Gallos: lo peor de la historia

Sin necesidad de efectuar el partido suspendido contra Pinar del Río, para Sancti Spíritus la Serie Nacional de Béisbol en su versión 56 terminó hace rato Con solo 13 triunfos y 31descalabaros, los Gallos firmaron la peor actuación de una selección local en la historia de estos clásicos. Como definitivamente

Sin necesidad de efectuar el partido suspendido contra Pinar del Río, para Sancti Spíritus la Serie Nacional de Béisbol en su versión 56 terminó hace rato

Los Gallos acaban de materializar su peor actuación en la historia de las Series Nacionales. (Foto: Oscar Alfonso)
Los Gallos acaban de materializar su peor actuación en la historia de las Series Nacionales. (Foto: Oscar Alfonso)

Con solo 13 triunfos y 31descalabaros, los Gallos firmaron la peor actuación de una selección local en la historia de estos clásicos. Como definitivamente no se jugará el partido ante los vueltabajeros, de acuerdo con una nota emitida por la Dirección Nacional de Béisbol, los triunfos de ahora no le alcanzan ni para igualar los éxitos de la Serie 53 cuando, dirigidos por Yovani Aragón, quedaron en el sótano.

Ese juego tampoco iba a transformar la pálida imagen de un elenco que, por el tamaño de varios nombres, mucho más en una serie pareja en opciones y opaca en nóminas, parecía tener para más, tanto como para estar todavía con vida entre los ocho aspirantes.

Pero ni el tempranísimo inicio de la preparación en noviembre, ni las olas de las playas trinitarias, ni el aliento que suponía la entrada de Frederich Cepeda (bateador de calibre y líder inspirador), ni las famosas trece razones para ser campeones, que presidieron su aureola propagandística facilitaron el propósito precompetencia.

Tampoco la estrategia de perder para ganar publicada en estas páginas a raíz del noveno lugar del equipo Sub-23 y de la cual discrepó no solo esta reportera. Una de las razones es que varios peloteros claves apenas juegan dos meses al año. Javier Vázquez, Aldo Conrado y Pedro Álvarez, eximidos de la sub 23, sumaron ahora 124 entradas, mientras el líder de esta campaña, Vladimir García, anda por 84, con su brazo remendado y todo.

De no pedirlos ningún elenco, será todo cuanto lancen “en caliente” durante un año entero, pues ningún tope de preparación tiene el rigor, ni el contexto, ni la exigencia competitiva de un partido oficial.

Cuando el equipo quedó en onceno puesto la pasada campaña, se argumentó el cansancio de los brazos por jugar en los dos torneos. Ahora que se “guardaron” para la grande, ¿qué sucedió para protagonizar un desempeño inferior a esa ocasión? Pero si un brazo con 20 o 23 años se cansa, ¿qué dejaremos para después? ¿Para qué existe la dosificación de lances en una liga en la que, por lo reducido de los choques, apenas se lanzan cuatro o cinco partidos con una rotación normal?

Quienes saben más de béisbol que yo —y hablo de muchísimas personas— sostienen que un pelotero se hace jugando. Lo mismo dice el principio científico de la sistematización. Camagüey, que reverdece laureles, y Holguín, que se quedó sin sus cuatro abridores y está casi clasificado, validan la tesis de la utilidad de la Liga de Ddesarrollo como cantera esencial de sus nóminas.

Y está lo que el internauta Jorge Luis escribió al saber de la estrategia: “Eso de perder para ganar no sé quién lo inventó, pero no lo entiendo; si vamos a un campeonato con esa teoría estamos perdidos antes de comenzar, y si se la inculcamos a los atletas, imagínese usted”.

El terreno no tradujo la predicción que entonces sostuvo el entrenador Osmani González. “Ojalá que ellos con su actuación den respuesta a la estrategia”. No su área, que con 5.60 PCL ocupa el decimocuarto escaño y es la segunda a la que más le batean con 303. Es verdad, como sostiene él mismo, que se trata de uno de los staff más nuevos del país; pero, ¿qué les hace falta a estos bisoños para crecer más rápido en una liga que ha bajado su calidad? Claro que habría que descontar a las dos principales cartas: Yuen Socarrás y Yamichel Pérez, esta vez el reverso de la moneda. Con balance de 3-6 y 5.80, el primero no fue ni la sombra del aval que lo llevó al equipo Cuba en el tope frente a Estados Unidos, y el segundo se paró en cuatro triunfos y agregó cinco descalabros y un 6.55 PCL.

