MONTOS. muchas felicidades, chamaco. mira todo lo que has alcanzado con la cantidad de limitaciones que hay aqui, ni me imagino cuanto alcanzarias de no existir tantos inconvenientes. te admiro mucho, chama. salud y suerte.

  2. Alfredo Fuentes Fernández

    Oye tremenda promo pal Montos…jejej…ya vi que también salio el artículo en OnCuba.
    Notros también pensamos hacerlo en la web especializada ArteCómic (www.artecomic.cubava.cu).

    Embúllate Arturo y escribenos un especial, jejeje…un saludo

  3. Abrazos desde Argentina. Osvaldo es un gran talento cubano y una mejor persona. admiro su trabajo y es un gran representante del Arte de Cuba, Un luchador ante la adversidades dejando huellas de tinta en cada pelea que da. Un claro heredero del gran Maestro Orestes Suárez.

  4. Muchas Felicidades a este gran artista y gran persona por sus logros y éxitos profesionales y por supuesto por su reciente labor, la de ser padre, un regalo incomparable.

  5. Hermano, no creo que Osvaldo haya omitido a Dios por verguenza. Bienvenido tu comentario.
    Saludos.

  6. Osvaldito eres quien eres primeramente por Dios quien te dio el talento no te avergüences en decirlo, la familia que tienes y lo fuerte que te portaste en medio de los vientos en contra.
    Un abrazo de unos de tus hermano en Cristo

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