Chapistería: cara magullada

La impunidad ha cebado el quebrantamiento de la ley en la chapistería Contra toda lógica, la chapistería exhibe un rostro magullado por la ilegalidad, básicamente la que se hace por la izquierda; aunque, ¿quién pone las manos en la candela y asegura que cada uno de los cuentapropistas registrados en

La impunidad ha cebado el quebrantamiento de la ley en la chapistería.

La impunidad ha cebado el quebrantamiento de la ley en la chapistería

Contra toda lógica, la chapistería exhibe un rostro magullado por la ilegalidad, básicamente la que se hace por la izquierda; aunque, ¿quién pone las manos en la candela y asegura que cada uno de los cuentapropistas registrados en las Direcciones Municipales de Trabajo respeta al pie de la letra los mandamientos de la ley y no acude al mercado negro o se aprovecha del descontrol estatal para disponer de determinado recurso, imprescindible en su demandado oficio?

No se trata de un fenómeno nacido con el actual año. De ningún modo. El 2014 envió señales: la Dirección Integral de Supervisión en la provincia verificó a casi un centenar de trabajadores por cuenta propia con el Decreto-Ley No. 315 en la mano, aprobado para levantar un muro de contención a las infracciones de las regulaciones en ese sector privado.

A la hora cero, fueron decomisados 37 cilindros de oxígeno y acetileno, que al parecer habían caído en paracaídas en los talleres particulares, procedentes, sin duda, de algún planeta estatal;  porque, hasta donde conocemos, ningún cuentapropista fabrica esos botellones en Cuba. A la postre, los inspectores desenvainaron la ley y aplicaron nueve multas, que sumaron 8 700 pesos.

En ese viaje a las profundidades de la chapistería y de otras labores que emplean, indistintamente, el oxígeno y el acetileno, como la soldadura y la reparación de equipos de refrigeración, también se enroló la dirección de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Gases Sancti Spíritus.

Con inquietud, esta vio con sus propios ojos transgresiones en las medidas de seguridad en el uso de los cilindros y equipos de oxicorte, así como en las condiciones de los talleres, algunos dentro de las propias viviendas.

El 2016 tampoco se fue en blanco, si hablamos de ilegalidades en este giro. La Policía Nacional Revolucionaria desmanteló 14 talleres ilegales, de estos tres de chapistería: uno en el municipio de Sancti Spíritus y dos en Yaguajay. La denuncia por actividad económica ilícita no se hizo esperar.

Para contribuir a meter en cintura el desvío de los cilindros y de oxígeno y acetileno de las entidades estatales, y de facilitar el acceso a estos recursos a los trabajadores por cuenta propia, inscritos en las actividades de chapistería, herrería y oxicorte, desde el 2012 se había autorizado la venta minorista de esos gases en tiendas pertenecientes a TRD y Cimex, así como de los cilindros vacíos para su almacenamiento.

Al menos en Sancti Spíritus, la medida no tuvo el impacto pronosticado, criterio coincidente con el de Abelardo Rodríguez Capote, director de la UEB Gases Sancti Spíritus. La evidencia no hay que buscarla muy lejos: solo dos trabajadores por cuenta propia adquirieron productos por esta vía, realidad constatada por este reportero en visita al Servi-Cupet, de Colón, y a la TRD La Época.

“Con nosotros no fue un negocio que caminó”, admitió Dianelys Acosta, gerente de La Época. No caminó, entre otras razones, por los elevados precios; el valor de una pareja de cilindros de oxígeno y acetileno (botellón, gas y válvula) ascendía a 486.50 CUC, o sea, 12 162.50 CUP. Lo de la cotización por las nubes, no lo afirmo yo —neófito en este campo—, sino la propia dirección de la UEB y la Municipal de Trabajo en Sancti Spíritus y, obvio, los chapisteros encuestados, quienes saben mejor que este servidor que rellenar la pareja de botellones de oxígeno y acetileno ronda los 500 pesos en el mercado negro.

Y ay de mí si dejo otro elemento tras bambalinas: el engorroso proceso de compraventa, que implicaba un ir y venir entre el lugar de expendio y la sede de la UEB, localizada en las afueras de la ciudad espirituana.

Se necesitó que pasara algo de agua por debajo del puente sobre el río Yayabo para que llegaran otros anuncios. En septiembre de 2016, entró en vigor la Resolución No. 335, del Ministerio de Finanzas y Precios, que dio el visto bueno a la venta mayorista de gases industriales —incluidos el nitrógeno y el argón— a trabajadores por cuenta propia vinculados a la chapistería, herrería y al oxicorte, así como a otras actividades que se autoricen, directamente en las unidades territoriales de la Empresa de Gases Industriales.

La norma aprobó el precio de venta mayorista para el cilindro nuevo vacío de acetileno (4 754 CUP) y para el de oxígeno (5 100 CUP). Como elemento novedoso, se estableció el servicio de arrendamiento de estos envases, cuyas tarifas ascienden al mes, en el caso de acetileno a 104 CUP y en el de oxígeno a 102 CUP.