El pitcheo abridor es el segundo más inefectivo con 5.80 pcl y es verdad que el colectivo técnico entrena y los lanzadores deciden, mas, desde mi perspectiva, este, el colectivo, fue reacio a los cambios, lo mismo al estirarlos en el box cuando más de un partido aconsejó quitarlos que para trocar los roles cuando la campaña enseñó la ineficiencia de los cuatro iniciadores. Y no es porque Pedro Álvarez diera, tardíamente, razón a la teoría; es que para algo se llevan 14 lanzadores y al menos la afición agradecería la actitud de intentar voltear las cosas probando todas las opciones.

La defensa pareció mantenerse estática de un año a otro, con los mismos errores: 49, promedio de 971 (puesto 12), una combinación que es la segunda que menos jugadores doble play realiza y una receptoría a la cual los corredores le roban más que la iniciativa al capturar solo 11 en 29 intentos.

Vayamos a la ofensiva. Descontada la ausencia ciertamente sensible de Luis Dariel Serrano, al equipo le sobran brazos para aprovechar mejor un bateo de 276 (lugar 12). Todo de nuevo apunta a la ineficiencia. De poco valió el desborde de Cepeda (373), ni el repunte de Dunieski Barroso (316), el mayor impulsador del elenco, o que parte de los regulares promediaran por encima de 300 en un momento del torneo.

De los 557 corredores en posición anotadora, solo llegó a home el 17 por ciento, la mayoría de los 28 jonrones conectados fueron con las bases limpias o con un corredor en bases y se echó de menos las tácticas anunciadas: solo 10 robos en 24 intentos y 19 toques de bola; el segundo equipo que menos optó por esa variante.

Pero en el momento en que se veía venir el declive la alineación se mantuvo casi incólume hasta el final en que no se entendió bien a Yunier Mendoza (311) o al mismo Cepeda de sexto bate. Y también una pregunta que martilla: Si Liván Monteagudo no estaba en condiciones físicas, ¿por qué llevarlo para no jugar?

Ningún número recoge, por cierto, al equipo que por momentos se desmoronó en el terreno, a pesar de los intentos de su mánager de inocularle alegría y ánimo, más allá de los resortes publicitarios que adornan el dogau o la mención radial, el único ícono donde estos se develan como los nuevos Gallos.

Algo del compromiso público anda mal cuando ganar o perder no hace la diferencia en el rostro de un equipo, o cuando una mala actitud se premia con salir a jugar al día siguiente, como si acumular partidos para justificar el dinero que se paga por el 70 por ciento fuera más importante que entregarse para la afición que, en medio de todo, aún los sigue.

Desvencijado como lució durante casi toda la lid, en este equipo no todos juegan con el ardor de Daviel Gómez, un muchacho que desborda en el terreno lo que le falta de estatura y destreza defensiva. Con promedio de 332, es el pelotero que más veces se ha parado en home entre todos los del país: 190; segundo en hits (63), quinto en anotadas (36), en triples y es un primer bate ideal al que debían mirar a la hora de los refuerzos.

Que existe un cambio generacional todo el mundo lo advierte, aunque sobre el terreno los regulares siguen superando los 30 años. Jóvenes como Geyser Cepeda, quien en 18 partidos enseñó el color de la nueva sangre con sus 278 y su manera de jugar, obligan a resolver mejor la ecuación experiencia-juventud.

Por cuarta vez sucesiva los Gallos quedan fuera de la clasificación. Encuestas mediáticas y sondeos espontáneos especulan causas y azares. ¿Qué tan efectiva resultó la preparación? ¿Qué explica el desempeño en un elenco que se autoproclamó una familia? ¿Qué pasa con un conjunto donde algunos de sus miembros se desgajan en medio del fuego? ¿Es una saga incurable?

La familia del béisbol y el Inder se hacen la autopsia y la afición tiene su propio diagnóstico. Escambray, como siempre, mantiene sus puertas abiertas al diálogo sincero y respetuoso.

Elsa Ramos

Texto de Elsa Ramos
Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez por la obra del año (2014, 2018 y 2019). Máster en Ciencias de la Comunicación. Especializada en temas deportivos.

20 comentarios

  1. Esto es para Zulueta, amigo no te desalientes y acuérdate que tu contrato es por tres años rectificas tus errores y demuestra que tienes conocimiento de beisbol, si sientes que tienes que pedirle disculpa algunos entrenadores viejos que hay en la provincia y en algún momento se excluyeron de la preparatoria y por qué no de ser miembros de la dirección del equipo pues hazlo hombre rectificar es de sabio y a ti te sobra sabiduría, pero no dejes esa mala imagen que ya otros directores la dejaron pero parece que a usted lo quieren mucho y se fijaron en su trabajo y no en los demás palante Zulueta Calidad tienes y equipo también.

  2. «Valla forma de saber…que aún quiere llover….sobre mojadooooooo

  3. Recordando aquel equipo que logró un segundo lugar cuando nadie contaba con él como favorito y viendo este en el que las figuras pueden llegar a realizar un papel, no igual, pero si parecido, me doy cuenta que estamos cayendo por un abismo cuando en realidad la afición no lo merece, ahora vendrá la misma palabras de siempre, estamos trabajando sobre los errores bla bla bla, lo que si es cierto que urge un análisis de los que saben de beisbol para que lo que una vez fue una valla de unos verdaderos Gallos de pelea lo vuelva a ser, salu2 de un yayabero que siempre ha seguido los gallos desde su infancia.

  4. Lo único que falta es disciplina, el que quiera jugar tiene que entrenar y dar sudor y sangre en el terreno sino que no venga al equipo, desde luego la disciplina se logra con carácter, ejemplaridad, y motivaciones y todo eso le falta al equipo,

  5. OMAR ALVAREZ PEREZ

    Obviamente, el equipo requiere de cambios profundos en su nomina, entrenadores, dirección y en la estrategia que debe primar en cada juego, tomando en consideración la características del contrario a partir de las particularidades que caracteriza a cada oponente, pero mi objetivo en este breve comentario, es concederle al manager la importancia y la alta responsabilidad que tiene en los resultados integrales de un equipo y el mejor referente para esta afirmación, es lo que inobjetablemente ha logrado Víctor Mesa al frente del equipo de Matanzas. El equipo de Matanzas tuvo por varios años un pésimo desempeño, colectiva e individualmente y llego Víctor y produjo un cambio diametralmente diferente con los mismos peloteros que estaban y destaco, por solo poner un ejemplo, el tremendísimo papel que ha jugado Santoya que salió de S.Spiritus sin ser un estelar y quizás por otras razones que yo desconozco y ha llegado a integrar el equipo Cuba. Un buen ejemplo para reflexionar, ¿verdad…?

  6. José F. González Curiel

    Factores hay mucho pero cuando vi sus entrenamientos y topes me dio una sensación de desorden, confianza desmedida entre peloteros y técnicos -que no son más que peloteros recién retirados como Cantero, Pliqui, Ifreidi…) Vi desorden: Acebei y Bagué sentados cuando otros calentaban, Pliqui y Cantero bromiando en la tanda de bateo… Así no se forja disciplina y entrega. El concepto de familia es relativo porque en las familias más permisivas también crece el desorden. Lo otro es que nuetros peloteros JUEGAN SI ENTREGA, por el salario, el hotel, la yutong y la merienda… ¿QUÉ ENTREGA HAY EN ERIEL, MONTEAGUDO Y LAS VACAS SAGRADAS…?
    NECESITAMOS MÁS CARACTER, DISCIPLINA Y ENTREGA DE LOS PELOTEROS JÓVENES, aunque tengamos que sufrir unos años más. Los peloteros se hacen jugando.

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