Esta oferta de la Empresa de Gases Industriales por la cual pueden optar los cuentapropistas es desconocida por la mayoría de los consultados, entre ellos Fidel Pila Hidalgo, solicitado chapistero, que prácticamente no tiene respiro entre sus contratados, pactados con entidades. “Estoy escapando —expresa cubanamente— porque las empresas me traen los productos y los botellones”.

Y apenas lo asegura, me sale la pregunta que llevaba en la punta de la lengua: ¿Con los gases que te quedan haces otros trabajos?

“No es tan así porque las empresas recogen sus botellones, cuando les termino el trabajo”, acota Fidel Pila.

No tan en blanco y negro ve, en general, estas relaciones Eduardo Rivadeneira Rodríguez, director municipal de Trabajo en Sancti Spíritus. “Hay quien le trae más oxígeno y acetileno al chapistero, y con el que queda paga parte del trabajo. ¿Puede una empresa pagar con esos gases? ¿Puede desviar el balón para un taller particular?”, lanza las interrogantes Rivadeneira.

En opinión del directivo, los precios aprobados por el MFP son altos, sobre todo para aquellas personas que se inician en estas labores. “Yo le doy la licencia y comienzan a inventar”, considera, y más tarde reconoce que la cifra real de los chapisteros en funciones debe dejar atrás a los nueve inscritos en los registros oficiales de la DMT.

La impunidad ha cebado el quebrantamiento de la ley en la chapistería, y aclaro para que no me incineren por absoluto: no todos quienes la practican incurren en infracciones y en delito, alimentados, además, por el descontrol de los recursos del Estado, como alega el área de Empleo de la Dirección Provincial de Trabajo y Seguridad Social.

Con el tiempo, los talleres estatales de chapistería han ido de más a menos en el territorio espirituano, y en ese escenario los trabajadores por cuenta propia son tabla de salvación para no pocas entidades. Por ello, nadie osa ponerlos ante un paredón, como sí debería hacerse a la ilegalidad, que anda suelta y sin vacunar.

Enrique Ojito

Texto de Enrique Ojito
Premio Nacional de Periodismo José Martí, por la obra de la vida (2020). Máster en Ciencias de la Comunicación. Ganador de los más importantes concursos periodísticos del país.

3 comentarios

  1. la culpa no la tiene el chapistero. el chapistero solo cumple una funcion social satisfaciendo una demanda real que existe.

    La culpa de las ilegalidades la tiene la falta del producto en la red comercial y el absurdo de pensar que un botellon de cualquier cosa cuesta 486.50 CUC, mas que el salario promedio anual.

    No seria mas facil y conveniente importar esos botellones, tantos como hagan falta, tomar en cuenta los costos reales de compra, distribucion, venta, adicionarles un 20% y venderlos a ese precio?

    En redes minoristas de otros paises, con salarios promedio mas altos que el cubano, 125 CF de Argon CO #4 se venden por $45 USD. Eso en una ferreteria, me imagino que al por mayor se compran al $10.

    Pregunto entonces, si se vendiese ese producto a $50 CUC en la red minorista cubana, no creen que la mayoria de los cuenta propistas lo comprarian?

    y quien pierde con venderlo a $50? nadie, los costos estaran mas que cubiertos.

    En fin, mas que gastar recursos en perseguir lo imposible, seria mejor tratar de hacer las cosas correctamente. Podria autorizarse a cuenta propistas a importar esos productos y venderlos. Siempre que se cumplan las regulaciones de seguridad no habria ningun problema.

    Lo que si es claro que en Cuba producir un botellon de oxigeno o de acetileno no cuesta ni cerca de 486.50 CUC. Es precio es abusivo y es la causa fundamental que fuerza a los cuentapropistas a la ilegalidad.

  2. Todo tiene causa y efecto, la causa de casi todo por no decir todo es la ausencia de salarios decorosos representativos de las necesidades siempre crecientes de la sociedad, siempre crecientes de la sociedad recalco, por que si el salario sube, sube el costo de la vida y quien tiene entonces la mayoria de los recursos, el Estado y los hombre a nombre del estado suben los precios, el culpable no es el Estado, son los hombres que hacen que el estado no tenga leyes, mecanismos, intituciones para controlar despues de tener satisfechas las necesidades de los hombres que representa la actividad social, de ahi que hoy haya un fenómeno muy grande de retiro de fuerza laboral al sector privado que oferta mas y con calidad, pero que hacen los hombres que representan el Estado, pues le suben el costo a las Materias Primas y Materiales a ese sector, al privado, pero los aprieta tanto que los servicios que prestan sean tan caros que se incurra en ilegalidades para poder costear sus servicios, cuanto le cuesta al sector estatatl un balón de oxigeno, no llega a tres pesos, uno de acetileno no llega a cinco, y si es en divisa la cuenta es 1×1 asi no se puede hay que cambiar las politicas y seo es muy dificil recuerdo cuando se implantaba el Perfeccionamiento se decia que habia que cambiar las mentes de las personas, y eso era muy dificil, bueno y ahora quien le pone el cascabel al gato??

  3. Enrique, las labores de mantenimiento y reparacion de la tecnica de transporte estatal, todas, digamos chapisteria, mecanica, electricidad, hasta los ponches, tienen una moneda de pago muy efectiva y de mucho valor: gasolina y diesel.

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